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El Empresario

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Continuidad, a prueba del caos

Establecimiento de reglas facilita la toma de decisiones en la empresa familiar

Establecimiento de reglas facilita la toma de decisiones en la empresa familiar

Tres generaciones habían atendido la tienda de abarrotes sinaloense La Casa del Pueblo, pero estaban al borde de la quiebra, debido a la falta de planeación en el negocio, disminución en las utilidades y algunos problemas entre los socios. El patrimonio familiar ocasionaba desacuerdos en la familia en el 2005.

El abuelo, Aldo Pérez, inició el negocio en los años treinta, en el pueblo de Cosalá, comunidad serrana en Sinaloa, en el límite con Durango. Su intención era legar una fuente de ingresos a su descendencia, pero casi 70 años después, los nietos del minero presentaron algunas diferencias en cuanto al destino de la tienda e incluso había quienes pretendían cerrarla.

Alfonso, uno de los nietos, buscaba la manera de mejorar las ventas del negocio, ubicado en una calle principal de la población. Por mucho tiempo había sido el único establecimiento para abastecer de gasolina a aquella comunidad de la sierra y ofrecía mercancías de salchichonería, semillas, productos de limpieza, entre otros, las cuales contaban con gran demanda y mantenían a la familia ocupada a todas horas, atendiendo el negocio, incluso durante la noche.

Don Aldo murió sin dejar testamento y su hijo Adolfo le había cedido el control a Alfonso, aunque siguió interviniendo en las decisiones hasta su muerte. El resto de la familia administraba otra tienda en Culiacán, la capital del estado, que también enfrentaba una disminución en las utilidades. Dado que eran familia, mantenían acuerdos formulados sólo de palabra.

Alfonso intentó introducir varias modificaciones en la tienda, a la manera de un minisúper, pero enfrentaba la competencia de dos abarroteras similares y otras pequeñas tiendas en el resto de la localidad, que reducían su participación en el mercado.

Los costos para abastecer mercancía eran altos, pues llegar desde Cosalá a Culiacán implicaba varias horas de camino y las carreteras eran peligrosas, con asaltantes a la espera de vehículos con mercancía y dinero.

La organización familiar

El nieto de don Aldo, como responsable de La Casa del Pueblo, buscó incrementar las ventas y las ganancias, mediante la colocación de anuncios publicitarios en todo el pueblo; el lanzamiento de promociones de artículos; nueva distribución de anaqueles; automatización de procesos con proveedores, clientes y puntos de venta; manejo de inventarios por medio de computadoras; entre otras medidas administrativas.

Junto con el subgerente, que le apoyaba en la gestión de la tienda, Alfonso se esforzó por reducir al mínimo las cuentas por cobrar con sus deudores, pero la contabilidad continuó en números rojos y la competencia creció. De toda la familia, él era el único que contaba con formación administrativa para atender La Casa del Pueblo, pero no encontraba la manera de dar continuidad al negocio familiar.

La Casa del Pueblo representa la situación que enfrentan las empresas en su fase de crecimiento: pasar de ser la empresa de la familia a ser una organización competitiva.

La competencia en el mundo empresarial exige a las empresas familiares el mismo nivel de eficiencia operativa que a las ya institucionalizadas; por tanto, generar el proceso de sucesión es tan importante como preparar al sucesor; identificarlo, capacitarlo y facultarlo para ocupar su función en el momento oportuno es vital para el sano desempeño de este tipo de empresas.

Claves para la continuidad

La formalización de la cadena de mando es un tema crucial en las empresas familiares, ya sean pequeñas o grandes, pues una persona puede tener autoridad al frente de la familia en algunos temas, pero su capacidad para los negocios puede ser insuficiente en cuanto a la administración.

El establecimiento de reglas claras en la operación de la empresa facilita la toma de decisiones y refuerza el acatamiento de las políticas que se adoptan por parte de los encargados, pues quienes son colaboradores conocen las órdenes y los acuerdos que deben respetar.

*La autora es profesora del Sistema Tecnológico de Monterrey en Tec Milenio Campus Culiacán

Recomendaciones claves para llevar a cabo una sucesión exitosa

La sucesión significa trasladar: dirección, capital (recursos financieros) y capital relacional. Para llevarla a cabo es necesario:

  • Desarrollar reglas claras sobre la sucesión, condiciones, personas y procesos.
  • Diseñar la empresa, para que resulte activa para quienes ya trabajan y quienes podrían incorporarse
  • Carificar los valores que armonizan la empresa con la vida familiar
  • Hablar del cambio generacional con los posibles sucesores, asignar recursos, tiempo y dinero
  • Proporcionar información completa y oportuna a directivos y familiares
  • Considerar capacidades y no sólo la consanguineidad
  • Diseñar un plan que satisfaga a las partes (familia, propietarios y empleados)

El Tecnológico de Monterrey y El Economista entregarán un Certificado en Administración de Pequeñas Empresas a los lectores que resuelvan una serie de casos de publicación quincenal, de los que este texto forma parte. Consulta las bases en eleconomista.com.mx/especiales/tec-pymes

*La autora es profesora del Sistema Tecnológico de Monterrey en Tec Milenio Campus Culiacán. Texto adaptado del original por Juan Levario.

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