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La microbiota y el paradigma de la alimentación personalizada

En México el 75% de la población tiene algún grado de sobrepeso, pero también cargamos con un 10% de desnutrición. Esta polaridad pone en evidencia la urgente personalización de nuestros alimentos.

Foto: Shutterstock

El conocimiento de la microbiota ha evolucionado relativamente rápido. En los últimos 30 años pasamos de llamarla flora intestinal y saber que cumplía con ciertas funciones como la producción de vitaminas y nutrimentos, a prácticamente entender que funciona como un órgano y un segundo cerebro, pues está interconectado, afectando incluso nuestra salud mental.

La nutrióloga Alejandra Romero, delegada general de Instituto Danone de México, explica que poco a poco hemos logrado una amplia investigación al respecto que da nuevos paradigmas para la forma de alimentarnos, aunque aún quedan muchas incógnitas sobre el funcionamiento de la microbiota.

“Sabemos que la microbiota intestinal es como la huella dactilar de una persona, ya que su composición es totalmente individual, influye el estilo de vida, la alimentación, la forma de nacer y si nos amamantamos, así como los agentes a los que hemos estado expuestos, entre otros aspectos”, refiere.

La especialista explica que la microbiota tiene cuatro funciones principales: nos ayuda a digerir ciertos alimentos y absorber otros; nos permite un buen funcionamiento del tubo digestivo e intestino. Con una microbiota sana logramos una barrera de agentes patógenos o toxinas y, por último, juega un rol primordial en nuestro sistema inmune, pues se sabe que el 70% de éste se encuentra en el intestino. Hay también patologías específicas relacionadas con la microbiota, entre ellas enfermedades como demencia o depresión. Por esta diversidad, los alimentos no tienen los mismos efectos de una persona a otra.

Dice que en realidad todos los cuerpos necesitan de diversos nutrientes para poder activar el proceso de digestión, pero el mismo alimento, por ejemplo, puede generar un pico más alto de glucosa en una persona frente a otra. Esto nos ha llevado a descubrir que la nutrición ha sido generalizada y en parte es normal, pues cada sociedad tiene sus particularidades alimentarias, pero ahora personalizar ayudaría a digerir y metabolizar de mejor manera.

Este es el reto, lograr personalizar para que los alimentos tengan un impacto mucho más grande en la salud de las personas a través de la microbiota. Particularmente en México, explica que tenemos un problema de malnutrición. Esto se asocia a pesos muy bajos, pero matizar que la realidad es que el sobrepeso y la obesidad también tienen un grado de malnutrición, con deficiencias y excesos de grasa.

En México el 75% de la población de acuerdo con Ensanut tiene algún grado de sobrepeso , pero también cargamos con un 10% de desnutrición, es decir falta de nutrientes y alimentos balanceados. En nuestro país tenemos esta polaridad que nos lleva a buscar de manera enfática la personalización de nuestros alimentos.

Herramientas para personalizar la alimentación

Primero, dice la especialista, se trata de buscar una educación en nutrición. “Desde edades tempranas tenemos que hacer consciente a la gente del impacto que puede tener un estilo de vida saludable”, desde beber agua simple, consumo de alimentos fermentados, variedad de vegetales y frutos, proteínas, incluso complementarlo con el buen sueño y el descanso.

También hay estrategias para cuando los padres comienzan la alimentación complementaria de los bebés. “Básicamente se trata de presentarle el alimento a un niño alrededor de 25 veces y no caer en que en el primer rechazo ya se elimina el alimento, tampoco empezar por cosas dulces, si presentamos primero estos automáticamente, las verduras quedan descartadas en sabor”.

Otro punto importante es que el país está muy dividido en regiones, con costumbres y tradiciones. “En México comer no solo es un instinto de supervivencia, se trata además de un acto social y psicológico que implica mucho más, aún así al saber de alimentación, cada región nos puede dotar de una diversidad de alimentos ideales para nuestro cuerpo”.

Para la especialista dar las herramientas educativas y de formación basada en ciencia serán clave para despertar la necesidad de una sana y correcta alimentación, de ahí es una cadena que aumenta la importancia del tema sin irnos a los extremos. Hoy también desde el Instituto Danone se han dado cuenta de que a la gente le interesa esta información, saber qué alternativas se tienen para una buena alimentación.

Sobre las dietas de desintoxicación o los métodos de purga, la especialista explica que en realidad no es necesario, pues contamos con dos órganos que se encargan justamente de ese proceso en nuestro cuerpo. El hígado y los riñones, que ayudan a expulsar lo que nuestro cuerpo no necesita a través de la orina y el excremento. Asegura que “debemos dejar de temer cuando hablamos de bacterias, pues la mayoría tienen un beneficio, un propósito y una razón en nuestro cuerpo. Hay otras bacterias dañinas que a veces se encuentran en alimentos y pueden provocar algún daño si nuestro sistema no logra vencerlo antes de tiempo, pero son las menos y generalmente con higiene, no nos exponemos”.

Romero concluye que la investigación seguirá avanzando, sobre todo porque se van conociendo muchos más beneficios, pero por ahora la responsabilidad es poner esta información en manos de la ciudadanía y que la población general para que ésta pueda empezar a tomar decisiones informadas.

El Instituto Danone pone a disposición un sitio web que habla sobre buenas prácticas en nutrición basadas en ciencia: https://www.institutodanone.org.mx/.

nelly.toche@eleconomista.mx

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Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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