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Palencia, el Niño que se hizo ídolo
Francisco, que debutó en 1994, decidió decir adiós a las canchas. Pumas, su último amor, Cruz azul, su cuna, y el futbol mexicano le rinden tributo a Paco.
Hoy le decimos adiós al Niño de Cruz Azul, al Gatillero de Guadalajara, a Paco de Pumas. Juan Francisco Palencia anunció su retiro ayer. Quién lo iba a decir, el que fue bautizado como Niño en su debut se va convertido en un ídolo. No de un solo equipo, sí del futbol mexicano.
¿Y cómo no verlo joven en aquel 1994?, si a sus inicios en Cruz Azul, con 19 años compartió el balón con jugadores como Carlos Hermosillo o Julio Zamora.
Pero sólo necesitó cuatro años más para crecer. No todos han tenido la suerte de madurar bajo una Copa del Mundo, como lo hizo él en Francia 1998.
Después de esa inyección de experiencia, sus goles llamaban más la atención, tanto como su distinguida personalidad: cabello largo, uñas negras, siempre líder, nunca inseguro. Palencia ya no era más un niño.
Fue entonces cuando nació el mote de Gatillero, que no necesita más explicación que sus 121 goles totales en 477 partidos en Primera División. Eso sin contar todas las veces que se olvidó de incrementar sus estadísticas y prefirió poner el balón al pie de alguno de sus compañeros.
Siempre trabajo para el equipo, ésa es mi satisfacción día con día , afirmó tras hacerse de su segunda estrella con Pumas, anotando un gol en la final disputada frente a Morelia. Un campeonato más de los tres que suma en total y con los que declaró: Me voy sin ninguna deuda .
Hoy Paco, el delantero sereno, el roble a la disputa de un balón, el Niño que se colgaba de la red de la portería para festejar un gol, el Gatillero que sorprendió en la Libertadores 2001, la dirigencia en Pumas en los últimos campeonatos, dice: no más.
Y afirma que le gustaría ser recordado como un ejemplo a seguir para sus jóvenes compañeros canteranos, que ayer se despidieron de su capitán, aquél que para Alejandro Palacios no necesita de homenajes, si alguien ha sido reconocido por la afición puma, es él .
Adiós Paco, adiós Gatillero, adiós Niño, hasta siempre ídolo universitario de la afición.