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Suleyman, el magnate que construye un imperio
Como si se hiciera de un futbol de mesa, Suleyman Kerimov -el cuarto magnate ruso- se hizo del club FC Anzhi.
Como si se hiciera de un futbol de mesa, Suleyman Kerimov -el cuarto magnate ruso- se hizo del club FC Anzhi. A placer ya empieza a cambiar sus piezas de juego. Primero llegó el brasileño Roberto Carlos y ahora toca el turno a Samuel Etoo que, en cuanto apruebe los exámenes médicos, se convertirá en el jugador mejor pagado del mundo con 30 millones de euros anuales.
Las características personales de Suleyman traducen su fortuna, que radica en 7.8 billones de dólares, en un hombre analista, calculador, perceptivo para los buenos negocios y un atleta.
En su juventud formó parte del Ejército Nacional y fue campeón de pesas, más tarde fungió como Vicepresidente de la Comisión de Educación Física y Deportes; actualmente, es Presidente de la Junta de Síndicos de la Federación de Lucha Libre Rusa.
En diligencia siempre ha destacado. Ha estado al mando de más de 100 pequeñas empresas, las mismas en que ha invertido y de la mayoría ha construido un imperio. Para el pequeño club de futbol ruso, que apenas suma dos títulos, tiene la misma meta, aunque parezca imposible.
En el último torneo el Anzhi terminó en la posición 11 debido a falta de liquidez, no contaban con talentosos astros futbolísticos.
Esta temporada el Anzhi se posicionará en el tercer lugar de las plantillas más costosas de la Liga, pues con la adquisición de Etoo quedará valuada en 105 millones de euros, por delante de clubes como el Spartak y el Dinamo.
Un club pequeño, un desafío hecho para un magnate, para el que su estrategia de inversión radica en adquirir negocios chicos hasta volverlos exitosos.
Suleyman Kerimov está indagando en el futbol y, como ya lo ha hecho con empresas petroleras, está dispuesto a levantar su propio imperio, pero esta vez en el futbol.