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Superman vuela, ayuda… pero también tiene miedos

Esta noche en México estará en acción un jugador espectacular, pero al que se le critica por fallar en momentos importantes.

La seriedad no va con Dwight Howard. Apenas entra en confianza, empieza el repertorio de sonrisas, bromas, chistes y gestos que develan la personalidad de Superman. Para el pívot de Rockets de Houston lo más importante es disfrutar, aunque eso le haya traído desencuentros en sus equipos, con compañeros y seguidores. Una relación de amor y odio es la que ha caracterizado al jugador en su entorno del basquetbol, donde destacan los juicios de colegas que le critican la falta de madurez, tanto dentro como fuera de la duela.

Yo amo a la gente y Dios me ha bendecido. Lo que quiero es ver a los demás sonreír, tanto como yo lo hago , ha dicho Howard; aunque esa imagen desenfadada y permisiva, que lo ha llevado a tener un reality show -The Dwight Howard Show-, un disco, y aparecer en videojuegos, programas de televisión, contrasta con la rudeza que ejerce debajo del tablero.

El tres veces mejor defensivo del año de la NBA también es el chico que creció Atlanta, asistiendo a una escuela cristiana y que ahora ejerce de filántropo. Su ascenso comenzó en el 2004, cuando fue la primera selección global del draft, elegido por Orlando Magic, regresó a los primeros planos a la franquicia que no tenía un jugador tan dominante desde Shaquille O'Neal.

Sin embargo, una de las consignas que pesa sobre Superman es precisamente la falta de liderazgo y las comparaciones con jugadores consagrados. La innegable capacidad defensiva, siendo el jugador más joven en erigirse máximo reboteador y bloqueador del circuito, pero que a la hora de cargar al equipo ha quedado a deber.

Fue precisamente en su estancia en Los Ángeles cuando se hicieron visibles sus diferencias con la estrella del equipo, Kobe Bryant. A Howard se le criticó la falta de rigor y seriedad, sobre todo en los tiros libres, ya que alcanzaba apenas 47% de efectividad. Además, rechazó una oferta de extensión de contrato por 118 millones de euros por cinco años y condicionó su firma a la salida de Bryant y del entrenador.

Al final, el destino de Dwight fue Houston. El anillo es mi prioridad. Es mi gran objetivo y me he jugado 30 millones de dólares en ello , justificó Howard por su firma con Rockets, luego de terminar con varias semanas de indecisión. Ahora es el quinto mejor pagado de la NBA, un contrato de cuatro años y 88 millones de billetes verdes que lo ponen en la misión de pelear por el anillo de campeón.

Pero, aunque no lo consiguiera, la sonrisa nunca se le borrará del rostro, porque para los que no lo sepan, mi madre perdió siete hijos antes que a mí. Nací prematuramente, con 2 meses de adelanto. Era muy pequeño, tanto que cabía en la palma de la mano de mi padre. No debería haber sobrevivido. No debería estar aquí hoy, pero lo conseguí, así que voy a sonreír y disfrutar mi vida. Me lo voy a pasar bien, ya que, como digo, no debería estar aquí , expresó en su programa de televisión el mejor defensor del momento.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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