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Shakespeare y Cervantes hacen fiesta en el Palacio de Bellas Artes
Mañana fresca en la ancha explanada del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Día de asueto para varios miles de capitalinos (y gente que viene de más allá de la capital del país) que es atractivo para celebrar el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor.
Mañana fresca en la ancha explanada del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Día de asueto para varios miles de capitalinos (y gente que viene de más allá de la capital del país) que es atractivo para celebrar el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor.
Oleadas de personas llegan al lugar, convertido desde temprana hora en suerte de villa quijotesca donde los colores, los sonidos, las voces y hasta los olores hacen que la mente vuele hasta la Europa del año 1616, cuando la muerte de ambos escritores conmovió a la sociedad.
Sin embargo, y transcurridos 400 años que en estos días de conmemoran en todo el mundo, hoy aquí todo es fiesta. Bellas Artes es un jolgorio en el que Shakespeare y Cervantes están presentes con su legado, que si bien nació en las letras, ha sido llevado al teatro, al cine, a la danza y a las artes plásticas.
En la Carpa de Talleres dispuesta por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y otras dependencias suyas, todo inició con El Quijote para niños , actividad en la que Fermín Camacho presentó gozosamente al público chico a lo mejor de la literatura universal.
Lo anterior, por medio del estilo japonés de narración de cuentos Kamishibai, que con ilustraciones y textos sobre un soporte llamado butai, se simula un pequeño teatro. Dentro de la carpa de talleres, los asistentes infantiles tienen sesiones de fomento a la lectura y escritura infantil a lo largo de todo este día.
También piezas musicales inspiradas en obras de William Shakespeare han sido ejecutadas por el grupo Hot Brothers, a ritmo de Dixieland. Reinterpretando a Shakespeare fue la adaptación del Romeo y Julieta de Prokofiev, Sueño de una noche de verano de Felix Mendelssohn y La tempestad de Purcell.
William Shakespeare, quien es considerado uno de los mejores dramaturgos de la literatura universal, es recordado a 400 años de su muerte (23 de abril de 1616) con actividades artísticas y académicas en las que participarán diversas instituciones culturales. Toda la programación es apta para todo el público.
William Shakespeare nació en abril de 1564 en Stratford-upon-Avon, Reino Unido. En la actualidad y en todo el mundo, prácticamente todas sus obras continúan representándose porque se le reconoce la capacidad que tuvo para retratar la condición humana con sus virtudes, miserias, y contradicciones.
La programación para recordar y reflexionar sobre Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare coincide con el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a favor de la lectura.
Otras actividades que este día se llevan a cabo para fomentar el hábito de leer, impulsar a la industria editorial y a la protección de la propiedad intelectual, son, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el espectáculo Las imágenes del Quijote , que reunió a las personas que aman a ese icono.
Historias de mentes shakesperiana en la explanada; un homenaje a Elena Garro, ahí mismo; un encuentro de lectores de la obra ambos autores, talleres de fomento a la lectura, y un taller de radionovela en la Carpa de Talleres, son otras actividades que mantendrán ocupados a los asistentes durante el resto del día.