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Arte e Ideas

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Renuncian 20 maestros a Escuela de la SOGEM

Maro González Suárez denuncia opacidad en las cuentas y mala administración.

Las denuncias emitidas el último mes contra los deficientes manejos de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y su presidenta, Lorena Salazar, se aproximan a su fin con la escisión de un nutrido grupo de estudiantes y maestros, quienes liderados por Eduardo Parra Ramírez y Mario González Suárez, anunciarán el día de hoy la formación de un nuevo proyecto que provisionalmente tendrá el nombre de Escuela Mexicana de Escritores.

Luego de varias semanas en las que la comunidad de la Escuela discutió de qué manera podían exigir un mejor trato por parte de la Sogem, finalmente, y ante la negativa al diálogo por parte del Consejo de la Sociedad, 20 de los 32 profesores que componen la planta docente de la institución, sin asumirse como mayoría, decidieron salir de la batuta de Sogem y crear un nuevo proyecto, que sea ante todo una iniciativa intelectual y creativamente consistente, de enorme vitalidad, plural, incluyente y abierta al escrutinio de sus miembros .

La falta de transparencia es la principal denuncia que hacen algunos de los maestros. Mario González Suárez afirma que esa opacidad obedece a que ahí detrás hay un caso de corrupción. No hay cuentas claras. Y ahora, ellos (presidenta y Consejo de la Sogem) se sienten amenazados y por eso aplican chantajes de que es una deuda, pero nunca han demostrado qué es lo que se debe, ni siquiera tienen recibos , afirma el escritor.

Los antecedentes

La problemática comenzó el 28 de febrero, cuando circuló entre la comunidad estudiantil una carta de González Suárez en la cual renunciaba a su cargo como director en la Escuela de Escritores de la Sogem y denunciaba la precaria calidad de la administración, la endémica falta de transparencia financiera, el creciente deterioro del edificio que alberga a la Escuela, la obsolescencia del equipo técnico, la nula inversión en acervo bibliográfico, las indignas condiciones laborales y el distanciamiento de la directiva de la Sogem respecto de la vida y la comunidad académicas .

Al día siguiente, el 1 de marzo, se abrió un grupo en Facebook con el nombre No al cierre de la Escuela de Escritores Sogem , con lo cual cundió la amenaza de un eventual cierre, advertencia que dividió a la comunidad en aquellos que lo veían como una realidad y aquellos que afirmaban que era una tomadura de pelo. Si bien en ningún momento se declaró un cierre oficial, en las semanas subsecuentes el clima se enrareció al interior de la Escuela; desde unas semanas antes de que ocurriera, ya corría por los pasillos de la misma el rumor de que González Suárez sería despedido de su cargo, pero a los alumnos se les pidió guardar silencio. Fue en aquella semana cuando estudiantes del tercer semestre se reunieron en una primera junta donde se conformó el Comité Estudiantil, el cual contaría con la participación de dos alumnos por semestre. Redactaron cartas dirigidas a Lorena Salazar con la intención de dialogar, pero no recibieron respuesta.

Pasaron dos semanas hasta que Salazar acudió a la escuela el lunes 14 de marzo, sólo para nombrar a Elsie Méndez como nueva directora. El alumnado quiso aprovechar la ocasión para dialogar con ella, sin embargo la presidenta se negó y, sorprendida, pues no esperaba que la abordaran con tantas preguntas, se escabulló y en su lugar dejó al abogado de la Sogem, quien a juicio de algunos alumnos, habló de la escuela como si hablara de una máquina y como si cada profesor fuera una tuerca o un tornillo que se puede cambiar así como así , dijo Alberto Sándel, alumno de la Escuela. El discurso del abogado fue, en pocas palabras: No podemos hacer nada por el inmueble si no pagan. Los profesores que se vayan serán sustituidos por otros de la misma calidad .

-Y ¿cuales son sus criterios para valorar eso?- preguntaron los alumnos.

-Eso lo decide el Consejo -dijo el abogado.

-Pero, ¿cómo? -inquirió otro.

-Eso es cuestión del Consejo -repitió el hombre.

La gota que derramó el vaso

Fue esa actitud la que desató la inconformidad de la mayoría, y la unión de estudiantes y maestros, quienes hasta ese momento se habían organizado por separado. El mismo lunes 14 , por la tarde, se realizó la primera reunión en la cafetería Fermatta, ubicada a unos pasos de la escuela, y se decidió que escribirían una última carta a la Sogem. La mayoría de los profesores en ese momento estaban decididos a renunciar. Fue Gabriela Ynclan quien propuso dar un nuevo plazo de dos semanas de clases.

El jueves 17 los docentes y alumnos determinaron desconocer la designación de Méndez como directora hasta que tuviera lugar la apertura de un espacio de diálogo, negociación y acuerdo por parte de la directiva de esa sociedad.

Una semana después, el jueves 24, se venció la fecha, y no hubo respuesta por parte de la Sogem. Con poco claridad comienza la reunión, hasta que Eduardo Parra propuso la creación de un nuevo proyecto: "será imposible el dialogo con Sogem , es hora de emprender nuevos caminos, pues en la historia de los conflictos entre la escuela y la sociedad nunca se había dado una unión como ésta, entre profesores y alumnos. Si en algún momento un proyecto similar podía surgir, es este", dijo el maestro desatando la algarabía de los presentes.

De esta manera, el jueves 24, en una reunión muy concurrida, Ricardo Bernal, Doris Camarena, Gabriela Ynclan, Mario Gonzalez, Marco Lara Klahr y Eduardo Parra, junto con los alumnos ahí presentes tomaron la decisión de que habrá un exodo masivo: más de la mitad del colegio de profesores y con más de tres cuartas partes del consejo de alumnos. Se fijó la próxima reunión el miércoles 30 de marzo.

Este día, el ambiente es tenso. Las dudas que parecían inexistentes la semana anterior emergen, sobre todo del lado de los alumnos. Preguntas como: ¿qué tan sólido es el nuevo proyecto? ¿qué tan viable? ¿seguimos un ideal o a los profesores? ¿me conviene irme si dentro de un mes termino el cuarto semestre? La reunión es menos concurrida. Se decide no dar marcha atrás y hacer una renuncia pública el lunes 4 de abril en las instalaciones de la Escuela de Escritores de la SOGEM.

¿Qué sigue?

"El nuevo proyecto empieza de cero pero está la experiencia, la articulación de materias y programas. La mayoría somos maestros de la misma generación así que nos conocemos bastante bien", comenta uno de los promotores de la independencia, el escritor Mario González.

"Ya aclaramos que nos vamos. Estos días hemos organizando comités: Inmueble, Prensa, Coordinación alumnos. Y la propuesta que hicimos a los alumnos es que terminaremos el semestre en extramuros, y al empezar en la nueva escuela esos estudios se les revalidarán. Para estas clases algunos de los maestros han ofrecido sus casas y otros como yo impartiremos nuestras clases en la cafetería Fermatta, que ha resultado un muy buen lugar para nosotros", afirma.

En cuanto a los tiempos, González Suárez menciona que lo planeado es tener la nueva escuela montada el mes de julio.

aflores@eleconomista.com.mx

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