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Arte e Ideas

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“Xhunca”, teatro para curar las heridas del despojo cultural

La actriz y directora teatral oaxaqueña Karen Daneida, de ascendencia binnizá, comparte ese momento definitivo en el que se preguntó por qué sentía esa incómoda distancia con la cultura de su natal Salina Cruz, la lengua de su abuela. Este proceso de reconstrucción se relata en la obra “Xhunca” que presenta en el Festival Cervantino.

Xhunca, obra de teatro.Cortesía

Las políticas públicas y culturales no han brindado las herramientas necesarias para poder transitar ese famoso ‘progreso’, porque solamente es un despojo, y después del despojo no hay nada”, Karen Daneida, actriz, directora y gestora cultural.

Desde muy jovencita, convencida de la actriz que se gestaba en ella, la artista escénica en ciernes, decidió dejar su pueblo. Tenía 18 años cuando comenzó el primer gran viaje de su vida, éste con rumbo a la Ciudad de México.

Se formó profesionalmente como actriz en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM y desde ahí comenzó una fecunda carrera artística no sólo sobre las tablas sino en el cine y la televisión.

“Primero llegué al Centro Cultural Virginia Fábregas. No sabía nada de actuación, solamente sabía que quería ser actriz, cantante y bailarina. No quiero hablar mucho de eso, porque estoy preparando una obra al respecto, pero en pocas palabras, sí, claro, me gusta el escenario, me gusta cantar, hablar, me gusta que me vean, todo lo que vocacionalmente tiene que estar, pero por dentro descubrí que quería pensar la posibilidad de otros mundos mejores que el que yo estaba viviendo. Y, ¿sabes?, lo sigo pensando, y por eso sigo haciendo teatro”.

Ella es Karen Daneida, actriz, directora de escena, dramaturga, productora, gestora cultural, quien este miércoles presenta en el 52 Festival Internacional Cervantino la obra “Xhunca”, un relato personal y políticamente necesario que cuenta cómo la distancia física con el puerto de Salina Cruz, el vivir prácticamente la mitad de su vida fuera de su tierra, le puso en perspectiva, le obligó a cuestionarse quién era.

Karen Daneida, artista.Cortesía

“No sé ponerle nombre a esa sensación”

“Xhunca es una historia esencialmente que parte de una pregunta que me hice hace algunos años“, comenta Karen Daneida en entrevista. “Para 2018 yo iba a cumplir la mitad de mi vida viviendo fuera de Salina Cruz. En ese momento me comencé a preguntar, entonces, quién era yo. Quería saber en qué me estaba convirtiendo. Sin embargo, esa pregunta abrió otra, destapó una capa en el comienzo de este viaje interior hacia mi historia: ¿quién era yo en relación a mi identidad originaria? Porque es una pregunta que jamás había estado resuelta”.

La actriz y directora teatral cuenta ese extraño proceso de sentirse entre dos tierras, de pensarse posiblemente heredera de una riqueza cultural inmarcesible a la que, sin embargo y quizás con sutilezas, se le mantenía distanciada; ¿por qué?, era la pregunta.

“Yo vengo del pueblo binnizá, pero nunca se me enseñó a verme como tal. Aun cuando mi abuela paterna era una mujer hablante del diidxazá (es decir, el zapoteco del Istmo). Conviví con ella desde que yo era muy chiquitita, y la veía con su huipil y su enagua. Verla y escucharla hablar era para mí una extrañeza. Es una sensación que hasta el momento no puedo nombrar de otra manera, no sé ponerle nombre a esa sensación. Simplemente es algo con lo que crecí”.

Así, Karen Daneida cuenta que decidió hacer su viaje interior y también un viaje literal, o una serie de viajes literales, a la tierra que le dio vida. Había que atar esos cabos cuya falta de nombre formal comenzaban a astillar. Y todo esto lo cuenta porque es precisamente parte del planteamiento de “Xhunca”, claro, con ingeniosos toques de humor, de fiesta, pero también de autocuidado, de homenaje a la memoria de sus madres y sus padres, y, como ella misma antepone, con amor. ¿Qué tan relevante es la asimilación de un proceso amoroso cuando de lo que se trata es de reivindicar los cimientos de la identidad?

“Empecé a investigar la historia de mi familia, no sólo desde el lado paterno sino desde mi lado materno. Y descubrí una historia de resistencia y, por supuesto, de despojo. Yo me preguntaba por qué mis padres no aprendieron la lengua, ¿por qué no nos la enseñaron? Y comencé a culparlos. Me decía: claro, por eso yo no me identifico con esto o lo otro. No se los dije tal cual, pero lo sentía. Y la realidad era que los habían despojado de la lengua, les habían quitado los territorios, tuvieron que dejar sus oficios”.

Ésa es la búsqueda que da vida al relato de Xhunca, que la propia Daneida protagoniza. No fue fácil ni conciliatorio enterarse de que sus padres habían sido arrancados, quizás violentamente, tal vez no, de todo lo que les dignificaba.

“Es una historia que me interesa mucho contar a través del amor, de una manera en que la gente pueda divertirse, pueda cantar y gozar, que conozca una parte de la región del Istmo, pero donde también se pueda hacer crítica social sobre esto mismo que te cuento. Y así está construido el relato en una de sus capas. Sin embargo, me importa dejar el mensaje de recuperación, porque finalmente eso es lo que logré en mi búsqueda personal, al recobrar una identidad que creía perdida”.

Xhunca, obra de teatro.Cortesía

Un largo proceso de despojo

La historia de “Xhunca” es tan personal como es la historia propia de Salina Cruz, como es también la historia de México, señala la entrevistada, al menos en una de sus dimensiones.

La gestación del puerto de Salina Cruz es un ejemplo claro de el rostro no tan agraciado de de términos como “proceso civilizatorio” o “aspiracional”, cuando la llegada de una empresa trasnacional se instala en una región con tal autoridad que puede despojar de los rasgos identitarios en favor de estos procesos.

Salina Cruz se constituyó como ciudad durante el gobierno de Porfirio Díaz. Prácticamente fue construida por la empresa constructora inglesa Pearson, que cambió el panorama laboral, lingüístico e identitario de la región. A esto se vinieron a sumar las pedagogías educativas nacionalistas impulsadas durante el siglo XX, entre cuyas primicias era la imponderable enseñanza del español en todos los rincones del país, y las consecuencias que derivan de esta visión.

“En Salina Cruz se perdieron los oficios a los que la gente se dedicaba. Y el discurso pudo ser que se estaban facilitando herramientas para dedicarse a otros oficios, pero realmente no fue así (…) en México hay muchas personas a las que nos ha tocado vivir circunstancias similares. Y las políticas públicas y culturales no han brindado las herramientas necesarias para poder transitar ese famoso ‘progreso’, porque solamente es un despojo, y después del despojo no hay nada”.

Xhunca

“Espectáculo de teatro, música y cabaret del amor”

  • Teatro Cervantes, Guanajuato
  • Miércoles, 23 de octubre, 17:00 horas
  • Duración: 60 minutos
  • Estado: Oaxaca – Invitado de Honor

Más información sobre Xhunca: https://www.instagram.com/xhuncamx

¿Quién es Karen Daneida?

Es fundadora del proyecto artístico y cultural Salina Artes y del Festival de Teatro Ruta Istmo. Es integrante del Consejo de Participación para el Desarrollo Cultural del Gobierno del Estado de Oaxaca. Formó parte de la compañía británica Periplum, con la cual realizó dos giras, una en 2010 por diversos estados de nuestro país y la otra en 2012 en el Reino Unido. En el 2012 colaboró con la compañía francesa Du Midi, con la que protagonizó en México el espectáculo teatral Las bodas de Rosita; ese mismo año fue invitada como actriz al proyecto Philoxenia o la torre de Babel bajo la dirección de Atanasio Cadena en Bruselas, Bélgica.

¿Qué significa Xhunca?

La palabra xhunca, en binnizá, apela a la integrante menor de una familia, la consentida, y también es una manera de referirse a una mujer que es bien querida.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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