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Acuerdo griego peligra; Atenas y Bruselas difieren
Propuesta de la Comisión Europea se topa con la negativa de ?los socios que no pertenecen al euro; Gran Bretaña a la cabeza.
El acuerdo entre Bruselas y Atenas para iniciar las negociaciones de un tercer rescate se topó con las primeras dificultades. En la capital griega, el primer ministro Alexis Tsipras luchaba por contener la fractura de su gobierno y de su partido (Syriza). En la capital europea, los socios del euro buscaban financiamiento para un crédito puente que mantenga a Grecia a flote mientras se negocia y ratifica el memorándum del nuevo rescate (86,000 millones de euros hasta el 2018).
Los técnicos del Eurogrupo trabajaron contra reloj para presentar un crédito puente para Atenas, que ya acumula casi 2,000 millones de euros en pagos atrasados al Fondo Monetario Internacional (FMI) y que el lunes afronta un vencimiento de 3,500 millones con el Banco Central Europeo (BCE).
Bruselas calcula que Atenas necesita 12,000 millones de euros a corto plazo (julio y agosto) para no incurrir en nuevos impagos. Sobre la mesa de los técnicos hay 15 fórmulas para financiar ese préstamo urgente. Pero todas, según reconoció Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, plagadas de dificultades técnicas, legales o políticas.
Las objeciones del algunos países parecen tan insalvables que Bruselas ya no descarta que Grecia deje de pagar el vencimiento del lunes con el BCE, una hipótesis que hace unas semanas se describía con tintes apocalípticos y que ahora se baraja con absoluta normalidad en una capital europea que ya se ha acostumbrado con la crisis griega a jugar en el filo de la navaja.
España y otros países se mostraron en contra de cubrir las necesidades urgentes de financiamiento con préstamos bilaterales. Luis de Guindos, ministro español de Economía, recordó que el anterior gobierno (liderado por Rodríguez Zapatero) prestó a Atenas casi 7,000 millones de euros y advirtió que Madrid no se plantea repetir esa operación.
La propuesta de la Comisión Europea de recurrir a una partida del presupuesto comunitario se topó con la negativa de los socios europeos que no pertenecen al euro, con Gran Bretaña a la cabeza.
Y el fondo de rescate de la zona euro (Mecanismo Europeo de Estabilidad) recordó que no dispone de fórmulas para hacer préstamos a corto plazo ni para avalar los préstamos bilaterales, dos posibilidades mencionadas por algunas capitales. El bloqueo llegó a tal nivel que Berlín advirtió que la solución para las dificultades financieras de Grecia en las próximas semanas deberá encontrarla Atenas, pero la caja de Grecia parece más vacía que nunca.
En teoría, el impago al BCE podría desencadenar un castigo del organismo. Pero Francfort parece dispuesto a no adoptar ninguna medida drástica mientras siga vivo el proceso de negociación del tercer rescate. Incluso podría aflojar el corralito (liberando más liquidez) si el Parlamento griego aprueba las medidas exigidas por la cumbre de la zona euro del pasado domingo (alza de IVA y recortes de pensiones).
Pierde apoyo en parlamento
En Atenas, sin embargo, el tercer rescate podría atorarse en cualquier momento. La rebelión en el seno de Syriza va en aumento (30 de los 149 diputados podrían votar en contra). Y aunque Tsipras cuenta con el apoyo de parte de la oposición (Nueva Democracia, Pasok y To Potami), su gobierno parece cada vez más debilitado.
Por otro lado, Alexis Tsipras avisó en una entrevista concedida a la cadena pública helena que Grecia no soportaría una vuelta al dracma. No tenemos fondos para volver a la moneda nacional. La devaluación que sufriría sería fatal , añadió, al confirmar de esta forma que la salida del euro no es una opción que el gobierno considere viable.
Cualquiera habría tomado las decisiones que tomé yo, pensando en los más pobres . De esta forma Tsipras justificó la decisión de aceptar el acuerdo con los demás líderes europeos. Asimismo, declaró que aunque no crea en el pacto logrado en Bruselas hace apenas tres días lo acatará, en tanto descartó convocar a elecciones anticipadas.