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El tiempo le otorga una medalla a Laura
Después de un camino que no ha sido sencillo, la mexicana recibe una recompensa con una presea.
Londres. Persistencia. Ahí, en el trampolín de 3 metros, Laura Sánchez veía desfilar uno a uno sus Juegos Olímpicos. Fueron tres. Doce años en los que los resultados no le habían favorecido a la guanajuatense.
Pero, la clavadista se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en ésa su especialidad en la que ya se había coronado en los Juegos Centroamericanos en San Salvador 2003 y en la que mostró su nivel en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, donde se adjudicó el campeonato.
Imposible ganarles a las chinas. Es imposible. Laura lo tuvo claro cuando las vio alejadas en la puntuación. Perfectas, con calificaciones por encima del 75, Laura lo sabía tras empezar titubeante sus primeros dos clavados.
Supo entonces que su rival a vencer sería la italiana Tania Cagnotto, quien la aventajaba apenas por un par de puntos en la clasificación. La mexicana sacó lo mejor en su haber. Mientras que Cagnotto, nerviosa, no atinó a un buen salto en su tercera intervención: sietes y sietes cincos.
Era cuestión de mantener, como a lo largo de estos doce años, la constancia. Y lo hizo. En sus últimos dos saltos, Sánchez lo definió todo y si bien es cierto que hasta ahora, en Juegos Olímpicos, ningún mexicano ha logrado ganarle a los chinos, ya se está bien cerca.
Ya pende del cuello de Laura un metal. Es de bronce. Y mientras espera en el celular la llamada del Presidente, que ya ha empezado a buscarla para la protocolaria felicitación, Laura, contenta, como siempre quiso estarlo desde que llegó a Atenas 2004, cumplió su sueño olímpico y lo cristalizó en el podio.
LA DISCIPLINA MÁS GANADORA
Con el bronce logrado ayer por Laura Sánchez en el trampolín de 3 metros individual, clavados es ya la disciplina que más medallas le ha entregado a México en Juegos Olímpicos con un total de 13 preseas, de las cuales seis han sido platas, seis bronces y apenas un oro, conseguido por Joaquín Capilla en Melbourne 1956.
Mientras que en estos Juegos, México suma ya cinco preseas, tres platas y dos bronces e iguala así, coincidentemente, la tercera mejor actuación para los nuestros en la justa veraniega, pues en Londres 1948 también se consiguieron cinco medallas, aunque en aquella ocasión dos de ellas fueron oros.
Aún faltan por disputarse algunas pruebas donde México podría ganar medalla, especialmente en la plataforma individual, con Paola Espinosa, y en el taekwondo, con María Espinoza, quien viene a Londres a defender su título del 2008 en los +67 kg.
cristina.sanchez@eleconomista.mx