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The Santiago Boys: cibersocialismo en formato podcast
En The Santiago Boys, Morozov narra la historia de Cybersyn, un proyecto cuyo fin era ayudar a la planificación de la economía chilena mediante procesamiento de datos y tecnologías de red.
“La tecnología es geopolítica por otros medios” pensaban los chicos de Santiago, un grupo de ingenieros chilenos que intentaron llevar a cabo uno de los proyectos de política pública más ambiciosos del Siglo XX, lo que los ha convertido en los protagonistas de The Santiago Boys.
The Santiago Boys es un podcast creado por el tecnólogo bielorruso Evgeny Morozov. En nueve capítulos de alrededor de una hora y veinte cada uno, Morozov entrelaza el desarrollo de un proyecto tecnológico sin precedentes con la presidencia de Salvador Allende y el golpe de Estado que condujo a la imposición de la dictadura de Augusto Pinochet.
Morozov es un investigador y escritor que aborda la relación entre tecnología y sociedad. En su primer libro, El desengaño de internet, Morozov aborda el efecto que tuvieron las redes sociales en la llamada Primavera Árabe y muestra su escepticismo ante el uso de estas aplicaciones para combatir a regímenes autoritarios.
En The Santiago Boys, el investigador narra la historia de Cybersyn, un proyecto cuyo fin era ayudar a la planificación de la economía chilena mediante procesamiento de datos y tecnologías de red. La idea era que Cybersyn recogiera información de todo lo que ocurría en Chile, para procesarla y así ayudar a los gobernantes en la toma de decisiones.
Mediante de una red telex, con dispositivos capaces de enviar mensajes de texto a través de la red telefónica instalados en las fábricas propiedad del Estado chileno, el proyecto Cybersyn buscaba obtener información en tiempo real de la producción de las empresas estatales, con el fin de procesarla en el Opsroom, un cuarto de operaciones futurista ubicado en el Palacio de la Moneda, sede de la presidencia de Chile.
A la par del desarrollo de Cybersyn, la presión de gobiernos extranjeros, como el de Estados Unidos y el de Brasil, por derrocar a Salvador Allende y sustituirlo por un gobierno afín a sus intereses, hacía mella en la estabilidad política de Chile. El uso de tecnología oscura (dark technology) para la vigilancia y el sabotaje del gobierno de Allende se contraponía con el desarrollo de un proyecto que buscaba eficientar a la administración pública.
Para desplegar esta tecnología oscura en Chile, el Gobierno de Richard Nixon y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se valieron de la empresa de telecomunicaciones ITT, que se convirtió en uno de los opositores acérrimos del gobierno de Allende. Dos visiones contrapuestas de la tecnología se enfrentaron hasta que llegó el golpe de Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, y triunfaron así los intereses estadounidenses.
Antes de la llegada de los Chicago Boys, un grupo de economistas chilenos discípulos de las ideas de Milton Friedman quienes inauguraron la puesta en práctica de las políticas neoliberales que caracterizaron a las dictaduras de derecha en América Latina, los Santiago Boys buscaron impulsar un gobierno socialista al reclamar la soberanía tecnológica de Chile, un experimento que nunca sabremos si pudo haber funcionado.