Buscar
Capital Humano

Lectura 7:00 min

Jóvenes Construyendo el Futuro, iniciativa ambiciosa pero con desigualdad de género

El programa que coordinará la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tiene gran potencial para impulsar la capacitación laboral de jóvenes que no estudian y no trabajan. Sin embargo, soslaya la desigualdad de género y la articulación con otras políticas públicas de empleo, según un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Firma del primer convenio de empresas con la Secretaría del Trabajo. Foto: Hugo Salazar EE

La principal limitación de Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) es suponer que mujeres y hombres están en igualdad de condiciones para tomar una capacitación laboral. Un análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) señala que el programa “es poco congruente” con las dificultades que la mayoría de ellas tiene para delegar las tareas que hacen en casa.

JCF es una iniciativa del gobierno dirigido a capacitar a jóvenes que no estudian y no trabajan. Y en México, ocho de cada 10 de esas personas son mujeres, de acuerdo con el libro Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?, elaborado por el CEEY y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Pero, contrario a lo que muchos creen, no es que estén dedicándose al ocio, sino que están cuidado a hijos o familiares, u ocupándose de los quehaceres de la casa sin recibir remuneración. Ellas son las que más tiempo dedican a esas labores, según la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México 2017.

De todo el tiempo que se destina a esas labores, ellas aportan casi 77 por ciento. El año pasado, el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados alcanzó un nivel equivalente a 5.1 billones de pesos, lo que representó el 23.3 por ciento del del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Las mujeres contribuyeron con 75.2 por ciento de esa cantidad.

Sin embargo, ya que ocupan tanto tiempo en ese trabajo y sin percibir un sueldo, tienen menos posibilidades de mejorar su situación económica, afirmó Roberto Vélez, director ejecutivo del CEEY el pasado martes, al presentar el estudio regional, así como un análisis al programa JCF.

Ninis: ni ociosos ni con las mismas oportunidades

En México hay 5 millones 500 mil jóvenes que no estudian y no trabajan, de acuerdo con Alejandro Encinas Nájera, jefe de asesores de la STPS. Señalados de manera despectiva como Ninis, provienen de padres con bajo nivel educativo y que han tenido dificultades para conseguir trabajo, según Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar.

El estudio se llevó a cabo en Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Haití, Paraguay, Perú, Uruguay y México, donde entrevistaron a más de 15,000 mil jóvenes y a por lo menos uno de sus padres.

“Estos jóvenes no son ociosos y tienen menos oportunidades que los demás”, dijo Roberto Vélez. La encuesta permite saber que dedican casi 70 por ciento más tiempo que otros de su misma edad a realizar actividades en casa.

Además, crecieron en hogares donde los padres no lograron subir de nivel socioeconómico. Así que ahora a esos papás les es difícil confiar en que sus hijos puedan conseguirlo. La mitad de las jóvenes que ya no continuaron estudiando y no tienen un empleo, son madres.

Las fortalezas de Jóvenes Construyendo el Futuro

Es la primera vez que un gobierno elabora una política pública dirigida a ese sector de la población, reconoció Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del CEEY, quién coordinó el análisis de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Según Delajara, JCF atiende dos problemas cruciales para esos jóvenes. Por un lado, la poca información que tienen del mercado laboral y por el otro, que las empresas no quieren arriesgarse contratando personal sin experiencia y menos logros educativos.

“Los resuelve de un plumazo porque pone a los jóvenes en el centro del trabajo”, ésa es la parte más fuerte del programa. La conclusión es que tiene potencial para impulsar la capacitación y formación laboral.

La mayor fortaleza es que está enfocado en reducir las deficiencias en habilidades cognitivas y socioemocionales de los jóvenes. Además, el incentivo monetario que ofrece, 3,600 pesos mensuales, está en línea con el salario de reserva para jóvenes que no estudian y no trabajan, según Delajara.

Los principales obstáculos del programa

Sin duda es un programa ambicioso, indica el análisis, pero su implementación es “precipitada”. La desigualdad de género, que no está debidamente atendida, es “la principal limitación”. La mayoría de los Ninis son mujeres que ya realizan un trabajo, aunque no estén recibiendo un salario por eso, como cuidar niños, a otros familiares, enfermos o ancianos.

JCF no incluye medidas para que ellas deleguen esas tareas, como poner a su disposición centros de cuidado infantil. Otra solución sería pedir a las empresas horarios flexibles o trabajo desde casa para esas aprendices. Si las mujeres no pueden disponer de un tiempo para concentrarse en la capacitación, el impacto del programa será “considerablemente menor al esperado”.

Otro obstáculo que encontraron es que carece de articulación con otras políticas públicas. Hasta ahora, por ejemplo, no está vinculado con el Sistema Nacional de Empleo. Tampoco con otros programas educativos y de seguridad social.

Movilidad social, otro enfoque para JCF

Según la STPS la asignación de los becarios a los centros de trabajo se realizará con base en sus intereses, pero también a su lugar de residencia. Y en este segundo punto el CEEY ve un riesgo de que los jóvenes que viven en zonas marginadas queden atrapados ahí.

Es decir, si en el lugar que viven los becarios solo hay empresas de baja productividad, o incluso informales, el resultado será capacitación insuficiente para encontrar empleo en zonas económicamente más dinámicas. También hay una alta probabilidad de que obtengan un trabajo informal, como actualmente lo tienen 62 por ciento de los jóvenes en el país.

Los investigadores advierten que algunos empleadores pueden ver a los aprendices como una manera de ahorrarse sueldos. Otro escollo podría ser que los tutores que cada empresa asigne a los jóvenes, en realidad no los orienten.

Por ello, sugirieron a los funcionarios “blindar el programa”, con una implementación gradual y con una inversión “suficiente” para el desarrollo de la plataforma tecnológica que contendrá toda la información de jóvenes y empleadores.

También pidieron que el programa tenga como propósito la movilidad social. Que quienes entren a esa capacitación efectivamente en algunos años hayan ascendido de nivel socioeconómico.

¿Qué es Jóvenes Construyendo el Futuro?

Es un programa propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador para capacitar a jóvenes de entre 18 y 29 años que no estudian y no trabajan. La formación laboral será dentro de una empresa por un año. En ese tiempo, el gobierno les dará una beca de 3,600 pesos al mes.

La meta de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STP), encargada de coordinar la iniciativa, es inscribir a más de 2.3 millones de jóvenes y vincularlos con las compañías. El propósito es que con la formación que reciban en los centros de trabajo, ganen experiencia para ser aceptados en un buen empleo.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas