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Fondo de Inversión en el futbol mexicano necesita despejar incógnitas
El proceso para aterrizar capital privado en la Liga MX y FMF bajo el modelo de un Fondo conlleva condiciones y consecuencias. El dinero no arreglará los problemas de negocios mal administrados.
El fútbol mexicano se encamina a la implementación de un Fondo de Inversión, que es una tendencia aplicada en varias propiedades de la industria deportiva en el mundo.
No existe aún acuerdo oficial, público o fechas del tipo de Fondo que entraría al futbol mexicano, pero en principio, no se les debe mirar como salvavidas.
Dieciocho equipos de la Liga MX deben alinear sus intereses de negocio para que la inyección de capital se vuelva beneficio a largo plazo, al tiempo que, retorne al Fondo su inversión. Las diferencias económicas entre los clubes, que radican en su valor de mercado, el costo de sus derechos de transmisión, su capacidad de inversión en formación de jugadores, exportación de fichajes y otros rubros, pone en jaque las reglas del juego para que opere el modelo de financiación.
El Economista consultó a María Teresa Pérez Lobatón, Fundadora y Managing Partner de la firma Mural Ventures, especializada en asesoramiento e inversión. En cuanto al deporte, la empresa ha colocado el capital de dos Fondos de Inversión americanos en la propiedad de equipos en México.
“El fútbol mexicano ya está en el proceso de implementar un Fondo, es muy complejo y hay que poner de acuerdo a todos los dueños para dar el paso colectivo a los derechos de transmisión. Un Fondo puede ser un parteaguas para los deportes en México. La inyección de capital de un fondo privado trae consigo estructura, regulación, transparencia y certidumbre para proyectos de largo plazo y de desarrollo de talento, en la exportación de talento, posicionamiento de la marca, juegos amistosos, proyectos que requieren inversión y que no materializan su retorno de inversión de inmediato”.
El panorama del fútbol mexicano es el siguiente: existe la multipropiedad, no todos tienen capacidad de conectividad en sus estadios, cada club genera diferente audiencia, las ganancias de comercialización pesan diferente y falta unificar criterios en los derechos de transmisión de las ligas como de las selecciones nacionales. Además, es importante encuestar a los propietarios su disposición de ser auditados.
En cuanto a multipropiedad, en México los grupos son: Orlegi (Atlas y Santos), Grupo Caliente (Xolos y Gallos Blancos) y Grupo Pachuca (Tuzos y León).
“Los intereses de los equipos no están alineados, ni el Fondo es un salvavidas. Si le avientes dinero a un mal negocio, éste se lo come. El dinero no resuelve el problema. La iniciativa de capital privado va a forzar a que un equipo sea más transparente, institucional. Esto puede darle aire al fútbol mexicano, el dinero permite pensar a largo plazo y no tener la necesidad de buscar capital día a día. El dinero no resuelve problemas estructurales.
Sería mejor que el fútbol mexicano fuera un buen negocio y después recibir el capital, a que el capital resuelva un negocio mal administrado”, explica la analista.
El futbol mexicano puede mirar referencia en los casos de éxito en el mundo.
Por ejemplo, Ares Management invirtió 500 millones de dólares en el Chelsea FC, que tuvo una reestructuración en 2022, tras la salida del oligarca ruso Roman Abramovich. Todd Boehly y Clearlake Capital adquirieron el club.
Otro caso, es el Fondo Sixth Street, que controla el 25% de los ingresos del FC Barcelona procedentes de LaLigaSportsTV y además, inyecta capital al Estadio Santiago Bernabéu que se encuentra en proceso de remodelación.
En cuanto a Fondos de Estado, se conoce el PIF o Fondo de Inversión Pública, manejado por el Gobierno de Arabia Saudita, que llevó a la LIV Golf a ser fuerte competidor del PGA Tour, incluso, convenció a los golfistas élite a cambiarse a una liga con mejores bolsas económicas.
Otro ejemplo de este tipo, es el Fondo Qatar Sports Investments, que es socio mayoritario del PSG desde el 2011.
Existen más de 15 Fondos de Inversión aplicados en la industria deportiva. En México hay disposición de escuchar la tendencia, pero se necesita entender el lenguaje.
“México generalmente es un reflector de mercados más maduros, tropicaliza modelos de inversión, va un poquito ‘atrás’ pero eso no quiere decir que no haya apertura. En Estados Unidos y Europa funcionan porque es un mercado líquido, las adquisiciones y ventas son más comunes. El perfil de riesgo de las inversiones en México es distinto cuando la capacidad de liquidez es más difícil de encontrar. Carencias de gobierno corporativo, estructura organizacional, regulación, transparencia, etc. Las inversiones en el deporte abren el camino y demuestran que hay mucha oportunidad de retorno si se hace bien. Las inversiones no son dinero gratis y esperan el regreso en algún momento. Se busca una rentabilidad sobre el capital. No son donaciones”.
Han sido dos años de que el futbol mexicano explora el camino. La Asamblea de Dueños de diciembre puede apuntarlo como tema de sesión.