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Logo olímpico, gran negocio

El logotipo olímpico cobra más importancia cuando se habla de su valor comercial, pues las ganancias por los derechos de esta pequeña figura llegan a ser inmensas.

Es uno de los símbolos más vistos desde años antes de que inicien los Juegos Olímpicos y su importancia, como en la de cualquier empresa, es la imagen que proyecta, en el caso del movimiento olímpico suelen reflejar el espíritu de la ciudad que acoge a la justa veraniega.

Pero no sólo eso, el logotipo olímpico cobra más importancia cuando se habla de su valor comercial, pues las ganancias por los derechos de esta pequeña figura llegan a ser inmensas.

Es por ello que, para los comités organizadores, elegir un logotipo es una de las labores más importantes, pues de lo atractivo y original que pueda ser dependerán las ganancias que se generen como soporte a la organización de los Juegos.

De acuerdo con el Informe de Marketing Olímpico, del Comité Olímpico Internacional (COI), en su edición de 2010, sólo por los derechos de marca que generan unos Juegos Olímpicos, los de Beijing 2008 le generaron a los organizadores ganancias por 163 millones de dólares.

Quizá por eso, se justifica la inversión que hacen los organizadores para elegir al diseñador del logotipo en el cual se revisan miles de propuestas, pues este símbolo olímpico, según la reglamentación de comercialización del COI, se utiliza para comercializar cualquier producto relacionado con las olimpiadas.

Las organizaciones del Movimiento Olímpico desarrollan programas para crear productos relacionados con los Juegos Olímpicos, mercancía y recuerdos para los consumidores a través de acuerdos licenciados que conceden el uno de las marcas olímpicas, imágenes o temas para terceras empresas que mercadean y manufacturan productos , especifica el documento de la página web del organismo.

Incluso, los diseños de logotipos olímpicos han logrado cotizarse mejor que algunos otros famosos. La red social Twitter pagó por su logo unos 15 dólares, mientras que el logo de Nike -diseñado por Carolyn Davidson en 1971-, le costó a la empresa unos 35 dólares.

Por poner un ejemplo, para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se invirtió poco más de medio millón de dólares en el diseño del logo, mientras que la campaña para lanzarlo costó a los organizadores poco más de 800,000 dólares y se espera que con el marketing la marca alcance los 2.6 billones de dólares.

Así pues, los comités organizadores ponen especial atención para la elección del logo. Según datos de los organizadores de Río, el proceso de elección del logo tuvo cinco fases eliminatorias, que comenzaron con 139 agencias de diseño inscritas hasta que quedaron ocho para la final, en donde un jurado de 15 miembros eligió el diseño que se presentó hace unos días.

Por este impacto económico y mercadológico que logra este símbolo se han generado controversias. En Beijing 2008, una empresa privada intentó registrar como suyo el logo de los Juegos, por lo que se levantó una batalla legal entre organizadores y la empresa por los derechos de la imagen.

Apenas hace unos días, el logo de Río 2016 generó fuertes críticas por su enorme parecido con la Fundación Telluride en el estado de Colorado, Estados Unidos, aunque los diseñadores han negado el plagio.

Sin duda, durante los años próximos, el poder de marca que han logrado los Juegos Olímpicos seguirá siendo la manzana de la discordia entre los que quieren beneficiarse económicamente de este importante símbolo.

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