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Monterrey, en el pulso de su potencial con el WTA 500

El aumento de nivel del Abierto GNP, después de 15 años de vida, pondrá a prueba la jerarquía de la ciudad a nivel mundial con la presencia de estrellas del tenis.

Foto: Especial

Después de 15 años de evolución, naciendo como un torneo Challenger, consolidándose como un 250 y finalmente llegando a la etiqueta de un WTA 500, el Abierto de Tenis de Monterrey, también llamado Abierto GNP Seguros por motivo de patrocinio, se dice preparado para encarar los ojos del mundo a partir de su edición de 2024.

“Definitivamente el WTA 500 va a traer muchos beneficios turísticos y de inversión, porque hoy Monterrey es una ciudad que está recibiendo un mundo de inversiones, con empresas de diferentes países, entonces, encaja muy bien traer un evento de esta magnitud con todo lo que está recibiendo el estado de Nuevo León”, menciona a El Economista, Hernán Garza Echavarría, fundador y director del Abierto de Monterrey.

Fue apenas el 28 de junio cuando la Asociación de Tenis Femenil (WTA, por sus siglas en inglés) confirmó que Monterrey dejaba de albergar un torneo de categoría 250 para subir a un 500, que sólo está detrás de los Masters y los Grand Slams. Eso cautivó porque apenas otras 15 ciudades en el mundo tienen una plaza para un evento de esta jerarquía.

“Estamos muy satisfechos, han sido 15 años de esfuerzos, que no se nos olvide que este torneo empezó como un Challenger en 2008, casi sin patrocinios, poco a poco fue creciendo (...) El tenis está creciendo, ha tomado un rumbo muy importante en México, y entonces es nuestra responsabilidad como promotores sacar esto adelante”, recalca Garza Echavarría.

En efecto, el radar de la WTA sigue dando peso a México en los últimos años. Primero fue Guadalajara quien obtuvo la sede de las Finals 2021, siendo una ocasión inédita en la que Latinoamérica acogía este prestigioso evento; después, la propia Guadalajara recibió la confianza de albergar un WTA 1000 en 2022 y para 2024 será Monterrey quien se sume a esta línea con el WTA 500 del 19 al 25 de agosto.

El impulso económico es inmediato con el salto de nivel. Hernán Garza señala a este diario que tendrán que pagar alrededor de un millón de dólares a la WTA por acoger el torneo 500, lo cual significa “un abismo en comparación con organizar un 250”. Sólo la bolsa de premios brincará de 276,750 dólares a 922,000.

Sin embargo, garantiza que como organizadores se encuentran “totalmente” en números negros para pagar ese fee y que estiman un impacto de derrama económica al doble de la edición 2023. El Economista preguntó este dato al Abierto GNP pero no tuvo respuesta; no obstante, la edición de 2020, última sin pandemia, arrojó 64 millones de pesos, por lo que se estima que el WTA 500 de 2024 superará los 100 millones.

“Definitivamente estamos en números negros para organizar un torneo de nivel 500 sin ningún problema, con los patrocinios puedo confirmar que estamos perfectamente sanos para llevar a cabo este evento (…) Actualmente tenemos entre 18 y 20 patrocinadores, pero esperamos que para el próximo año se puedan sumar entre 6 y 8”.

El director del torneo también menciona que el presupuesto para la organización aumentará aproximadamente un 50% al pasar del nivel 250 al 500, aunque tampoco especificó el monto. De igual forma, refirió que se encuentran en etapa de análisis para ver la inversión que cubrirá remodelaciones al estadio Sonoma y otros detalles.

“Sí tenemos que hacer algunos ajustes en el estadio, como al área de jugadoras, detalles que sí tenemos que tomar en cuenta porque vienen todavía mejores tenistas. Son ajustes de infraestructura, en otros años hemos hecho un buen trabajo en logística de transportación y hotelería, así que esos ajustes son totalmente alcanzables”.

Una de las modificaciones más claras a casi un año de distancia del evento está en la capacidad del estadio, que pasará de 4,000 asistentes a 5,500, agregando una cancha alterna para 1,000 más, por lo que la capacidad máxima por día será de 6,500. Tomando en cuenta que la duración es de una semana, la afluencia a tope sería de 45,500 aficionados.

Hernán Garza señala que el Abierto GNP empezó a ganarse la posibilidad de aumentar de categoría desde 2017, cuando fue la inauguración del estadio Sonoma y recibieron por primera vez a Steve Simon, el CEO de la WTA, que luego dio un par de visitas más (la última en este 2023) para darle el visto bueno a la ciudad.

“Tenemos buena relación con él, le gusta ir a Monterrey, siempre se queda un par de días. Tuve la oportunidad de platicar con él y hablamos del futuro no solamente del torneo, básicamente le expresamos nuestros objetivos y uno de ellos es que queremos meter jugadoras mexicanas al circuito, ese va a ser uno de los logros para que este torneo permanezca como un 500”.

Cuestionado sobre si hay un contrato firmado para que Monterrey se mantenga como un torneo 500, el director no especificó si hay un número de años, pero exaltó que “esto llegó para quedarse”, junto a ciudades top como Abu Dabi, Berlín, Washington, Tokio, Sídney, entre otras.

De acuerdo con el portal de Numbeo, especializado en índices de calidad de vida en el mundo, Monterrey figura como la ciudad mexicana con mejor calificación (124.2 puntos, donde 215.7 es el máximo) hasta la mitad de 2023. En la clasificación se encuentra por encima de París, Roma y Atenas, algunas capitales europeas de prestigio.

“Hoy por hoy es el torneo deportivo internacional más importante en la ciudad, independientemente de que hay futbol, beisbol, basquetbol e infinidad de disciplinas, pero de esta magnitud es el evento con la cobertura más importante. Vamos a ser transmitidos por 180 países en 2024”.

Garza Echavarría señaló que el cambio de fechas de febrero a agosto, una semana antes del US Open, les beneficiará tanto en la oportunidad de contar con tenistas de mayor prestigio, que después se pueden enlazar al Grand Slam de Estados Unidos, como en condiciones climáticas, ya que a inicios de año Monterrey suele tener temperaturas por debajo de los 10 grados centígrados.

“El cambio en el calendario nos saca de ese remolino donde estábamos, muy pegados con otros torneos aquí en México (el 250 de Mérida), en Dubai y Doha. Finalmente pudimos salir de ese torbellino y nos fuimos al mes de agosto, donde obtendremos muchos beneficios”, concluye el director del Abierto GNP.

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