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Mundial 2023: vehículo para globalizar desarrollo de futbol femenil
El evento que organizan Australia y Nueva Zelanda es una ventana para que selecciones de diferentes continentes, con condiciones precarias, se acerquen a transformar este deporte al profesionalismo.
La novena edición de la Copa Mundial Femenil de la FIFA está a horas de celebrarse entre los paisajes multicultares de Australia y Nueva Zelanda, responsables del primer torneo con dos sedes. No sólo es un evento inédito en ese tema, sino también en cuanto a número de participantes y bolsa de premios, lo que hace suponer que se vive una cúspide para el futbol femenino global.
Por primera vez, la FIFA garantizó 32 selecciones en el Mundial, casi el triple de las que participaron en la edición inaugural de 1991 (12 equipos). Eso abre la visibilidad para jugadoras de regiones que aún naufragan en el semiprofesionalismo, la violencia de género y otras precariedades, como en el sureste asiático, Medio Oriente, el Caribe y Latinoamérica.
Sin embargo, para Adrianelly Hernández, periodista, investigadora y docente especializada en futbol femenil por casi 15 años, el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 aún no es un reflejo de desarrollo paralelo en el planeta, pero sí una ventana para encaminarse a eso.
“El futbol femenil está saliendo de esa concepción que mucha gente tiene todavía de que es amateur y secundario, eventos como este sacuden esos últimos remanentes de un futbol femenil semiprofesional, aficionado y amateur. Se están dando los primeros pasos para ver al futbol femenil ya en el otro terreno, como profesional, de espectáculo y negocio”.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, declaró a inicios de junio que el Mundial Femenil 2023 ya había vendido 1,032,884 boletos para la justa, que se celebrará del 20 de julio al 20 de agosto. Con poco más de un mes de margen, los organizadores esperan romper el récord de asistencia que tuvo Canadá 2015 con 1,353,506.
En materia económica, los pasos sólidos se empezaron a dar desde el Mundial pasado, Francia 2019, con 24 equipos. El informe financiero de la FIFA de ese año reportó ingresos totales por 766 millones de dólares, 41% más que los ingresos de 2015, cuando se celebró la justa en Canadá. Para 2023, el organismo rector del futbol estima que el torneo de Australia-Nueva Zelanda arroje 350 millones de dólares de ganancias netas.
“El futbol está en esta transición, hablando de una cuestión global, porque por supuesto que hay selecciones que ya están del otro lado (en el profesionalismo), como Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Países Bajos y Canadá, pero si hacemos una evaluación del futbol femenil en todo el mundo, creo que está sacudiéndose esas últimas concepciones de ser amateur”, recalca Adrianelly Hernández a El Economista.
La cuarta parte de las selecciones en el Mundial 2023 son debutantes: Filipinas, Vietnam, Marruecos, Zambia, Haití, Panamá, Portugal y la República de Irlanda. Zambia y Haití no cuentan con ligas profesionales de futbol femenil, por ello sus jugadoras tienen que buscar oportunidades en otras latitudes; del plantel de 23 convocadas de Haití, 22 militan fuera de su país.
“El aumento de participantes deja ver el desarrollo e impulso en las distintas confederaciones, responde a la forma en la que el futbol femenil ha ganado terreno en distintos países (…) El reducido grupo que antes había para participar evitaba que grandes talentos de distintas selecciones pudieran tener esa experiencia. Es una noticia muy importante porque permite que sea una plataforma para que se desarrollen equipos no solamente en lo colectivo, sino en lo individual”.
Recientemente, la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) reveló un estudio sobre las adversidades de las jugadoras en las eliminatorias para el Mundial 2023. De los datos más sobresalientes está que el 66% se vieron obligadas a renunciar a otras formas de subsistencia y que el 29% no recibió pagos por representar a su selección.
Un factor positivo de la justa en Australia-Nueva Zelanda es el aumento de la bolsa total de premios, que saltó de 30 millones de dólares en 2019 a 110 millones, consecuencia también de las pugnas de varias jugadoras reconocidas internacionalmente ante diversos organismos, incluso contra la propia FIFA.
Eso quiere decir que cada jugadora, aunque haya sido eliminada en primera fase, tendrá asegurado un premio de 30,000 dólares, mientras que las campeonas aspiran a un máximo de 270,000. Para las federaciones nacionales también habrá premios desde los 1.56 millones de dólares hasta los 4.29 millones.
“El principal aporte de las jugadoras en este torneo es lo que hacen dentro de la cancha, pero también el que afortunadamente varias jugadoras, a sabiendas de que sus condiciones laborales y profesionales no están en riesgo, se han manifestado por los derechos que aún faltan por conseguir. Megan Rapinoe, Alexia Putellas y Marta llevan muchos años alzando la voz, son portavoces de las exigencias que todavía se necesitan cumplir para todo el gremio”, destaca Adrianelly Hernández.
Figuras contra el tricampeonato de Estados Unidos
El Mundial Femenil de la FIFA nació en 1991, por lo que la de 2023 será su novena edición. Las ocho anteriores se reparten en cuatro títulos para Estados Unidos, dos para Alemania, uno para Noruega y otro para Japón. El combinado de las barras y las estrellas ganó en 2015 y 2019, por lo que busca ser el primer tricampeón de forma consecutiva.
Las estadounidenses compiten en el Grupo E contra Países Bajos, a quien vencieron en la final de 2019, así como con las debutantes escuadras de Vietnam y Portugal. En su plantilla se encuentran figuras experimentadas como Megan Rapinoe, quien anunció su retiro después de este evento, además de Alex Morgan, Kelley O’Hara, Crystal Dunn, Lindsey Horan y Julie Ertz, todas rebasando los 100 partidos internacionales.
Brasil, aunque nunca ha ganado un Mundial, también luce como favorito por el potencial que encabezan Marta Vieira, Tamires y Debinha. Ellas comparten grupo con Francia, Jamaica y Panamá. Por su parte, Inglaterra, vigente campeón de la Eurocopa, se encuentra en el Grupo D con Dinamarca, China y Haití.
“Creo que veremos de forma destacada a Brasil, Inglaterra, Francia, que se ha recuperado con su cambio de entrenador y parece encaminada a un mejor ambiente. Países Bajos viene marcando la pauta desde la final del Mundial pasado y en los Juegos Olímpicos, también a Suecia es un equipo que lleva décadas fortaleciendo su futbol femenil y por supuesto Estados Unidos. Que dejen un buen sabor de boca creo que serán España, Noruega y Alemania”, opina la especialista.
Sam Kerr por Australia, Alexia Putellas por España, Lucy Bronze por Inglaterra, Marta Vieira por Brasil y Megan Rapinoe por Estados Unidos son algunas de las figuras a seguir en este Mundial desde la óptica de Adrianelly Hernández y de otros analistas. Las rondas de eliminación directa empezarán el 5 de agosto, seguramente con la presencia de estos perfiles.
México no consiguió el boleto al Mundial 2023 a pesar de que hospedó el torneo eliminatorio de Concacaf en Monterrey el año pasado, quedando en último lugar de su grupo, lo cual evitó que jugara al menos el repechaje intercontinental. Sin embargo, tendrá representación en Australia-Nueva Zelanda con el entrenador de Panamá, Ignacio Quintana, así como con cinco jugadoras: Jermaine Seoposenwe (Sudáfrica/Rayadas), Sophia Braun (Argentina/León), Marta Cox (Panamá/Pachuca), Jennifer Hermoso (España/Pachuca) y Valeria Del Campo (Costa Rica/Rayadas).