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Murió Alejandro Luna, reconocido creador de escenarios
El arquitecto, escenógrafo e iluminador, diseñador de producción de cine y teatro, falleció a los 83 años, dejando un legado insuperable en las artes escénicas mexicanas
Este martes, a la edad de 83 años, recién cumplidos, falleció el arquitecto y escenógrafo mexicano Alejandro Luna Ledesma, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2001, Medalla Bellas Artes en 2016, y miembro de número de la Academia de Artes desde 2007.
Ante la noticia, la Secretaría de Cultura, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) expresaron sus condolencias a través de Twitter.
“La Secretaría de Cultura lamenta el fallecimiento del arquitecto, escenógrafo, iluminador y académico Alejandro Luna, creador escénico imprescindible en la historia del teatro en México. Fue galardonado con la Medalla Bellas Artes 2016 y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001”, publicó la dependencia.
“La AMACC lamenta el fallecimiento de Alejandro Luna, arquitecto, iluminador y escenógrafo. Creador de mundos teatrales y cinematográficos. En 1985 ganó el premio Ariel a mejor ambientación por su trabajo en la cinta Frida. Abrazamos a Diego (Luna) y a todos sus familiares y amigos”, expresó el organismo colegiado.
Por su parte, la UNAM, escribió: “Lamentamos el fallecimiento del arquitecto Alejandro Luna, escenógrafo de más de 300 óperas y obras de teatro y danza en América, Asia y Europa”.
Alejandro Luna nació en la Ciudad de México (1 de diciembre de 1939), estudió arquitectura a finales de la década de los 50 en la entonces Escuela Nacional de Arquitectura, y cursó materias de arte dramático en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
A lo largo de su larga trayectoria diseñó la escenografía de más de 300 puestas en escena presentadas en los mejores escenarios del mundo y fue el diseñador de producción de célebres largometrajes, entre los que destacan “Frida. Naturaleza viva” (1986), de Paul Leduc; “Cabeza de Vaca" (1991), de Nicolás Echevarría; “Santa Sangre" (1989) de Alejandro Jodorowsky, y “La tarea” (1992), de Jaime Humberto Hermosillo.
Además, asesoró la construcción de teatros como el Juan Ruiz de Alarcón y la Sala Miguel Covarrubias, para la UNAM, o el Teatro Diana y el Centro de Artes Escénicas, en Guadalajara. Un pilar, pues, con todas las de la ley, del teatro mexicano.
Apenas en agosto pasado se le rindió un homenaje en un Teatro de la Ciudad Esperanza Iris pletórico, con el montaje de la obra “Edipo: nadie es ateo”, de David Gaitán; Luna subió con esfuerzo al escenario para recibir la ovación del público y escuchar las palabras de Gaitán: “El privilegio de trabajar contigo en las obras que nos ha tocado ha sido de lo más alto de mi carrera artística”, le dijo Gaitán. “La sensibilidad que tienes para llevar el mundo técnico al mundo de la sutileza y la sensibilidad es algo que no había encontrado nunca antes. Cuando me preguntaron a razón de qué era el homenaje a Alejandro Luna, respondí que para artistas de esta talla no se necesitan motivos”.
Al micrófono, Luna respondió: “Todos aplaudiendo, es muy emocionante. Nunca me pasa, ¿eh? Le aplauden más al cliente”, dijo después de señalar al director de la obra, hizo una pausa y añadió: “agradecerles una recepción tan simpática. Desde aquí los veo a todos, este sin duda es un lugar privilegiado. Muchas gracias por el aplauso”, concluyó y se le invitó a bajar por las escaleras, pero, como buen hombre de teatro, eligió salir por el costado.
(Con información de Ricardo Quiroga)