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Economía

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Ajuste a los mínimos, con efecto inflacionario y en la informalidad

El efecto dependerá de qué tanto las empresas pueden absorber el costo de incrementar el salario.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) indicó que el incremento de 20% en el salario mínimo podría generar dos efectos: que los costos de ciertos productos aumenten —lo que tendría un efecto directo en la inflación— o bien, que se perciba un crecimiento en el mercado laboral de la informalidad.

Mario Correa, vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, explicó que dichos efectos dependerán de la capacidad de cada empresa para absorber el costo de incrementar el salario mínimo de 102.68 a 123.22 pesos diarios en el 2020.

“El problema es que la productividad no está creciendo al nivel del salario y lo que va a pasar es que habrá empresas que tengan el margen para absorber estos costos, pero habrá otras que podrían aumentar el precio de sus productos o bien despedir a sus empleados y ello implicaría aumentar el mercado de la informalidad”, dijo en conferencia de prensa.

Detalló que uno de los aspectos que también se debió considerar es que la creación del empleo no está mostrando datos favorables, incluso, en noviembre mostró una reducción anual de 25% y fue el nivel más bajo desde el 2008, cuando sucedió la crisis financiera internacional.

A su parecer, cuando se hace un incremento salarial por decreto sin ver lo que está pasando con la productividad y la creación del empleo “podemos estar generando efectos adversos (...) Las empresas pagan más por salarios, pero si la productividad no crece, es ahí donde tendremos un efecto negativo”.

Comentó que se tiene que hacer una mayor revisión de las políticas públicas, pues de lo contrario se tendrá un “efecto cobra” como sucedió en la India, durante la época de la colonia británica.

Platicó que, en dicho país, muchas personas morían por la picadura de este reptil, por lo que el gobierno buscó una forma para reducir el número de muertes. Dicha medida consistió en ofrecer dinero a las personas que llevaran una cobra muerta.

“Si bien se entregó mucho dinero, las muertes no dejaron de reducirse y ello se debió a que mucha gente empezó a criar cobras para que pudiera recibir dinero del gobierno. Entonces, hay medidas que deben ser más analizadas para no tener un efecto adverso”.

El 2019, año perdido en materia económica

El IMEF redujo su expectativa del Producto Interno Bruto de 0.10 a 0%; mientras que para el 2020 contempla un avance de apenas 1 por ciento. “Un año de cero crecimiento es un año perdido”, aseguró el vicepresidente del comité nacional de estudios económicos del IMEF.

Comentó que, para revertir el nulo crecimiento de la economía es necesario que se genere un mejor ambiente para las inversiones, pues muchos empresarios aún ven la inseguridad como principal factor para no invertir.

Al respecto, Fernando López Macari comentó que el 2019 fue un año atípico, “si bien se esperaba un menor crecimiento con respecto al 2018, no esperábamos una serie de fenómenos que se fueron desencadenando a lo largo del año como el desabasto de los combustibles en el Bajío, el cierre de las vías férreas, el paro laboral en Tamaulipas y un conjunto de acciones que se fueron dando a lo largo del año y que generaron un ambiente de incertidumbre”.

Agregó que es indispensable que se tenga un mejor Estado de derecho, en el sentido de que se cumplan las reglas en los proyectos de inversión que se busquen realizar para el próximo año.

elizabeth.albarran@eleconomista.mx

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