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Cambio climático y trabajo: Riesgos laborales, rutinas que contaminan y empleos verdes
En el marco de la COP27, la OIT presentó una serie de alternativas para hacer de los lugares de trabajo espacios conscientes de la necesidad de que las actividades y procesos de producción sean cada vez más verdes.
Los centros de trabajo son el lugar donde “la economía verde toma forma, y donde los trabajadores y los empleadores, en sus respectivas capacidades, pueden cambiar los procesos de producción” para frenar el calentamiento global “y lograr empresas más ecológicas”, dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) está en vísperas de un acuerdo en el que los países ricos son llamados a tomar responsabilidad por la contaminación que han producido en naciones con economías menos desarrolladas. En tanto eso ocurre, la OIT ha publicado el reporte Empresas ecológicas: Transformación de los procesos y los lugares de trabajo.
Para ecologizar los lugares de trabajo, explica el organismo en el informe, hay varias opciones, una de ellas es promover los desplazamientos sostenibles, implementando el teletrabajo, recomienda.
Tan sólo en el Valle de México, el home office podría evitar la emisión de 8,793 toneladas de dióxido de carbono (CO2), según una investigación de Vladimir Rodríguez, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Las emisiones de ese gas son una de las principales causas del calentamiento global.
La plataforma Climate Watch considera a México como el 14º país emisor de CO2 en el mundo, “con una participación total de 1.35 %” del total de lo que se emite a nivel global.
Otra de las recomendaciones de la OIT es “producir bienes y servicios verdes”, como paneles solares. Según Climate Watch, hasta 2020 en México se habían creado más de 111,000 empleos en el sector de energías renovables. La mayor parte, más de 34,000 puestos, se encontraban en la industria fotovoltaica solar.
Otra de las recomendaciones de la OIT es “adoptar procesos de producción menos contaminantes”. Las personas exigen cada vez más productos sostenibles, entre 2016 y 2020 esa demanda aumentó 71%, según información de búsqueda de Google citada en el informe.
“El aumento de la demanda es un factor de estímulo para las empresas informales, especialmente las de la economía circular, que se dedican a la compra y la venta de materiales reciclados y al mantenimiento y la reparación de diversos bienes”, lo cual puede beneficiar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), señala el organismo. En México, dichos negocios generan el 70% del empleo.
Pero el llamado es también a las grandes corporaciones. En su último reporte, el movimiento #BreakFreeFromplastic (BFFP) pidió a las 10 empresas más contaminantes por plásticos “invertir en medidas de reducción de desechos y sistemas de cero desechos en los planes nacionales de acción climática”.
Según su #BrandAudit2021, Coca-Cola, PepsiCo, Unilever, Nestlé y Procter & Gamble, son las cinco compañías que más desechos plásticos generan. Todas ellas operan en México y emplean a más de 202,000 personas.
Otra de las exigencias de BFFP a esas transnacionales es que financien “un modelo de transición justa con protección social sólida e ingresos y beneficios dignos para los trabajadores, incluidos los recicladores que se dedican al reciclaje, la reutilización y la prevención de residuos”.
Sin riesgo de enfermedad laboral
“Respirar aire contaminado causa cerca de 7 millones de muertes prematuras al año” a nivel mundial, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El primer año de la pandemia de covid-19, 2020, las medidas de confinamiento redujeron las emisiones de contaminantes atmosféricos, según la Organización Meteorológica Mundial. La restricción de reuniones, cierre de escuelas y políticas de quedarse en casa “llevaron a una disminución sin precedentes en las emisiones contaminantes”.
La reducción “sin precedentes en ciertas actividades humanas, como el transporte de vehículos y la aviación, debido a la recesión económica asociada con la pandemia” disminuyó hasta 70% las concentraciones medias de dióxido de nitrógeno (NO2) y hasta 40% las partículas PM2,5.
Sin embargo, parece que volveremos al mismo punto prepandemia. En México, alrededor de 48,000 personas mueren de manera prematura al año por algún padecimiento asociado a la contaminación ambiental, según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Pese a ello, en 2018 el Poder Judicial emitió una jurisprudencia laboral en la cual estableció que: “La contaminación ambiental que impera en la Ciudad de México y área metropolitana, no influye para la calificación de un padecimiento” profesional.
El Sexto Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito analizó un amparo solicitado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en contra de una sentencia de la Junta de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México, la cual había reconocido la existencia de una enfermedad profesional en una persona trabajadora a consecuencia de la contaminación.
Pero el magistrado Raúl Valerio Ramírez resolvió que era ilegal basarse “únicamente en la prueba pericial médica, así como en las descripciones que obtiene de las páginas de Internet sobre la contaminación atmosférica en la Ciudad de México, ya que, legalmente, la profesionalidad de una enfermedad debe derivar de un ambiente laboral adverso en el centro de trabajo y no de los agentes contaminantes que se generan” en la localidad en la que reside.
Por lo tanto, “no es atribuible al patrón, ya que el control de la contaminación ambiental se encuentra fuera de los parámetros de control de prevención de la empresa en que hubiere laborado el actor, por lo que sólo ser portador de esos padecimientos resulta insuficiente para que se reconozca la incapacidad parcial pretendida, pues no acredita el nexo causal entre éstos, las actividades desempeñadas y el ambiente laboral adverso en el centro de trabajo”.