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La cultura alimenticia en las familias está impactando en los niños
La escasa información de los padres y la falta de recursos económicos ocasiona en México una infancia con obesidad, desnutrición o anemia.
El Artículo 14 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes define como derechos elementales de las niñas y niños el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo. Indica que todo niño tiene derecho a que se preserve su vida, se garantice su desarrollo y se prevenga cualquier conducta que atente contra su supervivencia. La primera infancia es la etapa de mayor vulnerabilidad debido a la total dependencia de cuidados físicos, abrigo, de higiene y alimentación. Sobre este último aspecto parece que hoy en día los padres están fallando sin tener claro cómo remediarlo.
La falta de información, las horas que pasan los niños frente a la publicidad engañosa, la ignorancia de los padres y la falta de recursos han logrado que, por un lado, México ocupe el primer lugar en obesidad infantil y, por el otro, uno de cada cuatro niños presenten anemia de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud.
La nutrióloga Maggida Nahle Hernández explicó a El Economista que en efecto, anemia, desnutrición y obesidad son los trastornos alimenticios presentes actualmente en la población infantil mexicana. Confirmó que la cultura alimenticia en la familia está impactando en los niños, “cuando hablamos de la nutrición en los primeros años, los padres son los responsables”.
Fue clara, el niño elige la cantidad y el padre elige la calidad, la especialista de Isagenix México explicó que los niños tienen la sensación de saciedad muy fina, cuando ellos no pueden más, paran, el tema es que los acostumbramos a sabores muy fuertes como los de las grasas y azúcares refinados: “Sus papilas gustativas se acostumbran a estos sabores y cuando son adultos, son los sabores que más gustan, después al hablar de frutas o verduras, este alimento ya no les sabe a nada”.
Dijo que incluso las azúcares refinadas provocan una adicción, “en el cerebro generan una reacción de liberación de dopamina y serotonina que provoca felicidad”. Por otro lado, hoy los niños están consumiendo menos de 50% de lo recomendado de leguminosas, frutas y verduras.
Aclaró que hoy tenemos 32.2% de sobrepeso y obesidad en los niños en edad escolar y la tendencia es a permanecer de esa manera en la edad adulta. La otra cara de la moneda es la anemia y desnutrición, este es un problema latente en los niños donde hay una falta de calcio, hierro, zinc, vitamina B6 y vitamina A. En México, un porcentaje alto de niños de cinco años es quien da los mayores signos de este problema de nutrición.
Acciones recomendadas
La especialista aseguró que, aunque ha habido algunos programas de intervención gubernamentales como vitaminas, intento de mayor disponibilidad de alimentos, o desparasitación, el mayor peso recae en los padres, que son quienes pueden hacer una diferencia, por ello dio algunos consejos:
A un niño se le debe alimentar a través de todos los grupos, por ello El Plato del Bien Comer es la orientación alimentaria que brinda opciones prácticas con respaldo científico, para la integración de una dieta correcta que pueda adecuarse a sus necesidades y posibilidades sin menoscabo de su cultura alimentaria.
En una alimentación adecuada no se deben restringir alimentos, sino adecuar a través de porcentajes, en dietas para niños incluso no se deben quitar todas las calorías, por su gasto energético y porque se encuentran en desarrollo. Sólo en casos de obesidad mórbida se llevaría una dieta de restricción supervisada junto con un médico.
Restringir las comidas chatarra, pues ante una alimentación buena, al niño sólo le queda decidir la cantidad para saciar su apetito. Aun así, debe ser de una forma cuidada porque el tema prohibitivo hace más difícil el tema de dejar la chatarra, la cosa es no comprarlos y no dar premios a través de los caramelos, pues los niños en este caso magnifican el significado de los dulces y esto los hace más deseables.
Agregó que, en el tema de suplementos alimenticios, en un niño no siempre son necesarios, aun así, los alimentos hoy están perdiendo sus nutrientes, por lo que no se descarta el uso de la suplementación de manera controlada.
El plato del bien comer
Dirigido a la población mexicana, se creó el Plato del Bien Comer que ilustra cada uno de los grupos de los alimentos e informa sobre su variedad y la mejor manera de combinarlos. Los tres grupos son:
Verduras y frutas. Fuente de vitaminas, minerales y fibra que ayudan al buen funcionamiento del cuerpo humano, lo que permite un adecuado crecimiento y desarrollo.
Cereales y tubérculos. Aportan una fuente principal de la energía que el organismo utiliza para realizar sus actividades diarias, como: correr, trabajar, jugar, estudiar, bailar, etcétera, también son fuente importante de fibra cuando se consumen enteros.
Leguminosas y alimentos de origen animal. Proporcionan principalmente proteínas que son necesarias para el crecimiento y desarrollo de los niños, para la formación y reparación de tejidos.
“La infancia debe ser divertida”, dice especialista
Niños felices y competitivos, tarea pendiente para muchos padres
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018, en México residen 38.3 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, ellos representan 30.1% de la población. De ellos, 27.3% de la población en la primera infancia habita en zonas rurales y 72.7% en zonas urbanas o semiurbanas.
Esto, con todo lo que la modernidad conlleva, hace que los niños enfrenten un estilo de vida muy distinto al de generaciones pasadas. Carime Hagg Hagg, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que, de entrada, hoy el contacto entre padres e hijos es menor, así que deben resolver problemas por ellos mismos, y eso les ha dado autonomía, situación que puede ser benéfica, pero motivarlos a ser los mejores siempre, y en todo, con altas expectativas y exigencias, sin una guía, no es tan positivo, asegura.
La idea es formar niños felices y más competitivos, dijo, por ello, la infancia es un periodo de aprendizaje, pero debe ser divertido. Y fue contundente “la prueba-error, las tristezas, alegrías y convivencia social son fundamentales para el desarrollo”.
En el marco del Día del Niño, reconoció que las nuevas tecnologías, les ofrecen ventajas para desarrollar habilidades, pero no deben ser utilizadas como “nanas” modernas, pues tienden a aislarse y dejan de lado el impulso de otras capacidades, “los niños de hoy enfrentan retos como los problemas de interacción social”.
Aseguró que la convivencia se aprende en el hogar, por ejemplo, tener hermanos obliga a pensar en el otro y en el bien común, y muchos pequeños no tienen hermanos, así que no entienden las normas de convivencia. “Los juegos de memoria o de mesa no son su fuerte, aunque son sencillos y lúdicos, deben aceptar que hay otros jugadores y deben esperar su turno”.
También “no tomar alimentos en casa rompe con una rutina familiar que establece hábitos y es un escenario para compartir experiencias. Puede haber convivencia en casa, pero ese momento en particular es importante para platicar de la cotidianidad con los padres, y ahora se está dejando de lado”, añadió la especialista.
Finalmente, Hagg recomendó a los padres considerar que la atención que se les brinde será clave para que aprovechen lo mejor del mundo moderno, sin dejar de sentirse amados. “Hay niños con pocos hábitos y responsabilidades, y eso a futuro los convertirá en adultos con dificultades para interactuar”.