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Arte e Ideas

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Tres horrendos economistas ofrecen un futuro promisorio

Levitt, Krugman y Moyo ofrecen algunas soluciones para problemitas como el cambio climático, la crisis económica mundial y el hambre en África.

Los tres destacados economistas que se presentaron en la Ciudad de las Ideas, los reconocidísimos Steven Levitt (Freakonomics) y Paul Krugman (Nobel y columnista de New York Times) y la un poco menos conocida pero igual de provocadora Dambisa Moyo (escribe con regularidad para Financial Times, The Economist, Wall Street Journal y es una de las 100 personas más influyentes del 2009 según Time), hablaron, entre en broma y en serio y cada uno en su propia ponencia, de lo horrendos que son los economistas… o al menos de que, por sus ideas y las cosas que dicen, así los ve la gente.

La verdad es que la gente considera repugnantes muchas de las cosas que proponemos , dijo Levitt, después de afirmar que, hasta antes de que se diera a conocer el calentamiento global, los climatólogos habían compartido con los economistas el último escalón en la consideración del público por los científicos.

La Economía es la ciencia de la decepción. Siempre nos toca decir lo que nadie quiere oír -dijo Paul Krugman al día siguiente-, creen que sólo decimos ‘esto no se puede hacer’ o ‘esto otro no está a la altura’ .

Casi nadie quiere escuchar lo que tengo que decir , acotó por su parte Dambisa Moyo, quien a pesar de su origen africano está pidiendo que se deje de mandar ayuda a ese continente.

Pero una vez que se tiene la oportunidad de conocer sus propuestas queda claro que seguirlas podría llevarnos a un mundo mejor.

JUGAR A SER DIOS, QUÉ IDEA TAN REPUGNANTE

A Steven Levitt le gustan las herramientas de la economía pero no las preguntas de la economía , por lo que en Freakonomics se pregunta si el nombre de una persona lo determina de alguna manera y en Superfreakonomics qué es más seguro, manejar borracho o caminar borracho, por ejemplo.

Así que a la Ciudad de las Ideas no llegó a hablar de la crisis económica mundial sino de algo que le parece mucho más urgente e importante: el cambio climático, un fenómeno que fue importante entender desde el punto de vista de los climatólogos pero que, tal parece, ahora debe ser abordado por los economistas.

El plan en torno a la limitación en las emisiones de carbono, explica Steven Levitt, no ha funcionado porque está basado en buena voluntad y las personas son buenas y les gusta ayudar pero la gente, en conjunto, es egoísta, además amamos los cosas que se generan produciendo emisiones de carbono.

Lo peor es que aún si lográramos detener la emisión de los Gases de Efecto Invernadero, en lo cual estamos gastando 1 billón de dólares al año, ya es demasiado tarde, llevamos 100 años calentando el ambiente y los gases ya están ahí , explica. Así que el problema no es tanto dejar de calentar la Tierra como averiguar cómo la enfriamos.

Y no es un problema moral, es práctico, agrega. Así que los climatólogos, que en general provienen de los ambientalistas, quedan fuera de la jugada .

Levitt retoma entonces el trabajo de unos químicos que encuentran que el dióxido de azufre emitido por la erupción de un volcán, al impedir el paso de la luz solar, pudo revertir un poco el calentamiento en ciertas zonas.

Para no esperar a la naturaleza, podríamos poner bombas atómicas en algunos volcanes , dice, pero también cuenta de algunas propuestas serias para llevar dióxido de azufre a la altura necesaria, una de las cuales costaría apenas 20,000 millones de dólares.

Pero parece que la gente encuentra repugnante esto de contaminar con una cosa para revertir los efectos de otra contaminación .

Pero existe otra propuesta llamada algo como poner una manguera de jardín en el cielo (garden hose to the sky) que sería simplemente favorecer la evaporación de agua marina para que hubiera más nubes. Las nubes no son contaminantes, son nubes, agua, nada puede haber más limpio que eso […] costaría apenas 100,000 millones de dólares […], sin embargo, no he logrado conseguir que un solo multimillonario quiera invertir en esto 5 millones y ayudar salvar al planeta. Tal vez les parece repugnante la sola idea de jugar a ser Dios , agrega.

Levitt termina con un chiste que, ni modo, tal vez a algunos les parezca repugnante:

Si hubiera que dar un premio al responsable de la mejor acción contra el cambio climático en los últimos años habría que buscar, no entre los ambientalistas, climatólogos o filántropos, sino entre los banqueros y los economistas … (pausa dramática) Claro, todo el mundo nos echa la culpa de la crisis financiera y la reducción de la economía mundial y eso sí ha reducido la emisión de gases contaminantes .

UN REALISTA PIDIENDO LO IMPOSIBLE

Con su premio Nobel y su discreto suéter azul, Paul Krugman no tiene pinta de revolucionario, protestón o revoltoso, pero…

Krugman participó en un panel llamado Reset impossible (reiniciemos lo imposible) y para él algo que puede parecer imposible es resetear la economía mundial para que salga de su actual crisis pero, en contra de esta idea de que los economistas son siempre los que dicen que esto o aquello no se puede hacer, para Krugman salir de la crisis es extremadamente posible .

El economista habla de algunos efectos de la crisis en Estados Unidos ( porque son las cifras que mejor conozco , dice) y entre los 13 millones de desempleados o de las personas que perdieron sus casas destaca a 300,000 maestros cesados, y siempre decimos que la educación es muy importante , y al hecho de que la mitad del total de estudiantes que se gradúan no encuentran empleo en aquello que estudiaron, sino que son meseros o taxistas .

Esto sucede de manera más o menos cíclica, pero un estudio demostró hace poco que la gran mayoría de esos jóvenes no se recuperan, jamás regresan a la carrera que escogieron y para la que están preparados , dice.

Se podrían financiar proyectos de infraestructura y dar trabajo a 1.8 millones de trabajadores de la construcción. Pero se nos dice que eso no es posible, que el gobierno es como una gran familia y que debemos restringirnos todos. Pero ni el gobierno es como un gran familia ni las familias hacen eso , asevera Krugman.

Pero es posible. Muchos de los cambios necesarios no se hacen porque lastiman intereses de gente poderosa […] pero si avisáramos que vienen los extraterrestres a invadirnos dentro unos años, ya verían como la economía se recupera… luego podríamos decir: ups, qué creen, que no era cierto .

Yo y muchos otros en los medios hemos avisado cuáles son los cambios necesarios, no sólo para salir de esta una sociedad más equitativa, pero los tomadores de decisiones no nos hacen caso, esta rara conversación no ha cambiado en años… pero saben qué parece estar haciéndola cambiar, los manifestantes en Wall Street y en otras partes del mundo. Parece que la gente en el gobierno, ahí también hay gente buena, sí está empezando a escuchar su queja: esto no está bien .

AYUDA MORTAL

En el 2009 Dambisa Moyo publicó el libro Death Aid y desde entonces -esta africana de origen, en una actitud aparentemente malvada- ha tratado de impedir que le llegue ayuda a los niños enfermos, los famélicos y los africanos en general.

Pero Dambisa no es mala, sólo es economista.

Hasta ahora se ha dado tanta ayuda a África que sería suficiente como para que se le regalaran 100 dólares a cada habitante de la Tierra, pero eso sólo ha fomentado la corrupción, mantenido a los tiranos, aumentado la inflación e impedido las exportaciones, mientras que los niveles de vida no sólo no mejoran sino que empeoran.

Pero quizá el peor efecto es psicológico. Nos han convencido de que no podemos desarrollar nuestras economías, no podemos generar empleos, no podemos ser científicos o maestros sino sólo mendigos que esperan la ayuda internacional.

No nos den dinero, inviertan en África, ayúdennos a reactivar nuestras economías , comenta.

De hecho, igual que con el cambio climático, la crisis económica actual ha traído beneficios para África. Los que nos daban dinero ahora no tienen , aclara Moyo.

Pero para Moyo China es lo mejor que le ha pasado a África en los últimos años . Los chinos les están comprando productos, comida, que es lo que más producen y que los países que les daban dinero tenían bloqueado.

La economista es optimista, de seguir las cosas como van África será la nueva Asia .

A MANERA DE REPUGNANTE EPÍLOGO

A estas alturas, los economistas ya están acostumbrados a que sus propuestas parezcan espantosas en un principio, como los seguros de vida, en el siglo XIX esa idea de pagar un poco de dinero para que al morir alguien recibieras mucho era repugnante, ahora no lo es tanto , dice Levitt.

Así que es posible que no pase mucho tiempo para que veamos alguna de estas propuestas hecha realidad.

mlino@eleconomista.com.mx

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