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Arte e Ideas

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Es tarea urgente reducir la brecha de mujeres en tecnologías

En el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación es necesario hablar de la incorporación de las niñas y mujeres en estas áreas; es imprescindible para reducir la brecha entre hombres y mujeres y contribuir al empoderamiento y a la igualdad de género. Dentro de las STEM, las áreas educativas más dominadas por los hombres son las TIC y las ingenierías, donde la matriculación de mujeres es de 27% y 28% respectivamente (UNESCO, 2018). Al ritmo actual, no se logrará alcanzar la paridad de género en STEM antes del año 2100.

Foto EE: Especial.

Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Para 2050, de acuerdo con ONU Mujeres, el 75% de los trabajos estará relacionado con las áreas STEM. Sin embargo, hoy las mujeres ocupan apenas el 22% de los puestos en inteligencia artificial, solo por mencionar un ejemplo. En 2024, el Día Internacional de las Niñas en las TIC se celebra el 25 de abril, el objetivo es alentar a las niñas y mujeres jóvenes a considerar la posibilidad de orientar sus estudios y profesiones al campo de las carreras tecnológicas.

En 2010, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo especializado de Naciones Unidas, definió el tercer jueves de abril como la fecha designada. Desde entonces, los países de la región se han ido apropiando de la fecha y conmemoran el día con actividades de sensibilización, exposiciones y talleres de orientación, entre otras propuestas.

Si bien existe una brecha de género de liderazgo en todas las industrias, las brechas más grandes se encuentran en los campos STEM, por eso el tema de este año para la celebración es subrayar la necesidad crítica de fuertes modelos femeninos en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), necesitamos contar más historias de mujeres exitosas y reconocer que una de ellas podría ser cualquiera de nosotras.

Michelle Esparza pionera en ciencia de datos

En 2010, cuando Michelle Esparza estaba a punto de elegir su carrera, la ciencia de datos no existía como tal. En ese momento eligió estudiar economía especializándose en finanzas bursátiles, pero por aras del destino terminó forjando una trayectoria profesional que la llevaría a convertirse en la directora de ciencia de datos en AT&T México.

Mientras realizaba su servicio social en 2015, comenzó a trabajar en una empresa que aún no tenía división de analítica en México debido a que la demanda apenas se manifestaba dentro del mercado. Tendrían que pasar cuatro años más para que la ciencia de datos fuera introducida como carrera en algunos programas universitarios en México. “No sabía qué era la ciencia de datos ni qué esperar. Solamente sabía que tendría que programar y trabajar con bases de datos. Descubrí mucho sobre la carrera en la práctica”, recuerda Michelle. “Para mí, el aprendizaje más importante fue cómo darle sentido práctico a algo tan abstracto y teórico. Vi de primera mano cómo desarrollar un algoritmo, automatizar un flujo y programar podía generar valor dentro de una empresa”.

Explica que esta ciencia aborda diferentes responsabilidades que van desde analizar datos hasta trabajar con inteligencia artificial. Se estima que el empleo de analistas y científicos de datos, especialistas en macrodatos, especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje automático y profesionales de la ciberseguridad crecerá un 30% para 2027.

Desde que entró a trabajar en la empresa de telecomunicaciones en 2018, Michelle, junto con un equipo de cinco personas se enfrentaron a nuevos retos que requerían de sus habilidades y perspectiva única. Mediante la ciencia de datos encontró un campo en el que pudo poner en práctica todo su conocimiento teórico, dejándola con una culminación de experiencias que la han hecho enamorarse de la carrera.

Entre sus logros más emblemáticos, Michelle destaca el crecimiento del equipo de científicos de datos, un reflejo de los esfuerzos en la adquisición de nuevo talento y desarrollo de este personal, así como un trabajo extensivo para permear el uso de datos en toda la organización. Estos esfuerzos han contribuido a la personalización de ofertas, la digitalización de experiencia del cliente y la cobertura de la red a través de flujos de generación de valor para prepago y pospago.

“Dicen que los científicos de datos son como unicornios debido a la cantidad de habilidades que se tienen que adquirir: saber programar, conocer las bases teóricas de los algoritmos, tener un ímpetu por seguir investigando cosas que, de un momento a otro, se vuelven tendencia y demás”, explica Michelle. “Puede ser muy retador porque tienes que aprender de muchas cosas y no podemos volvernos expertos en todo, pero este campo requiere de gente que sea autodidacta y toda esa heterogeneidad se suma a nuestro perfil”.

En la vasta experiencia de Michelle, cualquier persona puede comenzar una carrera profesional como científico de datos sin importar su formación académica previa, siempre que se tengan o adquieran bases técnicas sólidas. Uno de los requisitos más importantes es saber comunicar y escuchar, ya que la ciencia de datos suele ser un área de servicio en las empresas por lo cual debe comprender el contexto de sus clientes: su operación, objetivos y áreas de oportunidad, para ayudarles a explotar los datos y lograr grandes resultados, concluye.

nelly.toche@eleconomista.mx

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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