Lectura 7:00 min
El futuro depende ?de un par ?de rodillas
Rose ha sido víctima de las lesiones, por lo que en el mundial espera reivindicarse.
Brain J. Cole es un hombre blanco con grandes ojos azules que ya supera los 40 años de edad y que despacha desde la calle W. Harrison -en la suite 300 del número 1611- en Chicago, Illinois. Es doctor. Ha publicado más de 1,000 artículos, tiene cinco libros de su autoría, posee más de 40 condecoraciones que incluyen ser el mejor médico de Estados Unidos en el 2004 y se ha especializado en medicina deportiva y reparación de cartílago de los meniscos en las rodillas.
La NBA lo nombró, junto con su equipo médico, de los mejores en el 2009 y también trabaja con la franquicia de las Grandes Ligas, Medias Blancas de Chicago; dos negocios que valen en su conjunto 1,700 millones de dólares, incluyendo sus principales activos, los jugadores.
Brian presume en su sitio web todas las entrevistas que le han realizado en las cadenas de medios de comunicación estadounidenses. Tiene experiencia de casi 20 años y todo esto, dice su colega John Hefferon, se puede perder de la noche a la mañana si es que Derrick Rose se quiebra una vez más.
Brian fue uno de los primeros que se acercó a Rose, una de las promesas del baloncesto estadounidense, cuando cayó en la duela en el juego de postemporada ante Filadelfia en el 2012. Horas después, el médico anunció a los directivos y coaches que Derrick se había roto el ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda.
J. Cole es parte del cuerpo médico del Rush University Medical Center, uno de los sitios más prestigiosos del país y en gran medida Rose le debe -por el momento- que haya regresado a la actividad. Derrick será en España el jugador más importante que represente a Estados Unidos. Después de esa lesión de la rodilla izquierda, se perdió la campaña 2012-13 y retornó al siguiente año, pero el 22 de noviembre del 2011 la rodilla derecha le jugó una mala pasada y Brian decidió que lo mejor era la operación.
Rose, una de las promesas más grandes del baloncesto mundial, quien ya había ganado el título al mejor jugador de la Liga y tenía muchas estadísticas que presumir, una vez más debía pasar por el quirófano. Cole recomendó que había que intervenirlo, que aunque cabía la posibilidad de sanar sin ser operado, lo mejor era hacerlo. Chicago Bulls tiene toda la fe en este profesor del departamento de ortopedia, anatomía y biología celular del Rush University Medical Center.
Hace unos días, la NBC hizo una recapitulación de las mejores jugadas de Rose en la pretemporada de la selección de Estados Unidos para el Mundial. Está de regreso , decía uno de los relatores. Brian J Cole sabe que lo que le ocurra a Derrick definirá en gran medida su prestigio, una lesión más y las 40 condecoraciones serán papeles sin valor.
* * *
En septiembre del 2012, Derrick Rose bajó de la camioneta para un acto oficial de Adidas -su principal patrocinador-, porque presentarían unos tenis inspirados en él. Sonreía y en su primer discurso agradeció a los fans y a la marca por acompañarle en el proceso de la primera lesión.
Pero Rose se rompió cuando en las pantallas empezaron a transmitir la serie de promocionales de la campaña The Return, donde se mostraba su proceso de recuperación. Derrick no aguantó más, se tomó el rostro con ambas manos y llegó el silencio.
Contener emociones, motivar y dar una visión de futuro, conseguir compromiso ante el proceso de rehabilitación, son objetivos paralelos a todo trabajo de recuperación , relata el estudio Efectos psicológicos de la recuperación de la lesión de un deportista de alta competición . Esa tarde Rose lloró como sólo lo había hecho en la intimidad de casa.
El jugador de los Toros de Chicago ha dejado de ser uno de los más valiosos de la NBA. El MVP de hace cuatro temporadas perdió cotización en el mercado por pasar casi dos completas lesionado y en recuperación. Su contrato no está entre los más remunerados y pese a que estrellas como LeBron James o Kevin Durant decidieron no participar en el Mundial, Rose sabe que no tiene otra opción para recuperar su prestigio y calidad que jugar el Mundial.
Todo este tiempo, antes de ser convocado para integrar a la Selección de EU, Rose se entrenó en el gimnasio de los Toros de Chicago con un mensaje frente a él, gigante, en un lona estaba escrito: Only the strong survive .
Rose es de esa clase de deportistas que no pierden la fe de volver a ser los mejores . Hay quienes en el instante decidieron que el esfuerzo de años tendría que valer la pena. Así le ocurrió a Derek Redmon, un velocista británico quien llegó a los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 como favorito y en una de las semifinales -a falta de unos 250 metros a la meta- se lesionó, se hincó por un momento para luego levantarse y seguir, su padre entró a pedirle que era momento de salir, tengo que terminarlo papá , le dijo, lo haremos juntos le respondió y así hasta cruzar la meta.
Derrick dijo tras su primera lesión que le hizo perder una temporada completa: Todo esto me enseñó a apreciar a la gente que siempre ha estado a mi alrededor , y luego de esa segunda operación a la rodilla dijo, no estoy acabado y volveré .
El jugador estadounidense ha pasado por al menos menos cinco etapas de duelo psicológico en sus dos lesiones graves de acuerdo con la teoría del especialista Küber-Ross: la negación, la cólera, la negociación, la depresión y la aceptación.
* * *
Volvamos con el doctor Brain J. Cole. Dice John Hefferon, médico por 13 años de Bulls, que la profesión tiene sus juicios populares y que estos probablemente sean determinantes para lo que vendrá para él. Si te va bien eres el mejor, pero si no se logra sanar (Derrick) su nombre estará señalado siempre .
Rose no sólo era una promesa, sino una realidad. Era el jugador más importante de Chicago desde Michael Jordan, los especialistas le miraban como su sustituto, mucho antes de que LeBron James se autoproclamara el mejor de la historia y por ende mejor que Su Majestad.
Rose, el basquetbolista que hace unos años grabó un comercial en una plaza de toros derrotando a los toreros para hacer una clavada brutal, hoy se juega su futuro deportivo y su confianza para seguir como una estrella. Rose ya no es más Winnie Pooh, como le decía su abuela de pequeño. Pero tampoco es el producto que firmó Adidas hasta el 2021 por 250 millones de dólares. Es algo que todavía no hemos visto en los últimos dos años.
La psicóloga Beatriz Torres dice que las lesiones deportivas se deben también por el estrés al que está sometido el atleta de alto rendimiento... ¿Y si Rose tuvo miedo tras su primer regreso y orilló a otra lesión?
Lo que es verdad es que hasta ahora el doctor Brian ha hecho lo propio y sus métodos estarán en juicio dependiendo de lo que ocurra con las rodillas de Rose, y Derrick se enfrentará a sí mismo para demostrarse lo que ha dicho hace unas semanas a la prensa: Ver a los que dudan (de su juego) ahí fuera(...) Va a ser divertido verles tragarse sus palabras .