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Arte e Ideas

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Exposición evoca el hito del descubrimiento de la Coyolxauhqui

Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH y cocurador de la muestra en el Museo del Templo Mayor, finalmente fue reconocido por el INAH por sus 60 años de trabajo y sus aportaciones invaluables a la arqueología mexicana y al conocimiento de nuestro pasado.

Una madrugada como la de este martes, pero de hace 45 años, emergió una deidad de las entrañas del corazón de la Ciudad de México, la Coyolxauhqui. Su descubrimiento y rescate es un hito en la historia no solo de la arqueología mexicana sino para la concepción de nuestra historia precolombina y la riqueza cultural de nuestras raíces.

La noche del 21 de febrero de 1978, obreros de la Compañía de Luz y Fuerza tuvieron el tino de notificar a los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que dio paso a un ambicioso trabajo de reconexión con nuestro pasado gracias al tesón del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma como cabeza del equipo que restituyó no solo esta pieza sino que gradualmente trajo a la luz una hectárea de vestigios arqueológicos y miles de objetos rituales relacionados al fervor político y religioso de los mexicas.

Por esto mismo, este martes, en el Museo del Templo Mayor, se llevó a cabo la inauguración de la exposición “Coyolxauhqui: El astro, la diosa, el hallazgo. A 45 años de su descubrimiento”, con la presencia del reconocido arqueólogo y antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH y curador de la exposición; el director general del INAH, Diego Prieto Hernández; la directora del Museo del Templo Mayor y también curadora de la muestra, Patricia Ledesma Bouchan, y el antropólogo José Luis Perea, secretario técnico del INAH.

La de este martes fue una noche, además, para rendir homenaje a Matos Moctezuma, a quien no dejó de nombrársele durante la ceremonia de inauguración y quien, finalmente, recibió un reconocimiento de parte del INAH por sus 60 años de trabajo imprescindible y su aporte invaluable a la arqueología mexicana y los saberes que con ella se rescatan.

“Es Matos quien advirtió, tras años de estudios, que el Templo Mayor fue escenario por excelencia en el que se desenvolvía la escenificación del mito de Coyolxauhqui y Huitzilopochtli (…) advertirán durante este viaje que tres nombres se repiten acompasando nuestro caminar: Eduardo Matos, el creador de todo lo que nos rodea esta noche, quien trajo a la luz los restos orgullosos del Templo Mayor mexica, el que diseñó, propuso y difundió la creación del museo que esta noche nos da cobijo”, destacó la directora del recinto.

Los otros dos nombres a los que hay que reconocer este hito, señaló, son el arqueólogo Leonardo López Luján, “quien ha advertido que no solo el Huey Teocalli nos cuenta el mito una y otra vez, también las ofrendas y los ritos realizados remitían al episodio cosmogónico”, y Alfredo López Austin, cuyo trabajo ha sumado para la construcción del relato histórico.

El director general del INAH, por su parte, señaló: “tras el hallazgo hace 45 años de esta mítica diosa lunar, inició uno de los proyectos de investigación más emblemáticos de la arqueología mexicana, un proyecto que, a sus 45 años, tiene más de la mitad de la vida del INAH. Este ha sido uno de los programas académicos más longevos a los que ha dado lugar el INAH en su larga vida. No es gratuito que su fundador sea, verdaderamente, un maestro de maestros”.

El homenajeado reconoce el trabajo colectivo

Eduardo Matos Moctezuma, por su parte, expresó: “obviamente que los recuerdos se agolpan, vienen de tantas y tantas cosas que ocurrieron aquí, no solo en el mundo prehispánico”, dijo, para reconocer a los trabajadores y especialistas que por 45 años han contribuido a la investigación interdisciplinaria, directa o indirecta, del Proyecto Templo Mayor. “Siempre he dicho que la arqueología no se concibe por sí sola, cuenta con el apoyo de esos investigadores externos que nos ayudan a la interpretación”.

El investigador emérito del INAH evocó “el empeño que desde el inicio tuvimos en que se diera a conocer lo que está sucediendo aquí, no encerrarnos en nuestra campana de cristal, de la academia, sino que había que difundir de inmediato todos esos elementos que iban siendo interpretados, desde la arquitectura, el simbolismo, la pintura, los animales, etcétera. Me llena de mucho orgullo lo que este trabajo representa para nuestros investigadores”.

Finalmente, mostró el catálogo que acompaña la exposición, el cual, leyó, está dedicado a la memoria del arqueólogo Alfredo López Austin.

El premio que recibió es una representación dorada del pectoral de la deidad Mictlantecuhtli, cuya pieza original, de oro, fue descubierta por Alfonso Caso en Monte Albán, Oaxaca, en 1932.

Las piezas habitantes de Templo Mayor

La exposición “Coyolxauhqui: El astro, la diosa, el hallazgo. A 45 años de su descubrimiento”, detalla el INAH, presenta 158 objetos arqueológicos de piedra, cerámica, hueso, copal y restos óseos humanos, provenientes de los primeros trabajos de la Dirección de Salvamento Arqueológico, así como de las subsiguientes temporadas de excavación del PTM, hasta los localizados recientemente por parte de este último.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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