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Mala calidad del aire se convierte en problema de salud pública

Este problema se relaciona también con enfermedades crónicas respiratorias, cerebrales y cardiacas, incluso cáncer, precisaron especialistas.

De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes están relacionadas con graves problemas respiratorios.

No es que por respirar un día de contingencia la gente muera, pero la mala calidad del aire complica la situación de salud de personas que ya padecen de enfermedades en vías respiratorias, esto es parte de la causa de muerte , dijo Bosque David Iglesias Guzmán, colaborador del Programa de Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana.

El valle de la Ciudad de México ha mantenido desde hace algunas semanas alertas por contingencia ambiental.

La explicación, ha indicado la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), mediante un video, es la radiación solar, que ha impedido que las partículas de ozono se dispersen, generando a su vez un efecto térmico en la ciudad, además de la falta de circulación de aire, lo que impide la dispersión de contaminantes.

La campañista en Megaciudades de Greenpeace y bióloga, Paola Neumann, comentó que una contingencia prolongada puede provocar enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares, además de cáncer, debido al contacto continuo con gases contaminantes.

Es preocupante y grave que las autoridades no tomen el problema con la seriedad que se requiere, ya que no es cualquier cosa , dijo.

En tanto, Iglesias Guzmán precisó que, a pesar de que la Ciudad de México no es la más contaminada del país, pues Salamanca, Guanajuato, registra un mayor número de contaminantes en la atmósfera, debido a la actividad de la refinería instalada en la localidad, la situación en la capital es alarmante.

Tenemos que cambiar de manera radical la manera en la que hacemos nuestra vida cotidiana. Las medidas de reducción de vehículos que circulan ayudan, pero no resuelven todo; tendríamos que estar pensando en adoptar nuevos esquemas y patrones de cultura laboral (por ejemplo) horarios escalonados o construir nuevas prácticas cotidianas que permitan reducir considerablemente el número de trayectos diarios que se hacen en automóvil , indicó el especialista.

hector.molina@eleconomista.mx

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