Quien siembra huracanes

Me pregunto si al lector le interesarán esas cosas dice Fernanda Melchor (Veracruz, 1982) cuando se le preguntan por sus rituales y manías a la hora de sentarse a escribir. Porque se sienta, no es como Virginia Woolf que escribía de pie.

Los rituales para lo que sirven es para ayudarte a sentarte a escribir dice citando a Charles Bukowski. Llegar a la silla es el verdadero problema, porque escribir es de lo más placentero, explica. Lo gozo bien cabrón dice.

Melchor está promoviendo su nueva novela, Temporada de huracanes (Random House Mondadori), una novela basada en el chisme , en la voz coral de un pueblo que es testigo de un asesinato.

Hablando de rituales, Fernanda me cuenta que cada libro tiene los suyos. En el caso de Temporada… fue escuchar sin cesar Tengo todo excepto a ti , la canción de Luis Miguel que funcionaba como un leitmotif para escribir uno de sus personajes que se llama precisamente Luismi. Pero al final no incluyó la canción en la novela, no esa sino Solo tú , porque su fraseo era más práctico para el ritmo del libro.

Temporada de huracanes cuenta la historia de La Bruja, una mujer que hacía limpias y amarres y que un día amaneció muerta, asesinada porque… nada, sin spoilers. Pero lo interesante es que el germen es una anécdota real sacada de la nota roja. Leí la nota sobre esta mujer a la que mataron porque le hizo brujería a un hombre, una notita, y quise saber qué había detrás de esa historia. Me interesa algo más que contar los hechos; contar los discursos alrededor de los hechos, lo que la gente dice, por eso Temporada… está basada en el chisme. Al principio era esta especie de novela coral, como coro griego, ¿sabes? Pero no me satisfacía.

Leí este libro de David Lynch que es como un comercialote a la meditación trascendental, Catching the big fish, no sé cómo le pusieron en español. Ahí dice que crear se trata de un proceso de crear y destruir, crear y destruir. Y así es, tienes este texto y la imagen mental de ese texto, que ni siquiera es un texto, es la sensación de un texto. Y le vas quitando y poniendo hasta que se va pareciendo a esa imagen mental .

Luismi, Munra, Brando, la Bruja: todos personajes de Temporada de huracanes que van haciendo su aparición. Pero no solos. Cita Fernanda a Martín Solares: los personajes son constelaciones, aparecen en grupo porque tienen relaciones unos con otros de manera peculiar.

Un mes más, solo un mes más

Cada escritor conoce sus ritmos. Las editoriales ponen fechas límite, pero los textos no hay que apurarlos dice Fernanda, que se tomó un mes extra al que le daba Mondadori, la casa editorial, para entregar su libro.

Ese mes más fue de corrección milimétrica. Un mes más hizo toda la diferencia: el proceso de escritura debe responder más a ti que a una fecha límite .

Se dio cuenta de lo enamorada que estaba de sus propias palabras, leer con la distancia crítica de un lector. Creo que no soy alguien fácil de complacer como lector y esa apliqué para Temporada… . Fue, dice, un ejercicio de humildad. De pronto ese texto que la tuvo obsesionada durante meses y meses se vuelve el libro de nadie: tú lo avientas al mundo y es de la gente que lo lee o que no lo lee y ahí se queda. Imagínate todos los grandes escritores que nunca vendieron ni un libro .

Temporada de huracanes que originalmente se iba a llamar Domingo siete es un gran chisme . Volveremos a la verdadera manía de Fernanda que es saber lo que la gente dice de los hechos, más que los hechos mismos.

Lo que la gente dice

Temporada de huracanes es la primera novela de Fernanda Melchor con una editorial grande y se siente a gusto. Tanto que ahora va a reeditar Aquí no es Miami, su libro de crónicas con el que entro al mundo editorial.

Estoy corrigiendo Aquí no es Miami, y me doy cuenta de que de verdad estaba muy chavita. No voy a quitar crónicas, solo estoy corrigiendo. Ni estoy muy convencida de algunas, como por ejemplo de La rubia que todos quieren porque cuando la escribí no tomé en cuenta toda la violencia alrededor de esta mujer, Evangelina, que asesinó a sus hijos en un episodio claramente psicótico. Hubo un linchamiento mediático y casi un linchamiento de verdad porque cuando salió del psiquiátrico había un grupo de abogados que quería llevarla al MP para que respondiera por sus crímenes.

Un colega reportero me dijo ‘No, tu crónica está mal porque tú pones que ahorcó a los hijos y el forense dice que los mató de trauma encefálico. Pero el mito de Evangelina cuenta que los ahorcó. Digo, me importan los hechos, pero también lo que la gente dice alrededor de los hechos .

Fernanda Melchor no cree en la supuesta objetividad del periodismo. Está bien que exista este periodismo rápido, notero, del día a día, pero para entender necesitamos más tiempo . Como jarocha a Fernanda le han pegado de cerca las noticias de las narcofosas. Aunque lleva cinco años viviendo fuera de Veracruz todavía le sorprende lo rápido que esa violencia se volvió cotidiana, cómo es posible que encuentren una fosa con 50 cadáveres y eso no haga caer a nadie del gobierno .

Las fosas ( No son campos de exterminio, sino cementerios: a la mayoría los encuentran descuartizados y en bolsas. Es más bien un vertedero ) es el tema que ahora se trae entre ceja y oreja, pero no le corre prisa. He estado leyendo a Svetlana Aleksiévich y si ella se tomó 20 años para hablar de Chernóbil, ¿por qué no me iba a tomar unos años hablar de toda esta violencia? Creo que todavía no entendemos lo que nos está pasando .

Dice Fernanda Melchor que la ficción le resulta cada vez más atractiva, pero que el periodismo sigue siendo algo que le interesa. Todavía no entendemos, repite. Y seguramente nos llevará años entender. Y tendremos la pluma de Fernanda Melchor para ayudarnos a comprender.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

erp