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Nanjing demuestra que los Juegos Olímpicos pueden ser austeros

La sede de la justa juvenil apostó por reutilizar las sedes ya construidas adaptándolas y así bajando costos para evitar la deuda por el evento.

China ha buscado ser un ejemplo para el mundo no sólo por la organización de grandes eventos deportivos, sino también por su manera de evitar altos costos para albergar, por ejemplo, los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014.

Al menos así lo demuestra su ahorro en el presupuesto para la justa juvenil, que se desarrolla en estos momentos. Y es que mientras la primera edición de los JO en el 2010 en Singapur costó un total de 323.3 millones de dólares, el Comité Organizador de Nanjing 2014 (NYOGOC, por su sigla en inglés) ha informado que el costo de la justa es de 291 millones de la divisa estadounidense, poco más de 20 millones menos respecto de Singapur.

Esto no sólo se vio reflejado en la modesta ceremonia de inauguración del evento el sábado pasado, sino también, en el aprovechamiento que los chinos han hecho de instalaciones que ya estaban en uso, en algunos casos, o en colocar sedes provisionales para algunos eventos, los cuales, sin duda, redujeron costos.

Por ejemplo, el Gimnasio Longjiang, construido en 1990 en el distrito de Gulou en Nanjing, es uno de los más populares para practicar deporte en esa localidad. Muchos residentes de ese lugar van a practicar bádminton todos los días y fue ese escenario el elegido para albergar la disciplina en los Juegos Olímpicos juveniles, bajo la premisa de reutilizar los inmuebles que ya están construidos para evitar elevar los costos.

Así, el recinto fue transformado cambiando el sistema de luz, el aire acondicionado y el piso, lo cual representó un gasto mucho menor de lo que hubiera significado construir un inmueble nuevo.

Los Juegos Olímpicos de Nanjing responden a la necesidad que tiene nuestro país de organizar grandes eventos deportivos con un presupuesto austero y también al llamado del Comité Olímpico Internacional de reducir la comercialización de los eventos deportivos. Tuvimos que tomar como premisa la austeridad para la preparación de la justa , explicó Miao Ruilin, alcalde de Nanjing.

Y es que el costo creciente de forma continua de la celebración de los Juegos Olímpicos ha impuesto enormes cargas financieras a los países durante muchos años. Las ciudades anfitrionas a menudo construyen un gran número de estadios para el evento.

Así lo explica Billy Payne, presidente y director ejecutivo de la Comisión de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, quien explicó que tras la pasión y el fervor de los Juegos Olímpicos, que duran unos 17 días, la vida de las personas en la ciudad de acogida continúa. Ellos no deben ser puestos en deuda por el glamour temporal , explicó en alguna entrevista.

Es por ello que los 35 estadios utilizados para los Juegos Olímpicos de la Juventud de este año fueron transformados de edificios ya existentes.

Por ejemplo, el International Expo Center, ubicado en el área de Hexi, es originalmente utilizado para exposiciones. Durante los Juegos Olímpicos de la Juventud, sus dos salas acogerán las competencias de boxeo, taekwondo y esgrima competiciones, junto con la parte de la esgrima del pentatlón moderno. Todos los asientos y puestos han sido alquilados y adaptados para su uso temporal. Cuando los Juegos terminen, el estadio volverá a su papel como un centro de exposiciones.

Así, Nanjing ha demostrado que unos Juegos Olímpicos no tienen por qué endeudar a una ciudad por años, aunque será precisamente ése el reto que deberán sortear otras ciudades, como por ejemplo Buenos Aires, que albergará la justa en el 2018 y que hasta ahora, tiene un presupuesto de 287 millones de dólares, aunque estiman que el costo en los próximos años aumentará, al menos, en 10 por ciento.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

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