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Reforma fiscal en EU, de los mayores retos para González Anaya
Se puede dar la oportunidad para emprender un cambio fiscal que busque homologar la tasa del IVA y recortar el ISR a empresas.
De aprobarse la propuesta de reforma fiscal en Estados Unidos, impulsada por el presidente Donald Trump, ésta sería uno de los mayores riesgos que tendría que enfrentar José Antonio González Anaya, nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, coincidieron expertos.
González Anaya llega en un momento difícil, donde se vive la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la propuesta de reforma fiscal del republicano Trump. Ambos factores han generado un ambiente de incertidumbre, el cual tendrá que combatir el nuevo secretario de Hacienda.
“Trae un reto en la economía, de impulsarla si el TLCAN no funciona o, en caso de que tenga un tropiezo, buscar la mejor manera de dinamizar aquello que se modifique dentro del tratado. Por otro lado, la reforma de Trump es algo que sí nos puede afectar, no sólo a México, sino a todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, ya que es un cambio radical en la política fiscal”, aseveró Herbert Bettinger, experto fiscal.
La propuesta de reforma fiscal de Estados Unidos busca recortar la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) corporativo de 35 a 20 por ciento. En México, la tasa es de 30%, más 10% de dividendos y otros 10% de PTU. De aprobarse, expertos han aseverado que México se convertiría en un país menos competitivo.
“Es un reto muy fuerte que tendrá el nuevo secretario de Hacienda. Si la propuesta de reforma fiscal en Estados Unidos se aprueba o bien se le realizan cambios, pero permanece el recorte en su tasa impositiva —aunque no sea a 20%—, será, sin duda, un tema que va a tener que analizar el nuevo secretario”, aseveró Manuel Toledo, socio de Impuestos y Servicios Legales en Andersen Tax & Legal México.
Otro de los retos que enfrentará José Antonio González Anaya es lograr que la recaudación tributaria que se estima para el siguiente año, de 2.9 billones de pesos, pueda cumplirse y seguir adelante en la búsqueda de una convivencia sana en la relación entre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y los contribuyentes.
“Para revisar el cumplimiento de obligaciones fiscales, todo el equipo con el que cuenta la Secretaría de Hacienda, en donde se incluye al SAT, se debe manejar de tal forma que el contribuyente sienta que se le está apoyando, no que se le esté considerando como un evasor de impuestos”, aseveró Manuel Toledo.
Agregó que el nuevo secretario deberá mantener las finanzas públicas sanas; buscar el cumplimiento de todas las obligaciones financieras que el país tenga en materia de la carga de la deuda y, junto al Banco de México, contener la inflación.
A pesar de los retos, para Herbert Bettinger, José Antonio González Anaya es un gran conocedor de lo que sucede en Hacienda ya que, anteriormente fue subsecretario de Ingresos, por lo cual está ampliamente calificado para estar al frente de la Secretaria y combatir la incertidumbre generada por el país vecino.
“En principio, es conocedor de lo que sucede en la Secretaría. Él ya fue subsecretario de Ingresos, conoce muy bien el quehacer diario de Hacienda. Le tocó una época de reforma fiscal, la cual sacó exitosamente (...) Su capacidad es enorme para el reto que le está presentando el señor presidente, y considero es una muy buena decisión para suplir a Meade, además de que los mercados lo van a tomar muy bien”, acotó.
OPORTUNIDAD PARA REFORMA
Ante la amenaza de una reforma fiscal en Estados Unidos, los analistas coincidieron en que el siguiente año se puede dar la oportunidad para emprender una reforma fiscal, que busque homologar la tasa del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) y recortar el ISR a empresas.
“(A González Anaya) le tocará entregar el Paquete Económico del siguiente año y sin duda habría una gran oportunidad para que se hiciera una reforma fiscal; sin embargo, el nuevo gobierno que entrará al poder, junto con todos sus integrantes, deberá analizar las propuestas de reformas que han presentado diversas instituciones y colegiados”, acotó Manuel Toledo.
Por su parte, Herbert Bettinger indicó que México debería responder a la reforma estadounidense con un recorte similar a la tasa corporativa y, para balancear la pérdida de ingresos que generaría este recorte, se tendría que realizar una reforma en donde el IVA gravara todos los alimentos, a excepción de la canasta básica.
“No se tendría que gravar forzosamente con 16%, sino a tasas menos altas a todos los alimentos, con lo que lograríamos, posiblemente, la compensación de bajar nuestra tasa corporativa”, acotó.