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Capital Humano

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Beneficios y retos de la inclusión laboral de personas con síndrome de Down

La incorporación de personas con síndrome de Down al mundo laboral avanza a cuentagotas debido, en su gran mayoría, a los prejuicios en torno a esta condición. De acuerdo con datos del Conapred, sólo una de cada 10 personas con discapacidad cognitiva o mental en México cuenta con un empleo.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

“Siento muy padre estar trabajando, me gusta ayudar a los clientes y que muchas personas vengan”, expresa Hafid Ham García, colaborador de la cafetería El Sueño de Frida, un joven con síndrome de Down a quien su condición no le ha impedido estudiar gastronomía y emplearse en algo que le gusta.

En nuestro país no existe una cifra exacta de cuántas personas tienen síndrome de Down, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) los incluye dentro de las 7.1 millones de personas que tienen algún problema o condición mental. Sin embargo, lo que sí es un hecho, es que su acceso a un trabajo digno es limitado.

“En México nos falta un camino largo por recorrer en temas de inclusión laboral y si bien hay más información, apertura y visibilidad de estas personas, todavía las empresas tienen miedo y dudas de cómo emplear a estos jóvenes”, afirma Yesenia Escudero, directora de la Fundación Mosaico Down.

Hafid tiene el sueño de que su vida laboral le permita comprar su coche y vivir de manera independiente. Tiene dos meses laborando en la cafetería que administra la Fundación Mosaico Down, pero su felicidad en el trabajo se mantiene como en el primer día.

Como cada año, este 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha designada desde 2011 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para generar conciencia pública sobre la dignidad, la valía y las aportaciones de personas con esta condición. Entre esos retos, el mundo del trabajo y la contribución de las personas con síndrome de Down es uno de los desafíos.

“Hay dos factores que nos detienen, uno es el cultural y el otro es el económico. Culturalmente, pensamos que por tener esta condición las personas no aprenden de la misma manera; económicamente, que no pueden integrarse a la vida laboral si no acceden a una educación especial que suele ser difícil costear”, dice Alberto Hernández, gerente de Responsabilidad Social de Neverías Frody.

La empresa está ofreciendo 50 vacantes para personas con síndrome de Down como parte de su plan de expansión al norte del país. Y se suma a casos emblemáticos como el de Cinia, una empresa que ofrece empleo a cerca de 400 personas con discapacidad sensorial, intelectual o motriz, y que entre sus productos emblemáticos se encuentran los peluches del Dr. Simi.

El principal desafío en este tema, señala Yesenia Escudero, es pasar de la integración a la inclusión laboral. “Integrar es contratar sólo para decir que se emplean a personas con síndrome de Down, pero lo dejan en la banca y no desarrollan sus habilidades. La inclusión laboral es abrir las puertas de las empresas, emplear y adaptar normas, políticas y procedimientos para que las personas encajen en el grupo de trabajo y desarrollen sus habilidades”.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), sólo una de cada 10 personas con discapacidad cognitiva o mental cuenta con un empleo.

Sin embargo, las personas con esta condición pueden aportar mucho en el trabajo, en especial por sus fortalezas, como una buena atención al cliente por lo serviciales y alegres que son, también la facilidad para realizar tareas rutinarias y el sentido de perfección, según la experiencia de la Fundación Mosaico Down.

“Si no conocemos bien las habilidades y todo lo que estos chicos pueden desarrollar, será difícil abrir el campo laboral o puestos de trabajo para que ellos se desarrollen”, puntualiza Yesenia Escudero.

En eso coincide Alberto Hernández, en la experiencia de Neverías Frody, las personas con esta condición logran desenvolverse solas en el ambiente laboral, son responsables y motivadas.

Los primeros pasos para la inclusión laboral

Para Yesenia Escudero, el primer paso para la inclusión laboral de las personas con síndrome de Down es conocer la condición, las habilidades de las personas y hasta dónde pueden llegar en el mundo del trabajo. “El prejuicio más grande hacia estas personas es creer que no pueden aprender y desde ahí empieza la limitación. Es importante que las empresas sepan que sí aprenden, a su ritmo y de manera distinta, pero una vez que logran el aprendizaje, es más fácil el camino”.

Adicional a esto, complementa Alberto Hernández, es importante que las empresas realicen sensibilización al interior de su fuerza laboral para que apoyen la inclusión. “Hay que eliminar paradigmas, dejar de pensar que las personas no pueden y darles una oportunidad y un impulso para que se integren al mundo laboral”.

A través de su guía Contrátame, la Fundación Descúbreme destaca que entre los beneficios de contratar personas con síndrome de Down se encuentran:

  • Contar con trabajadores eficientes en tareas específicas
  • Mejora del clima organizacional
  • Promoción del trabajo en equipo
  • Mayor sentido de pertenencia
  • Mejora de la reputación corporativa

Para incorporar a personas con síndrome de Down a sus equipos, la organización les recomienda a las empresas empezar con actividades que dominen rápido para evitar la frustración y promover la seguridad y rápida adaptación al nuevo entorno. Además, desglosar la tarea diaria en labores concretas más pequeñas para que se finalicen y se logre visualizar la meta, así como repetir las actividades para mantener los aprendizajes y establecerlos en el tiempo.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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