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Arte e Ideas

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La caja idiota dejó de serlo (al menos en EU)

Hoy en día la televisión estadounidense está supliendo un papel que históricamente había tenido su cine, el de reflejar las preocupaciones sociales serias.

Escribo esta columna mientras veo finalizar la entrega de los premios Emmy, los galardones que la industria televisiva norteamericana da a los mejores programas y actores de televisión.

Interesante. La mejor serie es la magnífica Mad Men, que hace una profunda reflexión sobre la moral norteamericana. La mejor comedia es la multicultural Modern Family, donde aparece como cosa cotidiana una familia formada por una pareja gay que adoptó un bebé.

Jane Lynch, la temible e hilarante Sue Sylvester de Glee (una serie pro-absolutamente-todo-lo-minoritario) se llevó el galardón de mejor actriz de reparto y le dedicó el triunfo a su esposa. Bryan Cranston se fue premiado por su papel en Breaking Bad, donde interpreta la transformación a un apacible maestro de secundaria que se convierte en un despiadado y astuto traficante de drogas.

Tenemos, pues, un fresco de los temas que más importan hoy en día en aquel país: cambios sociales, drogas, diversidad sexual, luchas políticas. Hoy en día la televisión norteamericana está supliendo un papel que históricamente había tenido su cine, el de reflejar las preocupaciones sociales serias.

Algo aún más sintomático: dos de los principales ganadores fueron dos actores de Hollywood que hace años que no son aprovechados en la pantalla grande.

Claire Danes, quien saltara de la tv (inolvidable su papel en aquella serie juvenil que rompía tabúes, My So-called Life) al cine para hacer papeles de poca monta, ganó un Emmy por su actuación en Temple Grandin, película televisiva de la HBO que relata la vida de la doctora Temple Grandin, científica defensora de los derechos animales y autista.

El otro resucitado es Al Pacino, que se llevó el galardón a mejor actor en una película directa a la televisión por You Don’t Know Jack (también producida por HBO), sobre la vida del controversial pionero de la eutanasia, el doctor Jack Kevorkian.

Sí, ya sé que Pacino es una vaca sagrada de Hollywood, Scarface, El Padrino y todo eso. Pero pensemos, ¿hace cuanto que no le vemos una buena actuación? En la última década sólo puedo pensar en una, y fue para la tele: como el abogado Roy Cohn de Angels in America, miniserie de 2003 (otra producción de HBO, por cierto).

Ya se sabe: la televisión norteamericana ha vivido una nueva edad de oro durante la última década, a pesar de la huelga de escritores y de la crisis económica bueno, es posible que la crisis económica haya impulsado este nuevo boom: para un público empobrecido es más fácil quedarse en casa y ver la tele que salir y pagar boletos de cine; más público significa más anunciantes, más anunciantes y más audiencia igual a mayor interés en producir mejores contenidos pero el fenómeno de estos dos actores fílmicos dando mejores trabajos en tele que en cine es notable.

¿Será que la televisión está proponiendo papeles más arriesgados y que el cine hollywoodense se ha vuelto la nueva caja idiota , con sus franquicias igualitas todas, sus malas adaptaciones y en general con su falta de profundidad, de originalidad, de, ni más ni menos, inteligencia?

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