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María, lealtad a su imagen, marca y al taekwondo
La taekwondoína de las tres medallas olímpicas ha gestionado su imagen comercial con relaciones que han sido aliadas desde el inicio de su carrera deportiva. A los 33 años la atleta de Sinaloa no apresura el retiro y habla del crecimiento de su marca.
María es de relaciones largas y las conserva con lealtad, ya sea con sus amigas, patrocinadores o cuando menciona a sus padres pescadores, a la Brecha o Guasave, Sinaloa, el lugar de sus primeros pasos. Otra de sus diversas cualidades es que habla con serenidad, precisión y sin mostrar prisa en los planes.
Durante las dos semanas de los Juegos Olímpicos en Tokio, María del Rosario Espinoza no se precipitó a hablar del retiro, ni se desligó de sus redes sociales. Felicitó a sus homólogos olímpicos Briseida Acosta y Carlos Sansores, reconoció el esfuerzo de la delegación olímpica, mencionó a sus patrocinadores y se fue de viaje con las amigas con las que compartió los inicios de su carrera en el taekwondo.
Han pasado 15 años desde que ganó su primera medalla en una competencia internacional. A la edad de 18 se colgó el bronce en los Juegos Centroamericanos de Cartagena, Colombia 2006 y desde entonces, cada año ha sido un sitio imparable en algún podio internacional, a excepción del 2009, 2011, 2013, y hasta el último bronce que consiguió en el World Grand Prix de Chiba, Japón en septiembre del 2019. Actualmente, a sus 33 años pone en palabras su definición:
Me defino con mucho aprendizaje, como una mujer que ha tenido subidas y bajadas pero no me he quedado ni con el triunfo ni con la derrota sino que he seguido hacia el próximo capítulo”, responde la triple medallista olímpica y mundial a El Economista.
María del Rosario Espinoza es una marca registrada que tiene en mente formalizar los siguientes proyectos: iniciar con escuelas de Taekwondo en la República, hacer una gira de clínicas de enseñanza del TKD para niños, crear una marca de uniformes y tenis.
“Me he enfocado muchos años en el alto rendimiento, muy poco he podido contribuir en Sinaloa, quiero buscar el desarrollo del deporte en el poblado. Lo que he visto también en México es materia prima de deportistas de buena calidad, fuertes, natos, en Sinaloa y mi pueblo hay muchos. Me gustaría desarrollar escuelas de TKD y box, lucha grecorromana en la Brecha y Guasave. Buscar deportes que sean afín al somatotipo del deportista. Son ideas y necesito cerrar este capítulo del deporte de alto rendimiento, para apoyar al 100% al deporte en el Estado. Tengo muchas ideas, necesito aterrizarlas y el tiempo para hacerlo”.
Desde poco antes de los Olímpicos de Beijing 2008, la marca de María es manejada comercialmente por la agencia Platas Sports.
Los primeros dos patrocinadores de María fueron Coca Cola (México) y Televisa, después de Beijing llegó Visa (internacional), y en Londres 2012 renovó sus contratos una vez que su medalla dio muestra de la trascendencia de su carrera. Sus patrocinadores de ropa deportiva han sido: Oakley, Under Armour y actualmente Adidas, y siempre ha mantenido al mismo patrocinador de equipo deportivo.
En el proceso olímpico hacia Tokio que se vio afectado por la pandemia CocaCola salió de la lista en el 2019 y Coppel se sumó, mientras que Visa (México e Internacional) dejaron claro que continuarían con María compitiera o no en Tokio 2020.
“Para hablar de atletas mexicanos en Juegos Olímpicos tenemos que hablar de ella, con eso siempre tendrá propuestas comerciales. Lo importante de la carrera de María es la consistencia porque renovó contratos y es algo que muy pocas veces se da, ha sido muy leal a sus marcas y profesional para trabajar, por eso han trascendido muchas marcas con ella. Es la única mexicana que tiene el patrocinio a nivel internacional de VISA. María gestionó una carrera deportiva y también una carrera comercial”, explicó a este diario su representante Esperanza Platas.
Cuando a María se le pregunta sobre el retiro del deporte, lo mira pero no lo apresura. Su vida académica también continúa avanzando. Durante la pandemia terminó la licenciatura en Administración graduándose con el sistema de Exámenes Generales para el Egreso de Licenciatura (EGEL) y el siguiente paso es la Maestría en Administración Pública o Deportiva. Fuera del gimnasio es autodidacta en su capacitación y consulta videos de YouTube de combates en todo el mundo.
“No sé en cuánto tiempo llegue (el retiro) la realidad es que me encuentro muy bien, anímicamente bien dentro y fuera del Taekwondo. Mis planes no serán a largo sino a corto plazo, ir por cada competencia y sé que el retiro está próximo ya no tengo 20 años, lo más importante es sentirme bien dentro del entrenamiento y la competencia (...) Afortunadamente por medio de las redes sociales ha cambiado la facilidad de ver competencias, las veo en casa y otra cosa, en los años que llevo el taekwondo siempre ha cambiado, evoluciona en nuevas técnicas, estilo. Me gusta tomar lo mejor o lo que yo puedo hacer para sumar y contrarrestar el estilo y ponerlo en práctica”.
María ha visto todos los cambios en el taekwondo, desde el surgimiento de nuevos talentos mexicanos, los rivales internacionales siendo atletas cada vez más altos, y la evolución de la tecnología y la medicina.
“La tecnología es el punto de iceberg del taekwondo, con los petos electrónicos y hasta un sistema para saber cuál es el dominio de un atleta, es decir, con qué pierna o patada se hace el punto de oro. Tenemos un simulador de combate, nos ayuda mucho para el nervio de cuando estás compitiendo, es una herramienta importante del equipo. En lo médico medimos la frecuencia cardiaca o el preparador físico usa una cámara para saber donde mi cuerpo está más cargado y cómo hacer el plan de entrenamiento. El taekwondo también se ha vuelto más complicado, antes era de fuerza y garra y ahora es muy táctico. El estilo, más la complexión de los atletas ha cambiado. Recuerdo en el 2008 a competidores que eran más altos que yo, como 10 centímetros, pero ahora son 20 o 30 más altos”.
Hace 10 años María decía en Canal 11 con la periodista Cristina Pacheco que su lugar favorito para vivir es Corea del Sur, hoy responde que ya no es seguro, porque elegiría ir a la Brecha, Sinaloa, el lugar de sus primeros pasos, donde “me fui forjando el carácter y los Juegos Olímpicos no eran el sueño, sino vivir cada día bien para tener un mejor mañana”.