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Jonathan Soto: autofinanciamiento para el sueño olímpico
El esquiador mexicano consiguió su plaza a Beijing 2022 tras alternar sus jornadas laborales con su entrenamiento, invertir de su bolsillo y crowdfunding.
“Durante el último Campeonato Mundial en Oberstdorf, Alemania, pude abrir el lugar para México en Beijing 2022. Ha sido mi sueño representar a México en los Juegos Olímpicos de Invierno y necesito su apoyo para que se haga realidad”, así se presentó hace un año Jonathan Soto, esquiador de fondo mexicano, en su sitio web de crowdfunding. Con trabajo doble y ayuda de su comunidad, hoy está haciendo realidad dicha meta.
Llegar a los Juegos Olímpicos de Beijing representó un reto al bolsillo del esquiador de 28 años, quien, con la excepción de un par de competencias, no tuvo el sostén gubernamental para costear sus gastos de preparación. Jon, como le llaman de cariño, requirió de alternar sus entrenamientos con su trabajo como coordinador de proyectos en una compañía de maquinaria industrial en Minneapolis, además de iniciar una recaudación crowdfunding que, hasta el día de la inauguración de los Juegos, continuaba recibiendo donaciones.
“Mi consejo fue que los primeros tres años gastáramos el menor dinero posible y que ahorráramos para el último año, que es el más importante, en el que viene el mayor número de viajes y en el que se requiere actualizar el equipo. Jon calificó a los Juegos Olímpicos con los esquís con los que fui yo (en 2018), se los vendí muy baratos”, dijo a este diario Germán Madrazo, mexicano que compitió en la misma disciplina que Soto en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang en 2018 y que actualmente es su entrenador.
Madrazo fue uno de los organizadores de la página de Jonathan en GoFoundMe, sitio que muestra un total de 9,085 dólares recaudados y añadió que la comunidad de Richfield contribuyó vendiendo galletas y brownies. Mucho del apoyo vino de “sus amigos de la prepa, que son los que le han puesto un poquito de dinero para todo esto que ha logrado hacer Jon y que ahora tenga equipo de clase mundial”.
Cuando Soto tenía 12 años, su familia, originaria de Durango, decidió partir a Minnesota, en Estados Unidos, donde su mamá tenía familiares. Como muchos jóvenes, combinó la escuela con la práctica deportiva, aunque en ese entonces eligió el atletismo, disciplina en la que le gustaban las largas distancias. Para mantenerse en forma durante la temporada invernal en su frío lugar de residencia, el deportista comenzó a realizar esquí de fondo. Lo que comenzó como diversión y un complemento al atletismo, lo terminó por reemplazar y lo llevó hasta los Juegos Olímpicos.
El esquiador empezó a competir para México oficialmente en 2019 y en 2021, en su primer Mundial, logró una cuota olímpica para el país. El deportista mencionó en entrevista para este diario que para clasificar a los Juegos Olímpicos de Invierno la Federación Internacional de Esquí toma en cuenta las cinco mejores carreras de los atletas, por lo que, entre más carreras acumulen, mejores posibilidades de buscar buenos tiempos.
Sin embargo, la preparación del mexicano tomó en cuenta el factor ahorro. De acuerdo al atleta, financiar su ciclo de cuatro años representó una inversión aproximada de 50,000 dólares, de los cuales, el último fue el que más gasto generó (alrededor de 20,000), pues incluyó carreras en Europa e invirtió en equipo.
“Cuando fuimos al Mundial (febrero de 2021) y ahora en los Juegos Olímpicos, estos están pagados por la Federación, pero todo lo demás ha sido pagado por nuestra cuenta, incluyendo a mis compañeros. Por ejemplo, estos uniformes los compramos nosotros”, dijo el atleta que hará su primera aparición en unos Juegos Olímpicos.
Jonathan no cuenta con patrocinadores, pero ha recibido el apoyo de un negocio que le brinda rebajas para hacerse de su equipo y de la marca Atomic a través de descuentos para sus esquís. El atleta indicó que el costo de esta herramienta para sus competencias va entre los 700 y 900 dólares.
“Es una labor maratónica, es muy difícil conseguir dinero, pero Jon tiene la ventaja de que él, viviendo en Minnesota, puede entrenar ahí mismo y esto significa un ahorro importante. Cuando a mí me tocó lograr mi calificación, terminé con una deuda en la tarjeta de crédito, ya cuando se acumularon los intereses, como de 28,000 dólares, que me tomó otros cuatro años pagar. Fue muy duro pero valió completamente el esfuerzo”, compartió Madrazo.
Después de Beijing 2022, Jonathan se ve preparando otro ciclo olímpico, sin embargo, dependerá del estado de su economía, pues es un sacrificio importante.
“A largo plazo quiero continuar practicando el deporte así como lo he hecho, pero dependerá de cuestiones económicas porque se sacrifica el tiempo al igual que el aspecto económico. También dependiendo de qué quiero hacer en la vida”, dijo.