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El carismático Rommel se despide del alto rendimiento
El clavadista le puso fin a su carrera deportiva tras 28 años, en los que acumuló cuatro participaciones olímpicas y se convirtió en uno de los atletas referentes de México por sus resultados y visibilidad.
Antes de salir al trampolín por su sexto clavado, Rommel Pacheco levantó la mirada para ver por última vez el escenario olímpico como uno de sus protagonistas. El mexicano culminó en la sexta posición en la final individual de tres metros en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo que significó su despedida del deporte de alto rendimiento.
“Me voy contento, satisfecho, no sólo con la competencia de hoy, sino con la carrera, el aplauso de la gente. Antes de mí, se tiró (el japonés) Ken Terauchi, que a sus 41 años también se está retirando, después de él también yo recibí aplausos del público. Que se acerquen los demás, las campeonas olímpicas, y que te digan felicidades o gracias por una enorme carrera que has tenido, con eso me voy. Aunque hoy no me voy con la medalla, me voy con el cariño de la familia de los clavados”, dijo el veterano de 35 años en la entrevista posterior a la competencia.
El oriundo de Mérida, Yucatán, es uno de los atletas más estimados y visibles de la comunidad de los clavados en México. Está constantemente activo en redes sociales, donde tiene más de 950,000 seguidores en Instagram y una cantidad similar en Facebook; en comparación, la doble medallista de Juegos Olímpicos, Paola Espinosa, es seguida en estas plataformas por un promedio de 140 mil usuarios.
El retiro de Rommel no pasó desapercibido por los mismos deportistas, prensa internacional, aficionados y también políticos, quienes mostraron su aprecio a través delos canales digitales.
“El carismático Rommel Pacheco hizo de sus redes sociales la ventana perfecta para saber de él. Se convirtió, en tiempo récord, en todo un personaje”, escribió el medio internacional El País.
En 2016 el clavadista destacó, además de por subirse a lo más alto del podio de la Copa Mundial de Clavados, una de sus más importantes proezas en el deporte por la forma en que lo hizo, vistiendo una playera del personaje Popeye el marino y cantando a capela el Himno Nacional, debido a que en ese momento la Federación Mexicana de Natación (FMN) cumplía con una sanción que prohibía a sus atletas portar la bandera de México o ser acompañados por el himno en las competencias.
Abonando a su visibilidad, en 2017 formó parte del programa de televisión Exatlón México y posteriormente fue parte de Bailando con las Estrellas. Además, en la vida política, obtuvo 51,379 votos en la elección para una diputación con el PAN en las elecciones del 6 de junio, por lo que ahora se dedicará a ese cargo de tiempo completo.
Entre sus compromisos, está el impulso a la salud física y mental a través de programas de activación física, deporte, danza, arte, ciencia cultura y tecnología, entre otras propuestas de seguridad, educación, infraestructura y de activación económica, por mencionar algunas.
El atleta participó en cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos desde Atenas 2004 y sólo se perdió los de Londres 2012. Aunque mejoró sus resultados con el transcurso del tiempo, no tuvo la oportunidad de colgarse una medalla.
“Me voy feliz. Sexto lugar olímpico y no sólo es el lugar, son los años de intenso trabajo, me apasionan los clavados pero es cansado, una vida entregada al deporte, no hay desveladas, una buena dieta, muchas cosas. He sido agradecido, bendecido y he durado 28 años, pero ya es momento de decir adiós y aunque me hubiera encantado irme con la medalla, me voy sumamente feliz, satisfecho y tranquilo”.