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Arte e Ideas

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Muerte de las abejas, asociada con una bacteria

Las productoras de miel viven amenazadas por factores ambientales y de actividad humana.

Colonia, Ale. Las muertes de abejas es un debate que se ha presentado en algunas regiones del mundo, incluido México; en muchos casos los insecticidas han sido señalados como el factor responsable del aumento regional de las tasas de colapso de colonias de abejas. Sin embargo, las últimas revisiones científicas han identificado combinaciones complejas de factores que están afectando la salud de las abejas.

Entre los principales culpables se mencionan enfermedades, condiciones climáticas, problemas genéticos, la pérdida de las fuentes de alimento de las abejas melíferas (abeja de la miel) y uno de los principales motivos son parásitos como el ácaro Varroa.

Durante el Future of Farming Dialogue 2019 realizado en la ciudad de Colonia, Alemania, donde líderes de la industria alimentaria, agricultores y demás interesados comparten diversas perspectivas sobre los temas que afectan la industria agrícola, el doctor Christian Maus, experto en biodiversidad y polinizadores, asegura que es un tema de trascendencia si entendemos que el mercado de los insectos de polinización está estimado entre 235,000 a 577,000 millones de dólares anualmente de acuerdo con el reporte de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema.

Explica que muchos cultivos no son polinizados por el viento, sino que dependen en gran medida de los insectos polinizadores. Por ejemplo, las almendras dependen casi por completo de la polinización de las abejas melíferas, y sin ellas habría mucho menos manzanas, melones, fresas, sandías y otras frutas para cosechar.

Aunque no podemos hacer responsables del futuro de la alimentación a las abejas, pues no es la única vía, sin la polinización de insectos, aproximadamente un tercio de los cultivos que comemos tendría que ser polinizado por otros medios, o producirían significativamente menos comida. Ante este reto, el también director científico del Bayer Bee Care Center dio a conocer que diversos estudios de polinización comenzaron a centrarse en las abejas melíferas.

El peligro del ácaro Varroa

Se supo de este ácaro destructor por primera vez en Europa occidental a fines de la década de 1970 y en América hasta la década de 1980. Desde su introducción, ha causado muertes masivas de abejas, ya que la abeja melífera occidental no tiene defensa contra el parásito. El daño causado por este ácaro ha llevado a muchos científicos y apicultores a clasificar a Varroa como la mayor amenaza para la salud de las abejas melíferas, explica el especialista durante la primera jornada de los diálogos, debido a que causa varroosis, una infestación muy grave y compleja.

Este parásito ha eliminado poblaciones enteras de abejas melíferas occidentales en los últimos años, y su poder destructivo es evidente por la gran cantidad de colonias perdidas. Sin intervención humana, la infestación con varroa significa una muerte segura tarde o temprano para las abejas melíferas en Europa y América.

En México, un análisis epidemiológico de patologías detectadas en apiarios muestreados, realizado por el departamento de Medicina y Zootecnia de Abejas, Conejos y Organismos Acuáticos de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, en convenio con Senasica y apoyado por Sagarpa, se observó que la varroosis es la causa número uno de enfermedades y parásitos apícolas, con más de 80.0 puntos, muy por encima de otros virus como el de las alas deformadas, virus de la cría sacciforme o la nosemosis con 25.0 puntos.

Ante este hecho, el estudio identifica como área de oportunidad reforzar la actividad institucional para el control de la varroosis y de otras patologías que afectan la apicultura nacional.

Soluciones en camino

En el pasado, los esfuerzos para controlar este parásito se habían concentrado en el tratamiento dentro de la colmena, pero las abejas que buscan alimento traen nuevos ácaros cuando regresan a casa. Por ello, los científicos de Bayer y la Universidad de Frankfurt han estado trabajando para desarrollar la llamada Puerta Varroa, la cual está diseñada para prevenir la reinfección.

“La polinización es el tema en este programa, para soportar esta situación hay una colaboración de investigación en Asia, África y América, para ver cómo la industria puede ayudar a la polinización”, indica el doctor Maus. “Es entender el comportamiento de las abejas con base en pruebas y estandarizar métodos que se puedan aplicar”. Al tratar de entender cómo la tecnología se puede aplicar a este programa se logró una amplia colaboración.

¿Cómo funciona la puerta?

El especialista explica que la vida en la colmena está altamente organizada, las abejas obreras distribuyen polen, limpian, cuidan las larvas y defienden la entrada contra los invasores enemigos como las avispas y otros animales.

Sin embargo, el ácaro se desliza en los cuerpos de algunas abejas obreras y evade la barrera. Como una garrapata, se adhiere a una abeja con sus mandíbulas y así se cuela; una vez dentro, los ácaros se reproducen poniendo sus huevos en los panales donde se crían nuevas abejas, logrando así eliminar colonias enteras de polinizadoras. Para ello se creó una estructura a la entrada de la colmena. A primera vista no parece nada especial, pues se trata de una tira de plástico con agujeros a través de la cual las abejas vuelan dentro y fuera.

Inspirada en los collares de garrapatas usados por perros y gatos, la tira de plástico está recubierta por productos químicos, donde cada vez que una abeja pasa a través de la puerta, toca el borde, así se transfiere un veneno de ácaro a la abeja y mata a los ácaros que puedan estar transportando. Hasta ahora no hay efectos secundarios.

El doctor Maus asegura que este trabajo implica estar cerca de las autoridades, universidades e investigaciones en otras instituciones para lograr estandarizar los sistemas y que se puedan atender las poblaciones de abejas, por ello invitó a que los distintos actores y principalmente los gobiernos atiendan el problema y sean parte de la solución.

nelly.toche@eleconomista.mx

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