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Atléticos celebra la deserción de Céspedes
El cubano Yoenis Céspedes decidió emprender la aventura hacia las Grandes Ligas con Atléticos de Oakland, donde hasta ahora es el novato más destacado en carreras impulsadas.
El deporte de su patria lo borró de su discurso, de su historia y hazañas como castigo por abandonar la isla. El cubano Yoenis Céspedes decidió emprender la aventura hacia las Grandes Ligas con Atléticos de Oakland, donde hasta ahora es el novato más destacado en carreras impulsadas.
Vive su primer mes en la Gran Carpa después de salir de Cuba, de donde aún no se sabe cuál fue el método para desertar y refugiarse en República Dominicana, ahí en julio pasado equipos de la MLB ansiaban ficharlo tras encantar con su desempeño en el Clásico Mundial del 2009: cinco carreras promovidas, par de cuadrangulares, mismo número de dobletes, así como tres triples, para .458; estadísticas que cautivaban a Baltimore, Detroit, Florida, Cachorros y Medias Blancas de Chicago.
Desde el jardín central, Céspedes es el más destacado de la ofensiva de As, escuadra que le brindó un convenio por 36 millones de dólares y cuatro años. En 28 partidos y 106 turnos, el pelotero de 95 kilogramos de peso, lleva 26 hits, cinco jonrones y 21 anotaciones impulsadas, para un average de .245. Sin embargo, es el que más ponches suma (29).
Hasta el momento, sus partidos más brillantes fueron en abril, donde los días 7, 18 y 25 promovió tres anotaciones contra Seattle, Ángeles y Medias Blancas, de manera respectiva. De hecho, en el cuarto mes del año -y único que se ha disputado completo en la campaña- marcó 19 imparables y 17 remolcadas.
Para Yoenis, su vínculo con el beisbol venía desde la gestación y posterior desarrollo en uno de los deportes de conjunto por excelencia en Cuba. El hijo de Estela Milanés (seleccionada en softbol por su país en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000) llegó a imponer una marca de 33 vuelacercas en una temporada con Granma.
Su escape de la nación que gobierna Raúl Castro provocó que los medios informativos locales omitieran su nombre y recortaran su imagen de las fotos de Alazanes, pero esa medida no lo atribula puesto que ha mencionado que no está arrepentido de su autoexilio y algún día sueña con volver.
diego.fragoso@eleconomista.mx