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Los nómadas digitales en CDMX y las rentas que los mexicanos no pueden pagar
La Ciudad de México se convirtió en uno de los destinos favoritos de los nómadas digitales, su poder adquisitivo ha transformado el mercado de los alquileres al mismo tiempo que las viviendas de encarecen y cada vez menos mexicanos pueden costearlas.
La pandemia revolucionó los mercados laborales alrededor del mundo; miles de compañías pasaron definitivamente al trabajo remoto y esto ha provocado que miles de trabajadores emprendan sus viajes trabajando desde cualquier parte del mundo y todo lo que necesitan es tener una buena conexión a internet.
La Ciudad de México se convirtió en uno de los destinos favoritos de los extranjeros, que particularmente se instalan en barrios céntricos como la colonia Roma, Condesa, Cuauhtémoc y Juárez.
Esto ya ocurría desde antes de que la Covid-19 llegara al mundo, pero en medio de la pandemia se aceleró. México fue uno de los pocos destinos mundiales que siempre mantuvo sus fronteras abiertas para los extranjeros, incluso durante las épocas más complejas en términos de contagios.
Además de estar abierto al mundo, también es uno de los países más baratos para quienes perciben sus ingresos laborales en moneda extranjera. La "gran renuncia" en Estados Unidos y la aparición de flexibilidades en el trabajo también impulsaron esta llegada de nómadas digitales a la Ciudad de México.
Esto ha generado que hoy en día decenas de extranjeros estén ocupando las viviendas capitalinas por rentas mensuales que son significativamente superiores al salario mínimo y los salarios medios de la población mexicana. Cerca del 30% de los arrendamientos en las colonias de la alcaldía Cuauhtémoc son contratos activos con extranjeros.
Y pese a que el turismo internacional y el gasto realizado por los extranjeros dentro del país es importante para la economía mexicana, la llegada de los nómadas digitales también puede impactar negativamente en la calidad de vida de las personas locales; que se ven obligados a buscar otras opciones de vivienda que sí puedan costear o que cada vez tienen que destinar una mayor parte de sus ingresos sólo a los alquileres.
Los alquileres trepan
Además de la tendencia acelerada de la inflación, la llegada persistente de nómadas digitales a la capital mexicana ha producido un incremento importante en los precios de las rentas.
En estas zonas de la Ciudad de México, y algunas otras en el interior del país, los alquileres se han vuelto impagables para la mayoría de los trabajadores mexicanos.
Las rentas en colonias como Hipódromo Condesa van desde 18,000 hasta 60,000, de acuerdo con las plataformas Inmuebles24 y Vivanuncios.
Pero en México la mitad de los trabajadores ganan menos de 4,251 pesos mensuales, según cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi. Y apenas el 2% de la población ingresa más de 21,255 pesos por su trabajo cada mes.
Incluso para quienes trabajan en Ciudad de México, estos precios de alquiler son impagables sin "roomies". El salario mensual promedio ronda entre los 6,000 y 10,000 pesos.
De acuerdo con el informe anual de la plataforma de anuncios de venta y renta de vivienda, Inmuebles24, las alcaldías en donde es más caro alquilar son Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc. Algunas de las colonias más caras son Polanco Chapultepec, Polanco Reforma, Roma Norte, Roma Sur y Condesa.
La mitad de los mexicanos tiene problemas para pagar la renta
Mientras para los extranjeros los precios de las rentas en la Ciudad de México son accesibles, la realidad para la población mexicana es otra: 55% de los habitantes tiene dificultades para pagar la renta, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
El estudio también encontró que las condiciones de vivienda se han deteriorado de manera importante en relación con la situación prepandémica. El 32% de los mexicanos se vio obligado a dejar su vivienda para mudarse a otra que sí pudiera costear durante la pandemia Covid-19. La mayoría se mudaron a otro lugar más barato dentro de la Ciudad de México, pero cerca del 14% de estas personas tuvieron que mudarse al Estado de México o alguna otra entidad.
Estas cifras muestran que además de la gentrificación -la llegada de los nómadas digitales-, la inflación y la compleja recuperación económica, la pandemia también tuvo efectos en el sector vivienda.
El estudio concluye en lo fundamental que resulta que se tomen acciones de política pública que regulen todos estos nuevos fenómenos que están ocurriendo y se garantice el derecho univeersal a la vivienda. Para esto es necesario que:
- El régimen inquilinario ocupe un lugar central en las políticas de atención y en la reconstrucción pospandemia.
- Se legisle en materia inquilinaria desde una perspectiva de derechos humanos, equilibrando la relación entre personas propietarias e inquilinas.
- El Estado regule los precios de renta de acuerdo a los salarios percibidos por los habitantes de la ciudad, ofrezca apoyos específicos para las personas arrendatarias en dificultad y amplíe las opciones para acceder a una vivienda ofreciendo alternativas expeditas a grupos vulnerables que sean desalojados.
La situación de vivienda, particularmente en términos de renta, se ha vuelto compleja de manera importante en los meses recientes. Mientras más nómadas digitales llegan a ocupar los cuartos en edificios de las colonias céntricas de la Ciudad de México, más vecinos se ven empujados a otros barrios y a las periferias. La comida, la cultura y el entretenimiento también se encarecen. Y el impacto llega también al transporte, los niveles de congestión y los tiempos de traslado. La calidad de vida de los y las mexicanas resiente estos fenómenos.