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Reconectar con las raíces sonoras, en MUCA Roma
La exposición de Noé Martínez invita al visitante a generar empatía con la música de los pueblos originarios a través de una experiencia tangible con discos de vinilo
El segundo piso del Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA) Roma, dispone de una nueva exposición desde el pasado jueves. Es una muestra predominantemente sonora. Su gestor, Noé Martínez (Michoacán, 1986), le ha puesto por nombre Hacer cosas con palabras.
Congruente con su línea de trabajo, el artista michoacano ha impulsado esta muestra desde la motivación de sus orígenes y pretende detonar una reconexión con el espectador y el pasado musical de los pueblos originarios, sus sonidos, sus cantos, sus ritmos, que de maneras distintas y en diferentes medidas ha sido parte del ideario mexicano, pero que en muchas ocasiones ha sido invisibilizado.
Desde las escaleras que llevan al segundo piso del MUCA Roma se distingue una canción que, se deduce, es tradicional y cuya baja fidelidad, natural de su grabación, no afecta la alegría que transmiten sus instrumentos. El disco gira sobre un reproductor de vinilos que está conectado al sonido de la sala. Se distingue un trombón, un chelo, un contrabajo y dos clarinetes. Es un tema que se usa para alguna danza tradicional, podría inferirse. Para comprobarlo, es inevitable activar la aplicación Shazam, con una mínima expectativa de que esta reconozca el tema. “Sin resultados”, anuncia este método para reconocer música popular, hasta entonces infalible.
“Un atardecer en janitzio”
Hay que pensar, con extrañamiento, de qué otra manera se puede averiguar el nombre de la canción. La parte central del disco que gira tiene esa información, se advierte. Hay que girar los ojos a la misma velocidad del disco para leer lo que indica: El renacimiento cultural del pueblo purépecha. Ese es el título del disco. Abajo del mismo se enlista el nombre de los temas del lado A, que es el mismo que se está reproduciendo.
La que se escucha es la última canción de esa cara del disco de acetato. Se deduce porque la aguja casi termina su recorrido hacia la parte interior del material. Confirmado, la canción alegre termina y el disco se ha detenido, la aguja vuelve a su lugar de manera automática. Ahora es posible leer el nombre del último de los seis temas disponibles: “Inchátiru Jimbó Šanichu”.
Con una pequeña investigación, se puede averiguar que se trata de un son abajeño, típico de la Meseta Purépecha, donde se ubican poblaciones como Pátzcuaro y Tzintzuntzan. Se le ha traducido como “Un atardecer en Janitzio” y su autor ha quedado relegado al anonimato. Esta versión fue grabada por una orquesta purépecha del municipio de Carapan. Se desconoce el año de grabación del disco. Por su aspecto, se le calculan unos 50 años de antigüedad.
Detonar procesos imaginativos
El anterior es, precisamente, uno de los procesos detonadores que se pretenden con la exposición Hacer cosas con palabras: reconectar con las raíces del país a través de su música y de lo tangible de sus discos de acetato, que fueron la manera en que la música de las distintas regiones pudo distribuirse y darse a conocer en las ciudades y otras poblaciones indígenas.
Cecilia Delgado Masse, directora del MUCA Roma, lo confirma en conversación ahí mismo. “En la actualidad el aparato tecnológico nos ha convertido en (seres) totalmente visuales. Ese sistema visual nos ha relegado a una condición de alienación cultural que es muy fuerte. Por ello, nos interesaba explorar la investigación de Noé justo desde esta parte de la escucha, como un sentido fundamental del cuerpo que, de una u otra manera, permite desarrollar más procesos de imaginación y construcción. Por supuesto, la mirada es fundamental, pero con esta tecnología que constantemente estamos consumiendo mediante los celulares o la computadora hay un código que nos está alienando. Hay una cuestión de atrofia para, justamente, desarrollar esos procesos imaginativos, otros tipos de construcción de otra realidad”, declaró.
Destacó que nada más Ciudad de México es diversa por la conglomeración de lenguas e identidades raciales. Sin embargo, lamenta que “tendemos, generalmente, a ser centralistas desde una construcción identitaria. Somos endogámicos. De ahí que me interesara mucho poder generar con Noé una especie de línea que evidenciara la riqueza étnica, más con una perspectiva de celebración que como una queja sobre la invisibilización o la negación”.
Para conectarse con este ejercicio, Noé Martínez y el MUCA Roma han puesto a disposición del visitante una serie de 25 discos de vinil grabados durante las décadas de los 60 y 70, con música folclórica o tradicional, cantada en lenguas indígenas de distintas regiones: la Costa Chica, el Istmo, la Huasteca o la región purépecha, por mencionar algunos ejemplos. El visitante puede hacer su propia elección de discos y escucharlos en unos audífonos a su disposición, conectados a otra tornamesa que es posible manipular.
“Al final, el vinilo es un objeto que contiene tiempo, que traduce una serie de aspectos que tienen que ver con la integración, con asimilarse dentro de una cultura. hoy en día en iTunes, por ejemplo, ya no tienes la posibilidad de medir el tiempo de los objetos musicales, de detonar un proceso de interacción con el cuerpo a nivel mecánico. Aquí invitamos a crear tu propia selección (musical), a escucharla con los audífonos e interactuar con la tornamesa a fin de revisar esa otra temporalidad”, agregó Cecilia Delgado.
“Un atardecer en Janitzio” tampoco aparece en Spotify. Pero si se busca la palabra “purépecha”, es posible hallar algunos otros sones abajeños tan bellos como el tema en cuestión, el cual, por cierto, sí está disponible en YouTube.
La muestra Hacer cosas con palabras permanecerá vigente en el MUCA Roma, en las calles de Tonalá y Colima, hasta el 13 de octubre.