“San Juan Bautista”, la obra maestra de Da Vinci en un mar de joyas

Una de las piezas más importantes del maestro renacentista tiene una residencia temporal en las galerías permanentes del Museo Louvre Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos, donde convive con una exquisita (y fotogénica) selección de piezas escultóricas y pictóricas que relatan la historia de la humanidad a través de sus representaciones

Abu Dhabi, EAU.–El acervo patrimonial y artístico que atesora el Museo Louvre Abu Dhabi, que el año pasado celebró cinco años de existencia, no para de enriquecerse, tanto como son cambiantes las piezas que se exhiben en sus más de 6,000 metros cuadrados destinados a la exposición permanente.

Es domingo por la tarde. Las 15 galerías dedicadas a la colección permanente en el recinto ubicado en la Isla de Saadiyat, a las afueras de la capital emiratí, están repletas de turistas. Los grupos encabezados por los guías del museo se abren paso entre quienes han elegido recorrer la exposición por su cuenta y que más tarde, por lo abrumador del contenido, han recurrido a la guía virtual por aplicación.

Otra parte cuantiosa de los visitantes está teniendo uno de sus días más productivos si de coleccionar selfies se trata. Es un museo rico en información y también un imán productivamente turístico. En la Galería 2, “Primeros grandes poderes”, la gran mayoría se toma fotografías –y también interfiere con las de otros visitantes– frente a una enorme estatua de Ramsés II hallada en Tanis, Egipto, y fechada entre 1279 y 1213 a.C., tallada en diorita, una oscura roca volcánica de aspecto granulado obtenida por las técnicas mineras que Egipto comenzó a desarrollar al menos un siglo antes.

Ramsés II fue uno de los faraones de la llamada “era de oro” del imperio egipcio. Durante sus 66 años de reinado, a decir de los especialistas, esta civilización milenaria alcanzó la cumbre de su potestad sobre toda la región delta del río Nilo. La portentosa pieza que exhibe el Louvre Abu Dhabi mide aproximadamente dos metros y medio; muestra al faraón sentado en un trono que lleva grabado su nombre. Lleva el torso descubierto, pero viste los atributos más emblemáticos de la nobleza: un neme –tocado funerario– rematado en la parte frontal por la figura de una cobra, el símbolo faraónico de la resurrección. También porta una barba postiza trenzada, el símbolo de sus dotes divinas.

Una obra maestra, residente invitada

Son tantas las joyas que habitan las salas del recinto emiratí que nombrarlas todas sería un despropósito, desvirtuaría las cualidades de cada una y la intención descriptiva sobre este museo. Por mencionarlas todas no se describiría nada para beneplácito del lector. Más vale ahondar en los detalles de una obra emblemática.

Un custodio de sala parece comisionado para proteger exclusivamente una de las piezas de la Galería 7, llamada “Primera globalización” y dedicada a la creación de entre los siglos XVI y XVIII. Permanece a escasos tres metros en el flanco izquierdo de la obra y no despega la vista de quienes se aproximan al cordón metálico que limita la cercanía del público con la pieza. Y más que apreciarla, quienes se topan con ella le dan la espalda, desenfundan el celular, extienden el brazo y se cercioran de encuadrar su rostro junto a la ejecución artística.

Se trata del óleo sobre tabla “San Juan Bautista” (ca. 1513-1516) ejecutada por Leonardo da Vinci (1452-1519) hacia el final de su vida y una de las dos obras más notables del perfeccionamiento del sfumato del maestro renacentista, también un rasgo distintivo en la Mona Lisa. La obra cumple exactamente un año de residencia en el recinto emiratí, su arribo ocurrió en noviembre de 2022 procedente del Louvre de París como parte de las celebraciones por el 5º aniversario de su apertura.

“Leonardo da Vinci probablemente comenzó esta obra alrededor de 1508 y planeó complementar los detalles a través de los años. Sin embargo, con su muerte en 1519, ésta se quedó sin terminar. No se sabe si fue un trabajo por encargo o un proyecto personal. Estudios científicos sobre la obra revelan varias modificaciones realizadas por el artista: Da Vinci cambió la postura corporal del santo al menos en tres ocasiones con el afán de lograr la exaltación espiritual, se empeñó en plasmar una sensación de misterio y sacralidad”, indica el texto curatorial que acompaña la obra en tres lenguas: inglés, francés y árabe.

En 2016, la obra maestra de Da Vinci fue enviada a un extenuante proceso de restauración –la intervención tomó nueve meses– con el objetivo de dejarla lista antes de la conmemoración por los 500 años del fallecimiento del artista, en noviembre de 2019.

La restauración previa sobre esta obra de Da Vinci sucedió en 1802. A lo largo de dos siglos, la superficie del óleo sobre madera se fue oscureciendo junto con la oxidación de las capas de barniz utilizadas para sellar la obra, por lo que la parte delicada de este trabajo fue la remoción y sustitución de estas capas para devolverle el brillo prístino.

La intención es que esta obra maestra permanezca en el Louvre Abu Dhabi por un año más antes de volver a París.

Otras obras de interés en el Louvre Abu Dhabi:

• Sarcófago de la princesa Henuttauy, Egipto, Dinastía XIX, 950-00 a.C.
• “Retrato de mujer africana”, ?, Florencia, Italia, ca. 1560.
• “Alegoría de Francia”, de Jean-Pierre Franque, 1810, óleo sobre tela.
• “El lector sumiso”, de René Magritte, 1928, óleo sobre tela.
• “El príncipe entra al bosque de brezos”, de Edward Burne-Jones, Londres, 1869, óleo sobre tela.
• “La taza de chocolate”, de Pierre-Auguste Renoir, París, 1877-1878, óleo sobre tela.
• “Mujer con una cafetera”, de Paul Cézanne, París, 1890-1895.

Numeralia del Louvre Abu Dhabi

• 35,000  piezas  componen la colección permanente
• 6,400  metros cuadrados destinados para exhibición
• 1,400 millones de dólares, el costo total para la creación del Louvre Abu Dhabi
• 525 millones dólares, solamente por el pago de derechos del título Louvre
• 747 millones de dólares, el contrato de préstamo de arte

ricardo.quiroga@eleconomista.mx