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Economía

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Argentina extiende hasta el 22 de mayo el plazo para reestructurar deuda pública

El Ministerio de Economía dijo el lunes en un comunicado que "grupos importantes de acreedores" rechazaron su oferta, pero insistió en que el país está dispuesto a negociar una alternativa.

Foto: ReutersFoto: Reuters

Argentina extenderá hasta el 22 de mayo sus negociaciones con acreedores por la reestructuración de una deuda de 65,000 millones de dólares, dijo el lunes el Gobierno, que en las próximas semanas hará un último intento para evitar caer en una cesación de pagos.

La nueva fecha límite para llegar a un acuerdo con bonistas internacionales, establecida luego de que el viernes el Gobierno argentino no lograra un apoyo relevante de acreedores, coincide con el vencimiento de un periodo de gracia de 30 días sobre el pago de intereses por 500 millones de dólares.

El Gobierno del presidente Alberto Fernández anunció la extensión en el Boletín Oficial, donde agregó que los resultados de la oferta serían anunciados el 25 de mayo —feriado en Argentina—, con una fecha de liquidación que vencerá el 27 de mayo. La invitación cierra el 22 de mayo a las 21:00 GMT.

"Del análisis del estado de la situación actual del canje resulta conveniente extender esa fecha a los efectos de incrementar la participación y continuar con la agenda de comunicación activa con los tenedores de los títulos elegibles", señaló la resolución del Ministerio de Economía.

Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, habían propuesto en abril a los acreedores de títulos emitidos bajo ley extranjera un recorte de intereses del 62%, un periodo de gracia de tres años y una quita de capital del 5.4 por ciento.

El Ministerio de Economía dijo el lunes en un comunicado que "grupos importantes de acreedores" rechazaron su oferta, pero insistió en que el país está dispuesto a negociar una alternativa.

"Tendremos en cuenta de buena fe cualquier propuesta de reestructuración de deuda que cumpla con los objetivos de sostenibilidad que necesitamos garantizar, con inclusión de combinaciones de tasas de interés, reducción de capital, periodos de gracia y extensión de vencimientos diferentes a los que hemos propuesto", dijo la cartera.

El Gobierno argentino busca reestructurar una deuda soberana que sostiene que no puede pagar en el corto plazo debido a la prolongada crisis que arrasa el país, con una recesión de dos años, una alta inflación y los efectos de la pandemia del coronavirus.

Goldman Sachs dijo en una nota que era probable que Argentina cayera en default el 22 de mayo, aunque no descartó un pago. El banco de inversión agregó que las señales indicaban que la aceptación de la oferta ha sido baja.

"La ausencia de información oficial específica sugiere que la tasa de aceptación inicial puede haber sido bastante baja", dijo.

Dos tenedores de bonos internacionales involucrados en las conversaciones dijeron a Reuters que el nivel de aceptación fue de poco más del 12 por ciento. Los medios argentinos informaron que los tenedores locales de la deuda fueron más receptivos, con lo que el nivel total de adhesión a la oferta habría sido de alrededor del 20 por ciento.

Guzmán declinó hacer compentarios sobre el nivel de aceptación.

Están jugando duro

Por el momento, las conversaciones entre el país sudamericano y sus acreedores no han sido fáciles.

"Está claro que ambos lados están jugando duro", dijo el lunes en una nota Capital Economics, que agregó que es probable que las negociaciones continúen y que los acreedores podrían enfrentarse a importantes recortes, especialmente debido a los efectos de la pandemia de coronavirus.

"Tasas de recuperación para acreedores internacionales de cerca de 30% parecen cada vez más probables", señaló.

Según analistas, la actual oferta, que incluye el periodo de gracia de tres años, un fuerte recorte al pago de cupones y la postergación de vencimientos hasta el 2030 y más allá de ese año representa un valor neto presente de entre 30% y 35 por ciento. Tres grandes grupos de bonistas rechazaron la propuesta de Argentina.

Los instrumentos en cuestión incluyen cláusulas de acción colectiva que implican que el Gobierno argentino necesita lograr un nivel mínimo de apoyo de inversores para poder avanzar en un proceso de reestructuración de deuda.

Los bonos argentinos, que han registrado fuertes caídas desde mediados del 2019, están operando a entre 25 y 35 centavos de dólar. Los bonos del país han subido en los últimos días y el lunes subieron un 1.2% en promedio.

En medio de la tensa situación, la provincia de Buenos Aires, que es el distrito más poblado y rico de Argentina, enfrenta una crisis de deuda paralela a la nacional. La provincia también hizo una oferta de reestructuración a acreedores por 7,000 millones de dólares que expira este lunes.

Un importante grupo de bonistas ya rechazó la propuesta de Buenos Aires, que también debe enfrentar el pago de bonos el lunes, lo que podría implicar, si no se realiza, una cesación de pagos a nivel provincial.

Siobhan Morden, de Amherst Pierpont, dijo que las conversaciones en Buenos Aires podrían dar una idea de cómo serían las negociaciones nacionales. "El plazo de hoy en la Provincia de Buenos Aires proporcionará un indicador para la deuda soberana, ya que los dos están alineados con su estrategia política", dijo.

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