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El beisbol en zonas de desastre y conflicto
¿Cómo resintió la pelota el huracán maría?, ¿Cómo es tener una liga en un país con crisis económica y social? El Economista presenta los casos de estas dos naciones participantes en la Serie del Caribe.
Disputar la temporada 2017-2018 de la Liga de Beisbol Profesional Roberto Clemente significó una serie de cambios, ya que se disputó sólo 40% de la temporada regular, se modificó el horario de juego ante la falta de energía eléctrica en algunas zonas, no tenían ningún costo las entradas, sólo jugaron cuatro de cinco y los salarios de los peloteros disminuyeron 25 por ciento.
Edwards Guzmán, gerente general de los Criollos de Caguas, reconoce que “mucha gente no estuvo de acuerdo con el hecho de que se disputara la Liga por las necesidades que había, pero a la misma vez fue algo importante para sacarlos de la situación cotidiana. La gente al poder ir al estadio sin pagar, obtener beisbol, era relajarlos y sacarlos de la rutina”.
Y añade que en lunes, a la 1 de la tarde, era posible ver 600 personas, fue demasiado para un día laboral y los fines de semana reunían hasta 3,000 aficionados, “eso no lo teníamos antes”.
En el caso de los Criollos jugaron en una sede alterna, por daños a la infraestructura del inmueble. La asistencia promedio por partido fue de 1,464 personas, es decir, 28% más que el año anterior.
Los Criollos de Caguas obtuvieron el bicampeonato y regresan a la Serie del Caribe a buscar refrendar su título. Pero las condiciones en las que obtuvieron su cetro 18 en la Liga de Beisbol Profesional Roberto Clemente, con lo que empataron a Indios de Mayagüez, son totalmente distintas.
Los jugadores de los Criollos aceptaron una reducción de 25% en su salario. “Estamos hablando de jugadores profesionales que viven de esto, son jugadores que tuvieron oportunidad de jugar otras ligas de invierno”, dijo Edwards Guzmán.
Los peloteros optaron por disputar el torneo invernal con la organización, también fue el caso de su manager Luis Matos. El directivo puntualizó que prácticamente asiste la mitad del roster que representó Puerto Rico en la edición pasada de la Serie del Caribe y quienes buscan refrendar su título.
“Entendemos que estamos en un buen momento y debemos aprovecharlo, tenemos muchos jugadores jóvenes que esperan seguir y heredar lo hecho por Francisco Lindor, Javier Báez, Carlos Correa”, añadió el gerente general de Caguas.
Ante el entorno político en una nación como Venezuela se dudaba que se disputaría la Liga invernal y se le cuestionó en agosto en conferencia de prensa a Juan Francisco Puello, presidente de la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe, si tenían un plan B.
En aquel momento, Puello puntualizó que la Liga venezolana se disputaría y que no tendría duda y por eso no había otro plan.
Ante las situaciones de las naciones de Venezuela y Puerto Rico, los países que integran la confederación siempre mostraron su apoyo a ambas ligas. “Nosotros podemos mejorar esto, en el sentido de que contamos con unos recursos, que en caso de que ocurra algo catastrófico podemos auxiliarlos”, indicó el directivo.
Al ser cuestionado respecto a si en algo había modificado el entorno en el que se disputó la fase regular 2017-2018 en Venezuela, Carlos Teller, pitcher mexicano de los Caribes de Anzoategui, comentó: “Los estadios se llenaron más esta temporada y creo que es una manera del aficionado de liberar un poco el estrés, y que los peloteros de Grandes Ligas venezolanos les regresen un poco de alegría a su país. Si Venezuela se queda sin beisbol sería una catástrofe, sin embargo, las personas que integran la Liga quieren año con año mejorar para que el fanático asista a los estadios y quitar un poco de la mente los problemas sociales del país”.
Cabe señalar que en Venezuela también incrementó la asistencia a los inmuebles en donde se juega beisbol, con 18 por ciento. “Si no hay Liga, en qué se distrae con todos los problemas que hay en el país,”, mencionó el pitcher Freddy García.