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Mundial de Clubes, la única ventana de renombre para el futbol mexicano

Con cinco años sin jugar en torneos sudamericanos, el "Mundialito" permanece como la vitrina de jugadores y equipos de la Liga MX para lograr transferencias o mayor estabilidad en sus carreras.

Foto: Cuartoscuro

Con la participación de Rayados en el Mundial de Clubes 2021 (que se juega del 3 al 12 de febrero de 2022, aplazado por la pandemia), son ya 16 apariciones consecutivas de un equipo de la Liga MX en este torneo, lo que significa la racha más larga de un país, seguido de lejos por Nueva Zelanda con ocho y España con cinco.

Dicha estadística refleja la superioridad que la Liga MX ha impuesto en Concacaf desde 2006, ganando todas las ediciones de la Liga de Campeones de la región (Concachampions) con siete equipos diferentes: América, Pachuca, Atlante, Monterrey, Cruz Azul, Guadalajara y Tigres, quienes han tenido la oportunidad de participar en el renovado formato Mundial de Clubes, que se jugó por primera vez en el año 2000 y se readaptó en 2005.

La importancia del Mundial de Clubes recae en que en los últimos años se ha convertido en la única vitrina de renombre que tiene el futbol mexicano ante los ojos del mundo, pues desde 2016 dejó de participar en campeonatos sudamericanos de tradición como la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. Aunque queda la Concachampions, la situación es diferente.

“Ahora que no hay más torneos, el Mundial de Clubes toma el mayor nivel de importancia para los clubes mexicanos para tener exposición a nivel internacional, ya que la Concachampions no tiene gran prestigio. Aun así, el Mundial de Clubes sigue construyendo su nombre, porque todavía no genera las grandes audiencias ni multitudes que busquen viajar a este torneo”, opina Ángel Palma, consultor en imagen pública dentro de la industria del futbol.

Antes de la pandemia, el Mundial de Clubes se disputaba en diciembre de cada año, permitiendo que los jugadores tuvieran una ventana para mostrar sus cualidades y poder ser fichados por otro club durante el mercado de invierno, que está activo todo el mes de enero. Eso sucedió con algunos futbolistas de los equipos mexicanos.

Uno de los casos más destacados es el de Jesús Manuel "Tecatito" Corona, quien con 19 años fue titular durante el Mundial de Clubes 2012 con la camiseta del Monterrey y acaparó las miradas del scouteo internacional. En dicha edición, Corona colaboró con dos de los seis goles para que su equipo terminara en el tercer lugar, además de lucir sus habilidades de regateador ante el entonces campeón de la Champions League, el Chelsea de Inglaterra.

Después de esa actuación, el valor de Corona se duplicó de 1.3 millones de euros a 3.5, además de que inició su aventura europea que ha durado más de una década al ser transferido de Rayados al Twente de Países Bajos.

“El jugador siempre va motivado a un torneo de este tipo, pues no todos tienen la posibilidad de jugarlo en su carrera porque no solo depende de uno, sino de todo el equipo. El jugador sale muy motivado siempre que sabe que lo está viendo el resto del mundo y lo están scouteando para irse a otro club o ganar mejor. Con una buena actuación, puede aspirar a engrosar su currículum, siempre el poner que fuiste mundialista a nivel país o club va a ser mejor, su carta se encarece y también aspiran a los premios que te da la propia FIFA”, destaca el especialista.

Otros casos de jugadores que dieron el salto a una mejor estabilidad económica tras el Mundial de Clubes son Rodolfo Pizarro y Jonathan Urretaviscaya. Aunque ninguno de ellos emigró a Europa, dejaron cuantiosas ganancias a sus clubes de entonces: Rayados y Pachuca.

En el caso de Pizarro, después de ganar el tercer lugar con Monterrey en la edición 2019, fue inmediatamente vendido al Inter de Miami de la MLS por 10.91 millones de euros (el valor de su carta era de 10 millones); por su parte, el uruguayo Urretaviscaya ganó el Balón de Bronce por su destacada actuación con Pachuca en la edición 2017 y fue vendido a Rayados en 5.88 millones de euros (su carta estaba tasada en 3.5 millones).

Este año, Monterrey participará por quinta ocasión en el Mundial de Clubes, apenas dos años después de su última vez, cuando enfrentó al Liverpool de Mohamed Salah, Sadio Mané y compañía. En esta edición, su primer rival será el Al Ahly de Egipto y si logra ganar accederá a las semifinales contra el Palmeiras de Brasil; otro semifinalista directo es el Chelsea inglés, actual monarca de la Champions League.

Este tipo de roce también ha ayudado a que los clubes mexicanos puedan fichar jugadores de mayor renombre. Para la temporada 2021-22, Monterrey contrató al arquero de la selección argentina, Esteban Andrada, y anteriormente trajo al delantero neerlandés Vincent Janssen, ex jugador del Tottenham de la Premier League. En su momento, Atlante pudo fichar a Santiago Solari, ex delantero del Real Madrid, y América a Claudio López, ex delantero de la Lazio, todos con participación en el Mundial de Clubes.

“Esto siempre ayuda cuando te acercas a un jugador sudamericano o europeo y le ofreces ir a un club de México, porque le tienes que presentar un brief de a dónde iría, qué tipo de torneos jugaría, y sí ayuda al prestigio del club, porque ellos siempre van a preferir llegar a un equipo que compita y más en el plano internacional”, agrega Ángel Palma.

El máximo mérito que ha logrado un equipo mexicano en el Mundial de Clubes fue el subcampeonato que logró Tigres en la edición 2020, que realmente se jugó a principios de 2021 por el aplazamiento derivado de la pandemia. Ningún otro conjunto nacional había llegado a la final, pues antes de ello solo Monterrey (2012 y 2019), Pachuca (2017) y Necaxa (2000) habían conseguido el tercer lugar. Ahora depende de Rayados emular la hazaña de su rival regional o escribir una nueva historia.

kg

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