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Arte e Ideas

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Elena Garro, quince años en el país de la dicha

A 15 años de su muerte, su obra se encuentra casi en el olvido, pese que es considerada como personaje esencial de la literatura mexicana contemporánea.

Estoy y estuve en mucho ojos. Yo solo soy memoria y la memoria que de mí se tenga . Así cierra el primer párrafo de Los recuerdos del porvenir, la obra maestra de Elena Garro.

Garro estuvo en muchos ojos y de ella se guardan grandes memorias. Se cumplen quince años de la muerte de esta personalidad enmarañada.

A Garro se le recuerda con diferentes trajes: mujer excéntrica y elegante, esposa difícil de Octavio Paz, católica devota, defensora aguerrida de Rubén Jaramillo y de la causa campesina, monarquista, bon vivant despilfarradora (dicen que se quedaba en hoteles de lujo y huía debiendo la cuenta); la instigadora (o traidora) del Movimiento del 68, la antifascista que asistió al funeral de Francisco Franco.

Un personaje al alto contraste, Elena Garro. Pero más allá de su pintoresquismo, está su obra literaria, considerada por la crítica como una de las más importantes de habla hispana del siglo pasado.

Sin embargo, su obra está descuidada. Sus libros son difíciles de conseguir y aunque este año se cumplen 50 años de Los recuerdos del porvenir no hay programado un gran homenaje oficial a una de las grandes novelas de la Revolución Mexicana.

¿Quién es Elena Garro y qué pecados no se le han perdonado?

Su actuación el 68, diciendo que hubo intelectuales que instigaron a los estudiantes y los abandonaron, eso no se le perdona , dice Lucía Melgar crítica cultural y literaria. Carlos Fuentes tuvo una relación cercanísima con Luis Echeverría, pero eso no se ve mal. A Garro se le tilda de traidora y de espía .

¿Y fue así? Quizá, aunque no hay pruebas definitivas. Garro no fue en modo alguno ejemplo de coherencia ética. Eso, creo, no justifica que se le persiguiera y se maltratara su obra. Vivió años paranoica, enloquecida de miedo .

También está el divorcio con Paz, pero es un mito que Paz la vetara , explica Melgar. Al contrario, él apoyó mucho su obra, pero el círculo cercano a Paz es otro asunto .

Hay gente que es más papista que el Papa , coindice la periodista cultural Patricia Vega, Octavio Paz no es el monstruo que algunos han dibujado. Siempre procuró a Elena y a la hija de ambos, Helena Paz .

Sobre el 68 yo diría lo que dijo hace poco Luis González de Alba: ya todos los líderes se están muriendo, ese tiempo va quedando atrás, y a Elena Garro no la han perdonado. Pareciera que sigue sometida al mismo ostracismo que sufrió entre 1968 y 1972 .

Después se fue al exilio y no regresó a México sino hasta los años noventa, para morir de cáncer de pulmón en 1998. Ella decía que los recuerdos del porvenir le robó el porvenir dice Vega. Qué terrible. Sigo tratando de entender a qué se refería completamente con esa afirmación. A veces creo que tuvo razón .

LA EXCÉNTRICA DE LOS GATOS

Tantas facetas tan difíciles de concordar que dibujar al personaje en breve es muy difícil.

Abundan las anécdotas.

Se le recuerda como intempestiva. Una vez que tumbó a patadas la puerta de un funcionario que no quería recibir a unos comuneros. Otra, llevó a unos campesinos a una reunión de intelectuales en el Fondo de Cultura Económica para pedir recursos. Como no le hicieron caso fue al estacionamiento y ponchó llantas , dice Lucía Melgar, doctora en literatura latinoamericana por la Universidad de Chicago y coautora de Elena Garro: lectura múltiple de una personalidad compleja (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla).

Pasó la vida rodeada de felinos que la acompañaron hasta en su exilio europeo. En España vivió con 18 gatos. Sus últimos años, en Cuernavaca, compartió casa con 37. Elena y su hija (Helena Paz Garro) dormían en la sala y los gatos en las recámaras , dice Melgar.

Todo eso escandalizaba a la clase intelectual mexicana, tan preocupada siempre por los buenos modales , dice Melgar. Se burlaban de ella, decían que su casa olía mal, que estaba loca, en fin .

Al mismo tiempo, el amor que Carlos Monsiváis profesaba por los gatos se consideraba adorable. Una muestra del doble estándar con el que la clase intelectual juzgó a Garro.

Garro pasó gran parte de su vida enfrentada a la intelligentsia mexicana, a los que llamaba de hipócritas y cobardes, no obstante de formar parte del núcleo de la historia literaria en lengua española del siglo XX.

No solo es la relación con Paz, también con el grupo de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, con José de la Cabada, con gran parte de los grandes escritores mexicanos del siglo pasado , dice Melgar.

Patricia Vega la recuerda como una mujer fascinante: Era fácil caer bajo el influjo de Elena… Emannuel Carballo dice que de Elena hay que hablar en voz baja porque es una dinamitera y tiene razón. ‘Soy una partícula revoltosa’, se definía a sí misma. Sin duda es muy difícil separar a la mujer de la obra .

Pero hay que hacerlo , dice Vega, quien tuvo una intensa relación periodística con Garro y con su hija, Helena Paz Garro. Como decía Esther Seligson: a Elena déjenla en paz, mejor leámosla .

LA ESPOSA DE PAZ, LA AMANTE DE BIOY

Dos universitarios veinteañeros se conocen en una fiesta: Octavio Paz y Elena Garro. Ella decía que la habían sacado de su clase de latín para casarla, como si Paz la hubiera obligado, lo que no es cierto , dice la doctora Melgar. Fue un matrimonio consensuado, eso sí, Paz en sus cartas a Elena era de una celotipia espeluznante .

Fue un matrimonio muy traumático pero dicen que velos juntos era muy interesante. Dos inteligencias que se enfrentaban .

En los años 50, Paz y Garro conocieron en París a un escritor argentino: Adolfo Bioy Casares. La atracción entre Garro y Bioy no solo fue literaria. Fue una pasión de la quedó huella epistolar.

Melgar: Bioy no era muy dado a enamorarse aunque fue muy mujeriego. Pero de Elena se enamoró profundamente. Estuvo cerca de dejar a Silvina Ocampo (poetisa, esposa de Bioy) por ella y eso que Elena seguía casada con Paz .

¿En serio? ¿Y por qué se habla tan poco de ese amor?

Están en Princeton las cartas de Bioy que dan fe de esa relación. ¿Por qué no se habla abiertamente? Cierta mojigatería, me imagino. También porque no se quiere reconocer que ella y Paz se ponían el cuerno mutuamente. No eran ningunos santos.

LA MÁS GRANDE ESCRITORA MEXICANA DE SU GENERACIÓN

¿Por qué hay que leer a Elena Garro? Lucía Melgar: Porque es la gran escritora mexicana del siglo XX. Es incomparable, mucho mejor escritora que Carlos Fuentes o que Rosario Castellanos, tan buena como Rulfo.

No es raro que autoras vivas como Margo Glantz, Sabina Berman y Carmen Boullosa estén interesadas en ella. Estamos hablando de una pionera: feminista antes de que estuviera de moda, escritora de realismo mágico muchos años antes que García Márquez, inclusive se podría decir que es la gran iniciadora del estudio de la posmodernidad en México .

Para Vega, la obra de Garro es una de las grandes riquezas de nuestro país, una obra de varias lecturas… Fue una mujer muy desdichada, pero su gran alegría era escribir, se perdía en el tiempo cuando escribía y eso se nota en su obra, tan envolvente.

Mi frase favorita suya es: ‘Detrás del tiempo de los relojes está el tiempo de la dicha’. Creo que solo fue feliz de niña. Su infancia fue su paraíso perdido, como se puede leer en varios cuentos de La semana de colores. No sé si su desdicha fue lo que la hizo una autora tan compleja, pero puede ser .

Es una pena que no sea parte de nuestro sistema educativo. Sería un descubrimiento fantástico para los estudiantes de preparatoria porque su obra tiene la capacidad de abrir el mundo, de repentinamente hacerlo más amplio .

RESPETADA POR LA CRÍTICA INTERNACIONAL

La obra de Garro es respetada internacionalmente. En Estados Unidos y en Latinoamérica se ha publicado varios estudios críticos desde distintos enfoques: biográficos que se cruzan con la teoría literaria (como Uncivil Wars de Sandra Messinger Cypess, que ahonda en la relación entre Garro y Paz a nivel personal y literario), otros dedicados al análisis de la condición femenina en su obra, algunos más a su posición disidente y vanguardista (el ensayo del crítico Daniel Balderston History and fantasy in Los recuerdos del porvenir o el libro de Rebecca Biron Mexico’s Modern Dreams).

El problema es que se le respeta más en otros países que en México , dice Vega, especialmente en Estado Unidos . La doctora Melgar apunta que se le estudia también en Chile, Argentina y España. En Estados Unido se le estudia pero le faltan lectores: Creo que no ha llegado a más lenguas porque no hay buenas traducciones de sus novelas, pero debería estar entre nuestros autores más difundidos .

Sigue siendo un misterio es por qué una escritora tan atractiva sea tan poco leída en su país. Varias razones: torpeza editorial; pleito en torno a su legado literario entre Helena Paz Garro y Patricia Rosas Lopátegui, la autonombrada biógrafa oficial; el hecho de que apenas se esté dando justo valor a las escritoras. Yo agregaría una pobreza crítica , dice Melgar. Demasiadas obras maestras en los últimos diez años. Demasiados compadrazgos, diría yo .

Por lo pronto, varias de sus obras pueden conseguirse en e-book y el Fondo de Cultura Económica tiene una edición de sus obras reunidas en tres tomos. Planeta bajo su sello Joaquín Mortiz promete lanzar una edición de aniversario de Los recuerdos del porvenir a finales de este año.

¿Pesó mucho su personalidad difícil, se hizo de enemigos que bloquearon su obra?

Por ejemplo, Fuentes es un autor bastante menor en comparación, pero fue muy bueno promoviéndose a sí mismo , dice Melgar, Garro tampoco fue la mejor amiga de su obra .

Así como era capaz de crear belleza también fue una fuerza destructora dice Vega, conmovida. Elena fue muy compleja. Yo quiero imaginármela allá, en el país de la dicha, escribe y escribe .

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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