Litio, su versatilidad y dónde está parado México

El litio es un viejo conocido de las industrias. Se trata del metal y elemento sólido de menor densidad de la tabla periódica pero con una elevada reactividad química. Es casi 50% menos denso que el agua, parecido a muchas maderas, y en una barra de metal puro es tan blando que se puede cortar con un cuchillo.

Las utilidades de este elemento en las industrias son vastas y siguen creciendo. Seguramente usted sabe sobre su uso irreemplazable en la fabricación de dispositivos para el almacenaje de energía. Pero el litio es un recurso fundamental de actividades humanas tan diversas como la creación artesanal, la medicina y la ingeniería espacial. Detallamos dos ejemplos.

El carbonato de litio, por ejemplo, se emplea en la fabricación de medicamentos psiquiátricos desde la década de los 60. Entre sus cualidades médicas, siempre bajo un consumo estrictamente controlado, se encuentra la estimulación para la producción de nuevas neuronas, así como el aumento del volumen del hipocampo y la corteza cerebral. Por ello, se ha empleado con éxito para el tratamiento de condiciones como el trastorno bipolar, la depresión y la esquizofrenia.

En una nave espacial o un submarino, la respiración de la tripulación, entre otras actividades químicas a bordo, generan exceso de dióxido de carbono (CO²). En este caso, el litio puede intervenir cuando se mezcla con agua para formar hidrógeno e hidróxido de litio. Este último es capaz de capturar el CO² en el aire. Este proceso causa la precipitación a carbonato de litio y, dicho de manera coloquial, permite la purificación del aire.

Tras los rastros del elemento

Volvamos al uso de mayor interés del litio en la actualidad. Debido a su gran potencial electroquímico, las baterías de iones de litio son elementos portátiles que han revolucionado la tecnología en las últimas décadas, una revolución que no ha cesado y cuyo siguiente salto debe ser la masificación de la movilidad a partir de motores de inducción en vehículos eléctricos.

Pero, ¿hay suficientes yacimientos de litio?, ¿dónde están? ¿La calidad del litio es la misma en distintas regiones del mundo? ¿En qué posición se encuentra México? El economista Rodrigo Benedith, especialista en energía y política económica, delinea la situación geográfica y práctica del litio.

“En América Latina hay una zona especial a la que llaman ‘el triángulo del litio’, entre Chile, Bolivia y Argentina. El tipo de litio de esta zona se encuentra en salmuera y Chile es el gran productor de nuestro continente, seguido de Argentina. Los mayores productores de litio a partir de roca en el mundo, que en su mayoría se encuentra del otro lado del mundo, son Australia y China. En América del Norte, principalmente, el litio se encuentra en un tipo de mina de arcilla y no se ha hecho la explotación como tal. En Sonora, Nevada y Arizona es donde hay más de ese tipo de yacimientos. Estados Unidos tiene una gran cantidad de yacimientos certificados, pero no los ha podido explotar porque es complicada su extracción en el tipo de minas que tenemos”, explica el especialista.

El país vecino del norte es un gran consumidor, con alrededor del 25% del litio mundial, e importa el elemento desde Sudamérica. Pero el mayor consumidor en el mundo es China, la gran fábrica manufacturera del mundo, cuyo principal socio es Australia.

Para el caso de nuestro país, precisa Benedith, “sabemos que existen yacimientos certificados en el noroeste de México porque los ha detectado el Servicio Geológico de Estados Unidos, pero no se ha hecho una exploración como tal porque tiene un costo. Es decir, no hay un buen diagnóstico sobre cuánto litio existe en México, sin embargo, hay reservas que probablemente sean bastante altas”.

Según el informe Perfil del mercado del litio, publicado por la Secretaría de Economía en enero de 2021, “los registros estadísticos de litio en México no reportan ninguna producción, dado que los yacimientos que se conocen se encuentran aún en etapa de exploración” y se ubican principalmente en los estados de Baja California, San Luis Potosí, Zacatecas y Sonora. No obstante –precisa el documento– “actualmente se encuentra en construcción la planta de beneficio de la empresa Bacanora Lithium, en el estado de Sonora. Se espera que la planta comience a operar en el año 2023, siendo diseñada para procesar inicialmente 1.1 millones de toneladas (Mt) de mineral por año, durante la primera etapa del proyecto; aumentando, posteriormente, hasta alcanzar los 2.2 Mt anuales en una segunda etapa.

En 2018, México exportó 36.4 toneladas de litio con un valor de 652 mil dólares e importó 195 toneladas a un costo de 3.8 millones de dólares.

¿Nacionalizarlo o no?

Ahora bien, el especialista considera favorable una reforma para la nacionalización del elemento, es decir, que le dé un tratamiento distinto al de los minerales que ahora mismo se extraen del país, porque, estima, “de este elemento se podría obtener muchísimo valor si lográramos hacernos del mineral como propiedad de la nación y retirarlo del régimen de concesiones como cualquier otro mineral”.

Dado que México forma parte de una zona económica integrada, a través del T-MEC, argumenta: “si vamos a cambiar de vehículos que utilizan combustibles fósiles a aquellos que usan energía eléctrica para movilizarse, considerando que una de las mayores industrias de maquila y alto valor en el país es la automotriz, imagínate lo conveniente que sería que la producción de las baterías de estos vehículos se produzcan con litio mexicano, es decir, le darían muchísimo valor a nuestro litio en lugar de solamente cobrar una regalía por las hectáreas concesionadas a alguna minera”.

Sin embargo, concluye Benedith, para realizar la exploración y explotación formal de yacimientos del recurso en México se requiere de una importante participación privada, puesto que sería arriesgado invertir recursos de la hacienda pública con este fin sin tener conocimientos de la industria, “pero sí tiene mucho sentido ser dueño del activo”. De ahí el dilema.

Expertos estiman que el litio será una alternativa del futuro frente al petróleo para generar energía. foto: shutterstock

Curiosidades del litio:

• El nombre del litio proviene del griego líthos, que quiere decir piedra
• El cloruro de litio se emplea en la pirotecnia para dar color rojo
• Sony fabricó el primer modelo comercial de una batería de iones de litio en 1991

Otras aplicaciones del elemento:

• Procesos de refrigeración
• Elaboración de lubricantes
• Combustible para torpedos
• Armas termonucleares
• Aplicaciones en la óptica
• Fabricación de polímeros

Una nueva alternativa:

Las baterías de iones de sodio se desarrollaron y masificaron junto con las de litio durante los años 80, pero fueron las segundas en las que se concentró la investigación durante las décadas siguientes hasta la actualidad. No obstante, dado que la demanda de litio ante una necesaria transición energética es superior, la investigación del sodio (un elemento más abundante) ha repuntado. En 2021, la compañía china Contemporary Amperex Technology (CATL), proveedora de compañías como Tesla, Toyota y Volkswagen, presentó la primera generación de baterías de sodio, cuyo rendimiento está no muy lejos de aquellas hechas enteramente de litio.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx