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Capital Humano

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Reducción de la jornada laboral: Hacia la productividad y el bienestar

Al adoptar políticas que promueven el derecho al descanso, la desconexión digital, el bienestar personal y el empleo en condiciones dignas, las empresas y los países pueden no sólo prosperar económicamente, sino también construir comunidades laborales más saludables y sostenibles.

Foto: EspecialShutterstock

De manera general, los gobiernos de América Latina en la última década se han encargado de hacer ajustes a su legislación laboral en aspectos como la tercerización, el bienestar en el lugar de trabajo, la salud emocional y, por supuesto, la jornada laboral.

Si bien este movimiento progresista ha tenido tropiezos, hay que reconocer que en el caso de México ha sido un proceso disciplinado, perseverante y medianamente coherente.

En el caso particular de la jornada laboral, ha emergido como un fenómeno global, desafiando las convenciones tradicionales sobre la relación entre tiempo de trabajo y productividad. A medida que la sociedad avanza y se reconoce la importancia de la armonía entre el trabajo y la vida personal y, en consecuencia, cada vez más países y empresas están adoptando esta práctica como una estrategia positiva con un caso de negocio que le respalda.

Es entonces preciso reflexionar sobre los efectos de la reducción de la jornada laboral desde una perspectiva global, destacando su impacto en la productividad, la economía, las empresas y los empleados, así como su papel crucial en el fomento del derecho al descanso, la desconexión digital, el bienestar personal y el empleo digno.

Como ya se mencionó, la reducción de la jornada laboral no es simplemente una tendencia localizada, sino un movimiento global que ha ganado impulso en diversos países. Ejemplos como la implementación de la jornada laboral de cuatro días en Nueva Zelanda y experimentos similares en Suecia y Alemania demuestran la creciente aceptación de esta práctica en diferentes culturas y contextos laborales.

Esta tendencia refleja la comprensión compartida de que la calidad del tiempo invertido en el trabajo es tan crucial como la cantidad, y que la productividad no siempre se correlaciona directamente con largas horas de trabajo”.

En efecto, y contrario a la creencia común de que más horas de trabajo conducen a mayores niveles de productividad, la reducción de la jornada laboral ha demostrado tener efectos positivos en la eficiencia y el rendimiento de los empleados.

Estudios muestran que al trabajar menos horas, los trabajadores tienden a estar más enfocados, reducen la procrastinación y aumentan la productividad por hora. La calidad del tiempo dedicado al trabajo se vuelve esencial, destacando la importancia de establecer límites saludables para evitar la fatiga y el agotamiento.

A pesar de las preocupaciones iniciales sobre cómo la reducción de la jornada laboral afectaría la economía, los resultados de los estudios del Banco Mundial sugieren que puede ser un catalizador para el crecimiento económico sostenible.

Al mejorar la eficiencia y la productividad, las empresas pueden experimentar mayores márgenes de ganancia, compensando así la reducción en las horas de trabajo con empleados más satisfechos y comprometidos. Además, el aumento en la productividad puede generar un ciclo positivo, estimulando la innovación y la creación de empleo en sectores que buscan maximizar la eficiencia y el bienestar.

Resulta importante destacar que la reducción de la jornada laboral no sólo es beneficiosa para los empleados, sino que también presenta ventajas significativas para las empresas. La mejora en la moral y el compromiso de los empleados conduce a un ambiente de trabajo más positivo, lo que a su vez fomenta la retención del talento y reduce los costos asociados con la rotación de personal.

Además, empresas que adoptan esta práctica a menudo experimentan una mejora en la reputación de la marca, ya que se perciben como empleadores progresistas que valoran el bienestar de sus trabajadores.

Impacto de la jornada laboral en el bienestar

Debe ser claro que la reducción de la jornada laboral va más allá de los beneficios económicos y se convierte en un instrumento para mejorar las condiciones laborales y garantizar los derechos fundamentales de los empleados.

Este enfoque respeta el derecho al descanso, permitiendo a los trabajadores recuperarse adecuadamente y mantener un equilibrio saludable entre su vida profesional y personal. Asimismo, promueve la desconexión digital al establecer límites claros entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre, mitigando así el riesgo de agotamiento laboral y estrés.

La reducción de la jornada laboral coloca a la persona y a su bienestar personal en el centro de la ecuación laboral. Al ofrecer a los empleados más tiempo libre, se les brinda la oportunidad de dedicarse a actividades que promueven la salud mental, el ejercicio y la conexión social.

Este enfoque holístico no sólo mejora la calidad de vida de los trabajadores, sino que también contribuye a la construcción de una fuerza laboral más saludable y resiliente.

En síntesis, la reducción de la jornada laboral ha emergido como un caso de negocio positivo, con impactos significativos en la productividad, la economía, las empresas y los empleados. Este enfoque, lejos de ser una mera tendencia, refleja un cambio cultural en la forma en que se concibe y se valora el tiempo en el trabajo.

Al adoptar políticas que promueven el derecho al descanso, la desconexión digital, el bienestar personal y el empleo en condiciones dignas, las empresas y los países pueden no sólo prosperar económicamente, sino también construir comunidades laborales más saludables y sostenibles.

La reducción de la jornada laboral no es simplemente una medida de eficiencia, sino un compromiso con la creación de entornos laborales que respeten la dignidad y el equilibrio en la vida de los trabajadores.

Tiene una carrera de más de 30 años en áreas de Recursos Humanos en las industrias de consumo masivo, aviación y de servicios financieros. Hoy es Director de Capital Humano de Alpura. Es abogado con estudios de ciencia política y desarrollo humano en Cornell University, University of Notre Dame, University of Asia and the Pacific, Pontificia Universidad Javieriana y el ITESM. Es consultor, autor y profesor universitario.

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