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PEF 2024: grandes partidas a pesar del deterioro institucional
Analizan distribución del presupuesto para el Ramo 48: El Poder Legislativo perdió la autonomía sobre decisiones como el dinero para la cultura en el país, estima el historiador Bolfy Cottom, mientras que el analista Carlos Villaseñor señala que la descentralización de las decisiones y el dinero será el gran pendiente de la próxima administración.
La Cámara de Diputados aprobó la semana pasada el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2024 (PPEF 2024), en el cual, la propuesta para el Ramo 48, Cultura, se votó a favor sin un solo cambio.
Como este diario ha consignado, resalta la designación extraordinaria de poco más de 8,006 millones de pesos para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que representa un crecimiento de casi el 70% frente al presupuesto que el instituto ejerce este año (4,739.2 mdp).
Pero el motivo de este abultamiento presupuestal no se verá reflejado en las distintas áreas del INAH sino que se concentra en un único punto: un total de 3,274.7 mdp fueron designados para el programa “Provisiones para la adquisición de terrenos de Zonas Arqueológicas”, el cual, presumiblemente, se canalizará para salvamento arqueológico y en la conclusión de la obra civil de museos y otros centros culturales vinculados al proyecto prioritario del Tren Maya
También destaca que la Subsecretaría de Desarrollo Cultural recibirá 1,125.4 mdp, de los cuales 1,000 millones están destinados para el programa “Provisiones para el Desarrollo de Infraestructura Cultural”, es decir, al proyecto prioritario Chapultepec: Naturaleza y Cultura.
Fuera de estas dos grandes designaciones, para el resto de las áreas de Cultura el presupuesto designado tiene incrementos marginales e incluso para algunos casos con disminución. Estos detalles se explican con minuciosidad en las notas adjuntas a este texto.
Parlamentos abiertos, una farsa; no hay autonomía del Legislativo
Al respecto, el doctor Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH y uno de los miembros de la comunidad cultural que han señalado criterios y ha sugerido cambios presupuestales de cara el año que viene, opina que en el Poder Legislativo “no ha habido siquiera una discusión seria. Toda esta figura de los célebres parlamentos abiertos son una farsa, una tomadura de pelo. Es como decía Monsiváis: abrir parlamentos es abrir espacios para el derecho al pataleo, y nada más que eso. Pero todo ya estaba definido. Es claro que se acabó la autonomía del Poder Legislativo y se ha convertido sólo en una oficina de trámite del Poder Ejecutivo. No hay más autonomía, por más que nos quieran convencer de lo contrario”.
Por su parte, el analista presupuestal Carlos Villaseñor Anaya, fundador y director de Interactividad Cultural y Desarrollo A.C., lamenta que, aunque ha habido un crecimiento notable en el presupuesto federal para cultura en el sexenio, el crecimiento real, aplicable en las distintas áreas de dependencias centrales como el INAH y el INBAL, ha sido mínimo, y esto, señala, se puede observar en la actividad diaria de sus sedes administrativas y culturales.
“Yendo a un museo o un espacio cultural (fuera de los beneficiados por los proyectos prioritarios), cualquiera puede constatar las carencias que se padecen en términos tan básicos como la falta de jabón, de papel de baño, de papel para oficinas, o en la falta de insumos tan esenciales, como escobas y trapeadores, etcétera. Y todo esto sí pone a las tareas de conservación, mantenimiento y preservación del patrimonio cultural en condiciones de mucha fragilidad”, agrega Villaseñor Anaya.
Si acaso, apunta sobre este mismo tema Bolfy Cottom, la urgencia en el deterioro de las instalaciones académicas, de investigación y arqueológicas se atenderá “cuando ya sea demasiado tarde, por ejemplo, cuando suceda una catástrofe, que algo se caiga o se desmorone, y entonces se va a reaccionar. En el gobierno históricamente ha habido una actitud reactiva y no preventiva”.
Sobre estas urgencias estructurales, a través de parlamentos abiertos previos a la votación del PPEF 2024 desde la Comisión de Cultura y Cinematografía en San Lázaro, Carlos Villaseñor fue una de las voces que señalaron la existencia de una tercera partida de 695 millones de pesos destinados a la Subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento de la Lectura, que se encuentra acéfala desde enero de 2021, con la partida de Natalia Toledo.
Sobre esta partida, comparte Villaseñor, se sugirió una redistribución en otras áreas de cultura para paliar varias de las deficiencias tanto en infraestructura como de personal en distintas áreas de Cultura, pero esta iniciativa, que incluso se intentó a través de una reserva, no prosperó.
—¿El incremento del presupuesto a Cultura en 2024 podría mantenerse hacia los próximos años y aplicarse en otras áreas donde es urgente?
El doctor Bolfy Cottom comenta: “no, a estas alturas yo ya no soy ingenuo. Pensar que este incremento de presupuesto sea signo de una inercia para lo que viene, no lo creo. A menos que algo suceda en el equilibrio de fuerzas, que algo pase en la composición política, por ejemplo, en el Congreso. Aunque nada es garantía. Esto se ha peleado por años, pero no ha habido voces que escuchen el llamado a resolver los déficits y problemáticas que se van convirtiendo en estructurales dentro del INAH y de Cultura”.
Para el analista Carlos Villaseñor tampoco se percibe viable a esta distancia. “No creo que quieran hacerlo un monto regularizable. Sin embargo, habría argumentos para que ese monto ya permaneciera (en el Ramo 48) y fuera el piso a partir del cual el año entrante se empiece a discutir el presupuesto. En términos de los Derechos Humanos podríamos argumentar que no puede haber regresividad, pero, al estar establecidos en partidas muy específicas, se ve difícil. Solamente si la Secretaría de Hacienda, a lo largo del año, autorizara que la partida para el INAH se reordene para incrementar los Capítulos 1000, 2000 y 3000, sería más fácil argumentar ese dinero como piso para el siguiente proyecto de presupuesto”.
Y es que, comparte Villaseñor Anaya, “el antropólogo Diego Prieto me envió un mensaje y me dijo que es posible que parte de esos 3.274 millones (destinados al Tren Maya), si fuera necesario, se podrían reorientar a otras prioridades. En ese momento, en particular, estábamos hablando de la intervención que se requiere para el Templo de Quetzalcóatl en Teotihuacan. Ahora bien, la realidad es que esas carencias están allí, las podemos constatar, y creo que quedan como un gran pendiente para la próxima administración”.
Desglose del presupuesto del INAH 2024
- Gasto total: 8,006’560,385 (100%)
- Servicios personales: 3,505’146,538 (43.7%)
- Gasto de operación: 1,216’141,856 (15.1%)
- Subsidios: 9’826,582 (0.1%)
- Inversión física (Tren Maya): 3,274’725,666 (40.9%)
Hay un debilitamiento de infraestructura sistemático y cuando empiece a manifestarse, lo hará en cascada, y esto es lo preocupante”,
Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH
Probablemente éste fue el año que menos participación evidente ha habido de la comunidad cultural en la negociación del presupuesto. Prácticamente no vimos voces culturales y me parece que esto sí nos debe hacer reflexionar”,
Carlos Villaseñor Anaya, director de Interactividad Cultural y Desarrollo A.C.
Información detallada sobre el presupuesto
Tren Maya acapara presupuesto de Cultura en el PPEF 2024
Focine no verá aumento en 2024 y Publicaciones desaparece del presupuesto