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Arte e Ideas

Lectura 6:00 min

Manuel Gaona retrata el desencanto detrás del “sueño americano”

La exposición del artista capitalino residente en Aguascalientes debuta en solitario en la Galería Flux / Lab con la exposición “The american dream”, que demuestra lo fácil que es estigmatizar el fenómeno migratorio sin darse cuenta.

¿Qué es lo que confiere legitimidad a una pieza de arte? ¿Quién o qué circunstancia autoriza o desautoriza a uno u otro artista para hablar con su obra de fenómenos sociales como la migración y sus estigmas? ¿Quién está autorizado, y desde qué ángulo, para retratar un fenómeno tan humano sobre el que, sin embargo, se impone un costal de prejuicios, como lo es el derecho a la movilidad?

Usted, estimada lectora, estimado lector, quizás tenga respuestas más inmediatas y claras ante estas preguntas que, en gran medida, parecen ser una misma interrogante con diferentes amplitudes.

De botepronto, usted podría responder que nadie ni nada pueden regir sobre la libertad de expresión y que ni siquiera debería juzgarse sobre la postura de quien interpreta un fenómeno social a través del arte. Si el artista mira la migración siendo un migrante o si lo hace con una mirada vertical, cenital, no importa, porque precisamente eso es el arte, una caja de arena con tantas posibilidades como las que provea la imaginación, la mano del artista y, claro, su justificación textual o verbal. Lo importante, quizás, agregaría este que escribe, es que el resultado mueva, que mueva algo, que genere interrogantes, amor, llanto, pasión, repulsión, indignación, empatía y otras tantas variables, incluso las más antagónicas, pero que termine provocando.

Ese es el dilema que detona en el escribiente la exposición “The american dream”, del artista Manuel Gaona, que se inauguró este jueves en la galería Flux / Lab, en San Ángel, al sur de la Ciudad de México, una muestra con una docena de piezas que van desde la pintura al óleo y acrílico y la serigrafía hasta la escultura en cerámica y fibra de vidrio o el ready-made.

Sobre “The american dream”, de la paja del texto de sala se rescata: “las pinturas reclaman no sólo nuestra empatía, sino nuestro activismo organizado para detener las penurias de los millones de migrantes que soportan este ‘viaje’ en busca de una vida mejor (...) estas pinturas de Gaona destacan por su comentario directo sobre la inhumana realidad cotidiana que nos rodea hoy en día”.

Una dualidad para reflexionar

Y sí. Las piezas expuestas por Gaona para “The american dream” son bellas, potentes; no necesitan mayor explicación para provocar, cuestionar y hasta conmover, sobre todo las pinturas.

Por ejemplo, en la obra “Mötley Crew”, Gaona retrata a un trabajador latino tomándose unos minutos de descanso de su chamba como botarga de Mickey Mouse. En ella se muestra la dualidad del “sueño americano”, ese en el que, literalmente, el hombre encarna el símbolo del sueño gringo, pero cuando se quita la cabeza de la botarga, desaparece la ilusión del Mickey Mouse y se queda un trabajador posiblemente racializado y, quizás, con limitadas o nulas garantías laborales.

Como esa, varias de sus pinturas tienen la misma potencia. Por ejemplo, el óleo de gran formato “They stole everything from us except Winnie the Pooh”, donde se observa a una familia haitiana, padre, madre e hijos, sentada sobre la banqueta, con pocas posesiones salvo una botella de refresco y un peluche del encantador oso de las caricaturas.

Sobre esta obra, Gaona explicó: “es una familia que estaba en un crucero en Aguascalientes, pidiendo dinero, porque les habían robado todo y estaban tratando, para empezar, de comer, pero también de seguir su camino hacia Estados Unidos. Me contaron que lo único que no les robaron fue el Winnie de la niña y la mochila. Quizás los maleantes dijeron: no vamos a ser tan malos y les vamos a dejar el peluche, que es un símbolo muy americano (...) tenían a la niña en brazos con un calor terrible. La mamá tenía una mirada como de esperanza perdida, como de decir: ¿qué estamos haciendo aquí? Estoy en una banqueta sentada, con este calor, pidiendo el dinero en un país que no es el mío, tratando de llegar a Estados Unidos”.

Luego entonces surge otro par de preguntas: ¿es necesario que el artista defienda su obra o que la justifique?, o, ¿puede la obra cobrar un sentido distinto a los ojos del espectador que se divorcie de las motivaciones de quien la ejecutó?

Se le pregunta a Gaona si, como fundamento de esta serie artística vivió algún proceso migratorio y tiene antecedentes migratorios, y este respondió: “no, no tengo antecedentes. He viajado muchas veces a Estados Unidos, pero no viví el proceso de subirme a la bestia, porque sería como actuar, y eso no me gusta. Lo viví a través de las experiencias de la gente, me empapé de ellas y viajé a Estados Unidos, por supuesto, a Texas y a California, para vivir más de cerca lo que vivían ellos allá. La intención de esta exposición es que nos situemos estando allá. No tanto el proceso del camino. El camino es difícil, pero quise enfocarme en la vida de ellos, qué es lo que viven, cómo lo viven, de qué viven”.

Se valora que el artista precise que no le interesa “actuar” el proceso de la experiencia sobre migrar. Y hay que concederle la declaración inocente al negar que carece de antecedentes sobre procesos migratorios sin darse cuenta que él es nacido en la Ciudad de México pero residente en Aguascalientes, y que se limita a asimilar la migración, igual que lo hace el propio texto de sala, como una “inhumana realidad”, que se observe a las personas plasmadas en la obra como vidas trágicas de las que hay que compadecerse y capturarlas como si se tratara de una caza de mariposas, sutil pero, al final, furtiva; porque es el discurso entre líneas lo que dice aún más de lo que se declara verbalmente.

Pero, es necesario reiterar, las obras de Manuel Gaona valen completamente la pena, fuera de cualquier privilegio o perspectiva desde los privilegios. Hay que pisar con cuidado en una era donde las posturas políticamente correctas pueden resultar una trampa.

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“The american dream”

  • Manuel Gaona
  • Galería Flux / Lab
  • Calle de la Amargura 5, San Ángel
  • Del 4 de mayo al 4 de junio

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Más sobre la galería

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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