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Revista Arqueología Mexicana, una apuesta por la memoria prehispánica
La publicación se ha convertido en la memoria histórica de la arqueología y rebasa en calidad a otras revistas del mundo, señaló el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuna, durante el conversatorio coordinado por Leonardo López Luján.
“La arqueología te la encuentras en las calles de México, es algo que vivimos cotidianamente, que te la encuentras en las imágenes de las estaciones del metro, en las esquinas del centro histórico, en nuestras zonas arqueológicas; también lo usamos en nuestro lenguaje, comida y tradiciones. Es un montón de información y símbolos que vivimos cotidianamente. Pero si le damos el significado a esos símbolos, los vamos a poder apreciar más y disfrutar más”. En voz de María Nieves Noriega, directora de la revista Arqueología Mexicana, este es el origen de la publicación que está cumpliendo sus primeros 30 años de vida.
En el auditorio de El Colegio Nacional a propósito del 30º aniversario y en el marco del ciclo de conferencias ‘Arqueología hoy’, el arqueólogo Leonardo López Lujan, director del Proyecto Templo Mayor, coordinó una charla con quienes hacen posible que el conocimiento acerca del mundo prehispánico llegue a toda la población.
María Nieves Noriega, fundadora y directora de la publicación, comparte que el surgimiento de la revista Arqueología Mexicana es una historia muy bonita, “nos atrevimos a lanzarnos a esta aventura porque como historiadora, a mí me interesaba la parte del contacto (con el mundo hispánico) y siempre sentí que el conocimiento de los pueblos prehispánicos no tenía el mismo nivel de aceptación en la profundidad que el país lo debería tener. Ese fue el sentimiento para arrancar el proyecto”.
Añade que la iniciativa se concreta a propuesta de los arqueólogos Alba Guadalupe Mastache, Enrique Nalda, Alejandro Martínez Muriel y Joaquín García-Bárcena que querían hacer una revista de divulgación. "Un día de enero de 1993, la entonces directora del INAH, María Teresa Franco, le propuso a Raíces editar la revista y para marzo de ese mismo año, Arqueología Mexicana estaba circulando, cuenta Noriega.
“Desde nuestro lado (Editorial Raíces) fue decirle que sí, por supuesto, a una revista de arqueología, convencidos de que dar valor a todo lo que ayude al conocimiento del mundo prehispánico es necesario”.
¿Cómo se conformó la revista?
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma destacó que la iniciativa privada, representada por María Nieves Noriega y Sergio Autrey, presidente de Editorial Raíces, “se la jugaron” con la revista, “porque era un azar”; por otro lado, que una institución como el INAH, representada por Tere Franco, lograra esta alianza para impulsar un proyecto de esta naturaleza, fue el éxito. “Yo creo, y habiendo colaborado en otras revistas, que en realidad, Arqueología Mexicana rebasa en mucho, en calidad y otros aspectos a la de colegas de otras partes del mundo”.
Agregó que esta revista además ha tenido la repercusión a lo largo del tiempo de una manera “impresionante”. “Algo que la caracteriza es que se ha convertido en cierta forma en la memoria histórica de la arqueología, porque allí se han dado las primicias de hallazgos, gracias al comité editorial científico que es el que ve qué colaboraciones son pertinentes y los temas a tratar. Además, la revista se ve intercalada con los números especiales, una idea formidable que mes a mes permite temáticas importantes. La presencia de arqueólogas, arqueólogos y otras especialidades son una puerta para participaciones de un enorme acervo”.
¿Quienes son los lectores de Arqueología Mexicana?
Siempre se pensó en una revista de divulgación para un público que pudiera comprender y disfrutar, que tuviera desde un nivel escolar de secundaria, con temas que serían además de mucho interés para los investigadores, comparte Noriega. De los primeros años y hasta la fecha nuestro quehacer es la traducción del material científico, a buscar de qué manera lo hacemos accesible al público a través de más imágenes, de un lenguaje más sencillo, que originalmente era a través de la revista impresa, aunque hoy por hoy se han expandido los horizontes, ahora los números también se pueden encontrar en versión digital.
“Nuestro perfil de lectores son hombres y mujeres con edades desde los 18 a los 60 años, es un público amplio, para mí hemos cumplido con lo que soñábamos. Esta revista ha tenido la gran fortuna de que ha conjuntado voluntades”.
¿Cuáles han sido los números más exitosos?
El tiraje empezó con 20,000 ejemplares, pero a la hora de estar en maquila dijimos “esto está muy bonito, vamos a 25,000 ejemplares”, ese primer número se agotó, también los números que se refieren a las principales zonas arqueológicas fueron un éxito, que coincidió también con recursos para investigación, por lo que había más interés en los números publicados.
El logro de Arqueología Mexicana es una serie de situaciones, después creció el tiro, para repartir en instituciones públicas con un tiraje de 42,000 ejemplares, algo nunca antes visto.
Entre las ediciones más exitosas, se encuentran las que reproducen códices prehispánicos, una dedicada a la joyería prehispánica y los números especiales enfocados al tiempo mesoamericano, cocinas prehispánicas, bebidas alcohólicas, sexualidad, el arte y la arqueología, y los alucinógenos.
Arqueología Mexicana N° 183
La edición de aniversario está dedicada a las abejas y la miel entre los mayas de la antigüedad, en la que se aborda un estudio sobre los colmenares en el Posclásico maya, un artículo sobre las abejas nativas de la Penísula de Yucatán y su relación con la cosmovisión ancestral, y finalmente una investigación sobre registros fósiles de abejas sin aguijón.