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Capital Humano

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“A los actores les preocupa más su fama que los derechos laborales del gremio”

Las personas que se dedican a la actuación en México no se asumen como trabajadores y trabajadoras, lo que complica el avance de la representación gremial, afirma el secretario general de la ANDA. El sindicato creado por Jorge Negrete y Cantinflas se ha alejado del objetivo por el cual nació y ahora protege más a quienes más ganan.

Marco Treviño, secretario general de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Foto EE: Blanca Juárez

Sin conciencia de clase y “víctimas de un egocentrismo natural” que les impulsa en cada audición, pero les separa para luchar por sus derechos laborales, en la Asociación Nacional de Actores (ANDA) van afrontado sobre la marcha los cambios de la industria audiovisual y del mundo del trabajo, dice Marco Treviño, secretario general de ese sindicato.

En general, las actrices y los actores “no se asumen como personas trabajadoras, ése es el problema más importante”. A la reforma laboral llegaron sin prepararse, lograron legitimar sólo aquellos contratos colectivos de trabajo (CCT) que les interesaban, “pero de panzazo”, dice en entrevista el intérprete en películas (Después de Lucía, 2012), telenovelas y series (La negociadora, 2021).

La ANDA cumplirá 89 años en noviembre. “Casi nueve décadas de ser operada por actores, no administradores. Necesitamos una transformación, que expertos la operen y actores dirijamos a esos expertos”. Algo al estilo del Sindicato de Actores de Cine (SAG, por sus siglas en inglés).

En estos años, la corrupción y la desorganización “han permeado brutalmente”, reconoce. Los comités directivos no han tenido continuidad ni planeación, desde hace 20 años los resultados de las auditorías no han podido ser concluyentes debido a la falta de sistematización de datos.

Las finanzas son otro gran problema. Los nuevos modelos de negocio en las industrias de entretenimiento y audiovisual han reducido considerablemente los ingresos del sindicato, afectando a las actrices y actores que menos ganan.

Y, por supuesto, la propia naturaleza de su trabajo que nunca ha encajado en el prototipo de un empleo tradicional. “La Ley Federal del Trabajo nos reconoce como trabajadores intermitentes”, lo cual significa que tienen varios empleadores al mismo tiempo, pero que estos no les podrán afiliar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En medio de todos esos problemas se encontraba el gremio cuando llegó la reforma laboral con reglas para democratizar a los sindicatos. A Marco Treviño le parece plausible esa misión, pero señala: “No todos los sindicatos estamos listos para eso”.

“Somos actores, no políticos”

Marco Treviño dirige la ANDA desde 2021, “ganamos dos veces”, dice el actor. La elección del comité ejecutivo debió repetirse por un acuerdo del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), pues en la primera se negó el registro a la planilla Verde Oro, liderada por la actriz Laura Zapata. En la primera y la segunda votación, la planilla de Treviño resultó ganadora.

“La democracia sindical es fundamental. Y la ANDA ha sido ejemplo de ello, a pesar de nuestras broncas y grillas”. Fue fundada en 1934 por Jorge Negrete, Mario Moreno, Cantinflas y Fernando Soler, entre otros.

Se desarrolló en tiempos en los que los líderes sindicales se perpetuaron en el poder, pero eso no ocurrió en esa organización. “Somos actores, no políticos, no nos interesa eternizarnos en un puesto político”, sino crear una carrera actoral, explica.

El arte de la actuación tiene también un rol social y crítico, pero eso ha sido a veces una desventaja. “Tenemos conocimiento de la mala reputación de los sindicatos mexicanos”, lo cual les desanima a participar y a defender sus derechos laborales.

La ANDA surgió para “favorecer a los compañeros que tienen menos ingresos o personajes menos importantes, porque son los que necesitan más protección”. Pero eso ha dejado de ocurrir.

En un inicio, luego de varias luchas, consiguieron que las productoras contrataran a su elenco y le pagaran a través de la ANDA, lo que permitía retener altos montos en cuotas sindicales y asegurarles prestaciones que las compañías no les proporcionan.

“Funcionó muy bien, porque eran pocos actores y entraba mucho dinero y todos tenían servicio médico, por ejemplo”. Pero para muchas compañías no era redituable pagar los salarios por esa vía, así que dejaron de hacerlo. La importancia de contar con un CCT se hizo notorio.

Al mismo tiempo, el sindicato creció con integrantes que no son artistas, pero los dirigentes les aceptaron creyendo que eso le traería más ingresos a la ANDA. “Entonces, se tuvieron que establecer categorías, desde aspirante a socio, socio meritorio, administrado activo y honorario. Sólo los miembros activos tenemos los derechos plenos” y para ello hay que llegar a una cotización mínima de 100,000 pesos al año.

“Ahora, los que menos trabajo tienen son los que menos prestaciones tienen”. De cerca de 4,000 personas sindicalizadas en la ANDA, “alrededor de 2,500 tenemos servicio médico privado y otros beneficios”, puntualiza.

La afiliación al IMSS es complicada por varios motivos. El modelo del programa piloto para personas trabajadoras independientes no les convence por no ser tripartita, muchas actrices y actores lo rechazan por la calidad del servicio y “porque, al ser figuras públicas no podrían asistir a una consulta con tranquilidad”.

Marco Treviño ha comenzado a trazar un proyecto: proponerle un convenio a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para acceder al servicio médico a través de sus hospitales. El acuerdo, además del pago económico, podría incluir campañas de la dependencia en las que participen actores y actrices de la ANDA.

La legitimación de CCT confirmó la apatía

De los cerca de 50 contratos colectivos que ha firmado la ANDA, la dirigencia tuvo interés de legitimar únicamente 21. El resto era con productoras que ya no existen o bajo condiciones que ya no están vigentes.

El más grande es con Televisa. La mayoría de quienes integran el sindicato laboran en esa empresa, lo que les genera el 50% de los ingresos con los que hacen frente a las previsiones sociales. “Luego, el 45% es de productoras independientes, como Argos Media, Perro Azul, Lemon Films, y muchas más.

El pasado 1 de mayo terminó el plazo para legitimar los contratos o registrar aquéllos que serán legitimados antes del 31 de julio. Ese requisito, incorporado en la reforma laboral de 2019, busca que todas las personas trabajadoras conozcan el contenido de sus contratos y los avalen.

De nuevo, para el gremio actoral fue todo un reto. “La logística fue brutal”, pues la ley ordenó que los CCT impresos fueran entregados a cada persona afiliada al sindicato y que las votaciones se realizaran en un día, un lugar y una hora previamente determinados.

La dificultad radicó no solamente en que muchas actrices y actores se encuentran trabajando en diferentes partes del país o incluso fuera de él, o que difícilmente se puede asegurar una locación.

En este contexto, asevera: “Confirmamos lo ya sabíamos: hay una enorme apatía, una falta de conciencia de clase, como ya lo mencionaba, que ha ido mermando la actividad sindical”.

Marco Treviño lamenta que “el egocentrismo supere la conciencia gremial. Estamos más ocupados y preocupados por ser famosos, por tener el personaje que siempre hemos soñado, que por pelear los derechos de grupo, y se nos olvida que en grupo somos más fuertes”.

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