Covid-19 y T-MEC, catalizadores para cerrar brecha de género: Arturo Herrera

La actual pandemia que vivimos de Covid-19 y la certidumbre que brinda el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), son un catalizador para cerrar la brecha de genero que vive México, consideró Arturo Herrera Gutiérrez, secretario de Hacienda y Crédito Público.

El Covid-19 y el T-MEC abren oportunidades para reinvertir la desigualdad de mujeres en el mercado laboral, debido a que actualmente hay condiciones coyunturales distintas que hace un año e4 invitó a aprovechar las oportunidades que le brinda el Tratado de Libre comercio a las mujeres exportadoras, detalló durante su participación en la inauguración de MujerExportaMx, la primera e-rueda de Negocios para Empresarias Mexicanas realizado por la Secretaría de Economía (SE).

La falta de equidad y desigualdad de género, evitan que México crezca, pues de la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, aquellos que tienen más de 15 años y trabajan, el 74.5 son hombres y sólo 43% mujeres.

“Esta cifra ilustra dos desigualdades: la primera; es que menos de una de cada dos mujeres en edad de trabajar se encuentra en el mercado y esto tiene impactos en equidad de género, empoderamiento y la posibilidad de tener acceso a un salario. Pero también señala una las brechas brutales en relación a la equidad de género, porque la diferencia entre hombres y mujeres que trabajan es de 30 puntos”, destacó el secretario.

México, sin equidad de género

“Es difícil encontrar un país con un nivel de desigualdad tan alto como en el México”, donde la participación de la mujer en la economía es del 43%, precisó Herrera, y puso como ejemplo a tres países que tienen un nivel de desarrollo similar al de México pero con mayor participación de mujeres: Argentina (45.2%), Colombia (50.1%) y Perú (67.9%).

Si México tuviera un porcentaje de participación de mujeres similar al de Argentina, 1.3 millones de mujeres se incorporarían al trabajo, si fuera similar al de Colombia, 3.7 mexicanas se integrarían a la vida laboral y en el caso de Perú 12.4 millones de empleos se crearían.

“Estamos viniendo la crisis más grave del país desde 1932”, detalló Herrara, en la que se han perdido 12 millones de empleados formales e informales, de los cuales se han recuperado i siete millones.

“Si tuviéramos la tasa de incorporación de Perú, eso quiere decir que el número de mujeres que se incorporaría sería el equivalente a todas las que perdimos en el momento más álgido de la pandemia”.

Consecuencias de la desigualdad de género

De acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo 20% de las mujeres tienen puestos directivos, y en México, se tiene 7.5%, “una cantidad inexplicable”, precisó Herrera.

Además, la desigualdad de género se da en todos los niveles, las pequeñas y medianas empresas (pymes) y las grandes, prueba de ello es que hace cinco años, “el máximo órgano de los organismos empresariales”, el Consejo Mexicano de Negocios de Negocios se llamaba Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, nombre que cambió con el ingreso de una mujer, María Asunción Aramburuzabala de Grupo Modelo.

Otra de las consecuencias de la desigualdad de género es la brecha salarial, debido a que las mujeres ganan 21% menos que los hombres, “no solo participan menos en el mercado laboral, sino que se les paga menos”.

Detrás de esto está el cuidado de los hijos, pues las mujeres dedican 40 horas al mes más que los hombres. “Es como si tuvieran una semana más de jornada laboral, que por supuesto no está bien pagado”, destacó Herrera.

Uno de los problemas por lo cual las mujeres no trabaja es porque no tienen a quien cuide a los hijo, esto debido a que 52.8% de las mujeres que tiene un hijo de menos de 15 años trabaja, pero si el hijo es menor de cuatro años sólo el 42% labora, pero si esté es de menos de un año, sólo el 34% trabaja.

Parte de la solución es crear un sistema de cuidado que le permita a las mujeres incorporarse al mercado laboral, recomendó el secretario.

Detalló que el país ha avanzado en la equidad de género, pero va lento. “Si siguiéramos avanzando a ese ritmo, en 20 o 30 años la situación no habría cambiado radicalmente, lo que necesitamos es cambiarlo ahora de manera decidida”.