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Una historia de fantasmas
Los 40 años de trabajo de Rippey muestran a una creadora vital.
Carla Rippey nació en Kansas City hace más de medio siglo. Se hizo artista apenas salió de la preparatoria; trabajó en Boston; dejó atrás su origen de virginal pueblo sureño.
Sin embargo, no fue en Estados Unidos donde crearía lo que hoy es una de las carreras plásticas más importantes de México. Tuvo que viajar a Latinoamérica para encontrarse a sí misma como artista.
Resguardo y Resistencia se llama la magna retrospectiva de la obra de Rippey que exhibe en sus muros el Museo Carrillo Gil. Resguardo, porque Rippey insiste en ser una artista figurativa en un época de abstracción; resistencia, porque siempre ha estado del lado de las causas, a veces perdidas, de quien se enfrenta al poder demoledor.
Rippey es sobre todo dibujante, pero a medida que su obra fue cobrando madurez se animó a otras técnicas como la fotografía, la escultura y la instalación.
Rippey llegó a México en 1973, huyendo de la persecución política en Chile tras la caída del régimen de Salvador Allende. Siendo una joven, Rippey había llegado a Chile atraída por Allende, para cuya campaña dibujó carteles. Rippey y su esposo tuvieron que salir pitando de tierras chilenas para evitar la detención y posiblemente la muerte.
Pero ahí no acabaría la relación de Rippey con Chile.
Los fantasmas de Rippey
Rippey dibuja como Fred Astaire baila: con facilidad, con soltura. Se obstina en revisar la figura humana desde todos sus ángulos. Desnudos, vestidos, en quietud, en movimiento: sus personajes no se limitan a una sola pose.
Le fascina la mujer. Transgrede técnica clásicas para dar vida a sus figuras femeninas. Algunos dibujos parecen fotografías, otros están difuminados, agredidos quizá, para lograr otra forma de abstracción.
Por ejemplo, en su obra El abismo , Rippey difumina su dibujo hasta convertirla casi en su totalidad en una nube de humo, ominosa y triste. Sus personajes son fantasmas.
La exposición, al ser tan completa, permite conocer la biografía artística de la autora. En los 70 experimenta más con la abstracción. Pero eso no significa que ahí terminara su proceso transformativo. En la obra de 1983 Imágenes de los 50 , refleja un erotismo particular, no siempre presente en su trabajo.
De 1985 es el precioso díptico El volador , en el que una especie de Ícaro emprende el vuelo vigilado por un ángel preocupado.
Holocausto y Civilización son dos esculturas, ambas de 1998, que parecen fuera de lugar en el recorrido. Son como obras de otro artista, esas dos vigas de madera con muescas que simbolizan dolor histórico.
Muy divertida es Imagen espejo , serie de dibujos realizados entre el 2012 y el 2015. Son retratos variopintos desde el circo hasta Star Wars y la lucha libre.
Paisaje con buitre es trágica: un helicóptero militar cruza el desierto del Medio Oriente. La inspiración, sin duda, es la primera Guerra del Golfo Pérsico.
Pero sin duda la obra cumbre de la exposición es América en extremo . Rippey regresó a Chile para dibujar a los pueblos originarios. Se dio cuenta de lo similares que son esos fantasmas del fin del mundo con los del otro extremo del continente: Canadá. La serie es conmovedora y fascina. Nunca se está lejos de nuestros congéneres a menos que así lo deseemos.
A Resguardo y Resistencia le quedan un par de semanas en exhibición. Perdérsela sería muy triste y un verdadero desperdicio.
Museo de Arte Carrillo Gil?
Av. Revolución 1608,? San Ángel?
Martes a domingo,? de 10 am a 5 pm?
Entrada: $45